Ir al contenido principal

La gran decisión a dúo


Ha llegado la hora.
Suspiro y anhelo.
El instante supremo que a cada uno pone en su lugar.
En el suelo y bajo tierra.

Leonardo Alenza: Suicio romántico (1839).


Empiezo yo, sigue tú.
Empieza tú, sigo yo.
Un dispendio de útiles acompaña cual cortejo trascendente la penúltima decisión.
Elige.
Decide.
Los medios rápidos a un lado, los que postergan la agonía a un triunfo de la voluntad al otro; contundentes todos, domésticos, gloriosos.
La intensidad del desenlace bien merece una elegía.
Leamos.
Leímos.
Un recitado sentido, de inspiración excelsa, postrera, definida en su límite a las puertas del hogar eterno, morada espiritual de luctuoso aspecto.
Así se va la vida.
Así la muerte viene.
En acogida onerosa, a cambio de un idilio loado en voz mística y tañido en son de réquiem.
La vida es nuestra.
Nuestra la muerte.
De gala lucen ambos, pareja en sacrificio, a una sublime entrega encomendados, supóngase que en auspicio del libre albedrío.
Yo a tus pies.
Tú en mis manos.
La obra póstuma y su lauro, solemnes, testigos de cargo, vueltos de cara al cielo implorando la benevolente intercesión de la autoridad suprema.
Voy yo y tú después.
Ve tú y yo al cabo.
Que el orden justifica la prioridad en el designio.

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y