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Mostrando entradas de enero, 2017

Travesía (9)

Coincidencia. Una intuición es siempre aleatoria, pero eso no significa que carezca por completo de fiabilidad. La intuición, piensa Felio perdida su mirada en el transcurso rutinario de la noche dentro de un vehículo en marcha que no conduce, es síntoma de curiosidad vital, también es síntoma de interés por la investigación y consecuencia de un proceso intelectual con propósito concluyente. Aquel hombre aparecido en la carretera, seguramente esperando lo que iba a encontrar un momento antes o después, había finalizado su búsqueda. “¿Cuándo, en realidad?”, se pregunta Felio. Porque sabe, a partir de una sencilla deducción, que toda espera viene condicionada por un ansia reveladora, plagada de ficciones, matizada de superstición o inmersa en una profunda racionalidad que nunca pone ni quita elementos a lo que sucederá a continuación. Una carretera solitaria, aunque con sorpresas animadas, y oscura, aunque teñida con una débil luz espectral, dejada atrás, como pasa con e

Descubiertas en la costa de la Alta California. Juan José Pérez Hernández

Una moneda conmemorativa acuñada en el extranjero El Imperio en América del Norte: Exploraciones en aguas de la Alta California Nacido aproximadamente en 1525, el mallorquín Juan José Pérez Hernández pronto sintió la llamada del mar y el cosquilleo idealista por explorar nuevos lugares. Ingresó en la Marina para hacer posible su deseo y durante once años sirvió como piloto en la ruta del Galeón de Manila (también denominado galeón de Acapulco, por ser ese el puerto de destino o Nao de la China, en una apreciación genérica del origen), atravesando el océano Pacífico desde las islas Filipinas a la costa occidental de México, virreinato de Nueva España. Tras esta experiencia náutica con reconocimiento a su tarea, en 1768 se le asignó al Departamento marítimo de San Blas, principal base marítima española en la costa mexicana del Pacífico. El Apostadero de San Blas de Nayarit, en el departamento de dicho nombre, cuya fundación en 1769 se debe al Visitador General plenipotenciario

Sin novedad digna de mención

Buscando el sol matinal en los albores del estío. A la sombra, con frecuencia ventilada, hace un fresco que recuerda el frío de un día desapacible cuando las prendas de abrigo han acampado en sus lugares de espera temporal; y a la entelada claridad del astro rey, tamizado su brillo por una colcha nívea desflecada por el solsticio de las hogueras, el calor no llega a definirse. Ha empezado a declinar la luz diurna en su fase vespertina, perceptible para la mirada astronómica, momento que aprovecha el verano para hacer acto de presencia, a veces discreto, parco y sutil como hoy. Pero cierto y puntual, inflexible en su rigor. Seguro que es sólo una tregua. Un alivio pasajero, a la fuerza breve, que encanta a los adversarios de la canícula y a quienes, promovido por el desgaste de la edad y el uso, ya prefieren para cuerpo y ánimo el clima templado con tendencia a la baja que el otrora suspirado abrazo de los cuarenta grados. Todo llegará antes o después. El verano remolonea e

La universalidad de saberes renacentista. Benito Arias Montano

Humanismo renacentista La Biblia Políglota De 1568 a 1571 en Flandes Humanista de trascendencia universal, erudito en el más amplio sentido del concepto, hombre del Renacimiento, consejero político y asesor real, sesudo comentarista, excelente poeta, docto naturalista y maestro de lenguas, Benito Arias Montano encarna al hombre completo entregado al conocimiento y a la recopilación de saberes y materias, a la divulgación en los ámbitos correspondientes y a la enseñanza. Benito Arias Montano Imagen de http://www.angelalmazan.com Movido por un insaciable apetito de aprendizaje, a los quince años ya poseía notables conocimientos de Astronomía y despunta en Física. A los diecinueve, iniciada su andadura por el mundo, cursa Artes y profundiza en la Física antes de investirse universitario y avanzar en el discurso natural y en la Retórica al tiempo que se manifiesta beligerante contra toda clase de predicación vacua y alabanza de la estúpida fantasía. En 1560 ingresa e