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Mostrando entradas de octubre, 2016

La explicación de las sensaciones y el efecto de las pasiones. Miguel Sabuco y Luisa de Oliva Sabuco

La Nueva Filosofía de la Naturaleza Miguel Sabuco Álvarez, nacido en Alcaraz, provincia de Albacete, fue procurador síndico en 1563, boticario en 1572 y letrado en Alcaraz, donde falleció. Es llamado “el bachiller Miguel Sabuco”. De los ocho hijos que tuvo, uno fue Oliva Sabuco de Nantes y Barrera, a la que se atribuyó durante mucho tiempo la  Nueva filosofía  de su padre, por figurar como autora en la primera edición impresa. Miguel Sabuco aspira a decir lo que, a su entender, no habían dicho Platón, Aristóteles, Hipócrates y Galeno. Aunque cita a éstos y a otros muchos autores, paganos y cristianos, desarrolla una “filosofía del hombre” y una “doctrina médica” de acusados rasgos “naturalistas”. Según Sabuco, las pasiones producen efectos fisiológicos que se manifiestan en alteraciones cerebrales por pérdida del “jugo radical”. Con ello afirma una estrecha interdependencia entre el “alma” y el “cuerpo”. La hipótesis de la existencia de un “fluido nervioso” ha hecho qu

Nómina despótica

Al clásico divide y vencerás, se ha añadido el posmoderno intégrate y expande, mensajes generados a golpe de puño en la misma factoría de planes subversivos que en una sociedad compuesta por individuos con algo o mucho que perder cala, impone y somete. El todo es la suma de sus partes, siempre y cuando ese todo no sea uno e indivisible. Si el todo puede dividirse, es decir, que un determinado poder, a su vez resultado de la adición de otros poderes de menor entidad, consideración o relevancia, fraccione su aparente homogénea unidad, los vástagos del tronco campan a sus anchas arrimados, no obstante, a su protectora y comprensiva sombra. La dependencia otorgada a sus órganos por el cuerpo primigenio, punto de partida y razón de ser de aquéllos, los eleva a categoría, los dota de sustento económico, morada, estatuto, técnicos, gestores, directivos y representantes-portavoces; estos últimos suelen pesar en oro su habilidad dialéctica y el tendido de puentes con los imprescindible

Lo que el mundo debe a España. Luis Suárez Fernández

Luis Suárez Fernández, asturiano de Gijón nacido en 1924, fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras y titular de la Cátedra de Prehistoria e Historia Universal de la Edades Antigua y Media de la Universidad de Valladolid y decano de la misma. Dirigió la primera cátedra de Cine hasta 1965. Procurador en Cortes, Director General de Universidades e Investigación y catedrático de Historia Universal Antigua y Media de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid hasta su jubilación. Es catedrático emérito de Historia Medieval del departamento de Historia Antigua, Medieval, Paleografía y Diplomática de la Universidad Autónoma de Madrid, miembro de número de la Real Academia de la Historia, de mérito de la de Portugal y correspondiente de la de Buenas Letras de Barcelona y de varias de Hispanoamérica. Ha dirigido la Escuela del CSIC en Roma. A su vez es miembro de la comisión permanente de los Congresos de Historia de la Corona de Aragón, vocal del Comité E

Luego existe

Pensativo el genio. Albrecht Durero: Melancolía I (1513-1514). Sin duda, meditaciones trascendentes polemizan en el fértil territorio de un intelecto activo. Ellas, tan asiduas a dejar posos de curiosidad, a incitar la continuación del camino hacia el infinito, laboran en armonía con el recuerdo y el proyecto. La inspiración traza la ruta para que deducciones e intuiciones perfeccionen la de por sí mágica geometría de las revelaciones. Los descubrimientos suman logros al desafío por alcanzar el siguiente estadio, nunca el último, siempre atrayente, izado a la expectativa, paciente si la espera merece la pena. Entonces, con todo alrededor hasta donde la memoria alcanza, que es mucho, cabe preguntar a la mirada inquisitiva qué echa de menos, qué añora, respecto a qué languidece unos momentos. Puede que el gran peso de llegar más lejos, de conocer más, abrume a la eximia figura al sobrevolar el horizonte.

La primera travesía aérea de los Pirineos. Jesús Fernández Duro

El globo aerostático  Cierzo Del 20 al 21 de enero de 1906 en los Pirineos El pionero de la aeronáutica española Jesús Fernández Duro (1878-1906), de origen riojano, nació en la localidad asturiana de La Felguera, estudió en la burgalesa Carrión de los Condes, pasó por Barcelona y recaló en Ginebra para ampliar su formación en la Escuela Politécnica. Jesús Fernández Duro, emprendedor y audaz, antes de iniciarse en la aventura de surcar el cielo, recorrió amplias parcelas de tierra. La más notable, a bordo de un coche Panhard de 12 c.v., fue la de recorrer la distancia entre Gijón y Moscú, y vuelta, acompañado por tres amigos que sufrieron, como él, los malos caminos, la meteorología cambiante, la falta de combustible y de repuestos, las frecuentes averías del intrépido motor, los pinchazos y las sorpresas de todo tipo que un viaje como ese, entonces y ahora, depara. Realizada la proeza, su bautismo de aire lo recibió en el Aero Club de París, ciudad a la que se había