Ir al contenido principal

No olvides


Recuerdo. Ya sólo es lo que la memoria dicta. No es largo ni es corto el tiempo dedicado a estar con lo que fue, con lo que es a fuerza de deseo. Cada ocasión, ahora, es un episodio sin contraste, contado de voz a espíritu. La voz suena queda, evanescente asiste el espíritu; la voz pronuncia tenue, el espíritu atiende sumisamente curioso.
Tristeza. Por el ausente, por la ausencia. Dos son las tristezas patentes ante el observador: la tristeza que registra el óbito y la tristeza que solemne acompaña al deceso.

Estatua funeraria, h. el siglo I a.C.


Estela funeraria, h. el siglo II d. C.


Recuerdo. Es lo que la devoción lega. La obra pervive al autor inserta en un motivo tomado de la naturaleza. La vida tras la vida sigue vinculada al arte en sus modelos, ofreciendo la imagen de esplendor que acude a la memoria remitida por la esculpida mediación.
Memento mori. Tú y todos. Al cabo, antes o después, víctimas de la causa última del nacimiento, seremos un retrato, artístico o desposeído de arte o tan realista e inexorable como sea interpretada la plasmación de la muerte. No hay vida sin muerte; de antiguo viene el consejo.

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Antropología de la esperanza. Pedro Laín Entralgo

Médico, antropólogo, filósofo y ensayista, Pedro Laín Entralgo, nacido en la turolense localidad de Urrea de Gaén el año 1908, estudió medicina y química y fue profesor de Historia de la Medicina en la Universidad Complutense hasta 1978, año en que se jubiló de la docencia presencial, fundador de las revistas  Cuadernos Hispanoamericanos ,  Archivos Iberoamericanos de Historia de la Medicina  y  Asclepio  y miembro y presidente de la Real Academia Española, de la de Medicina y de la de Historia. Ha publicado numerosos trabajos de investigación en el campo médico, por ejemplo  Medicina e Historia , de 1941;  Estudios de historia de la medicina y antropología médica , de 1943;  Mysterium doloris: Hacia una teología cristiana de la enfermedad , de 1955;  La relación médico-enfermo: historia y teoría , de 1964,  El médico y el enfermo , de 1969;  Ciencia y vida , de 1970;  La medicina actual , de 1973; y  Ciencia, técnica y medicina , de 1986. Ha estudiado y trabajado cuestiones propias de