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Mostrando entradas de septiembre, 2016

Así como era

Ven, dijo a su memoria un hombre que dichoso contemplaba su pasado. Recréate conmigo en la historia sin precedentes, le pidió a su conciencia entre un suspiro y un prolongado parpadeo. Lo que fue me pertenece, afirma; y sigue. John Constable: El campo de trigo (1826). Era un niño con hambre de vida. Cumplía las obligaciones impuestas a su edad y condición, a la época que le enmarcaba, con el espíritu bullente y curioso. Acompañado en su tarea por los seres mágicos que aceptan la mano y la voz del hombre cuando ambas son caricia y respeto; también custodiado por los humildes seres que la creación dispuso para el servicio inquebrantable al digno amo. Los seres mágicos alfombraban la tierra de verde muelle y enseñoreaban el paisaje con la fronda desplegada, elegante, didáctica. Soy así como era, dijo a su conciencia; y quiero estar con quien estaba y hacer lo que hacía.

El imperecedero valor de lo propio. Marcelino Menéndez Pelayo

Historiador, crítico, ensayista y pensador de la cultura española, Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) es autor de una ingente obra de erudición e investigación en la que aborda un vasto número de temas de historia, ciencia, moral, filosofía, religión, ética o arte; y, además, fue un crítico literario excepcional. Catedrático de literatura española en la Universidad de Madrid, en 1878; director de la Biblioteca Nacional, en 1898; director de la Academia de la Historia, en 1911, trabajó para colocar la tradición filosófica española a la altura de las descollantes en Europa. Enemigo del krausismo imperante, ortodoxo católico e hispanista, su discurso se construyó a partir de la didáctica de Raimundo Lulio (lulismo), Luis Vives (vivismo), Gómez Pereira, Huarte de San Juan y Francisco Suárez (suarismo). Ha sido considerado como guía espiritual del conservadurismo español, afecto a la tradición y al legado de la Iglesia católica. En sus escritos, alegatos y exposiciones orales, es a

El primer vuelo aeronáutico demostrable. Diego Marín Aguilera

Recurso volátil 11 de mayo de 1793 en Coruña del Conde Sucedió en España la que puede ser primera ocasión en que un hombre voló verdadera y documentalmente demostrable. El piloto se llamaba Diego Marín de Aguilera, natural de Coruña del Conde, en la provincia de Burgos, del que se cuenta que era pastor de oficio y ocurrente e inventor por inteligencia e imaginación. Tras seis años de pormenorizado estudio del vuelo de las aves y de su “carga alar”, y con la ayuda del herrero de su pueblo construyó el aparato que habría de volar autónomamente, al que bautizó  Recurso volátil . Este anticipo de avión, configurado como un gran pájaro, constaba de alas de dos varas y media cada una, susceptibles de remedar movimientos articulares, compuestas de finas y quebradizas varillas de hierro, revestidas de tela y un vestuario plumífero, confeccionado con materia prima de águila, dispuestas las plumas como la madre naturaleza dotó a sus propietarias las aves. Las alas quedaron sujetas a

El juego legislativo

Las leyes humanas dan mucho juego, señoras y señores legisladores; bien es cierto que unas más que otras. No voy a incomodarles ni a ser reiterativo para con una supuesta audiencia contando lo que ustedes, gobierno y oposición, han dispuesto para satisfacer las pretensiones y objetivos que les mueven y caracterizan, ajenas sus divergencias ideológicas cuando de repartir cargos, prebendas y el dinero de los atribulados contribuyentes se trata. Inmortalizada queda la Ley por mano de artista, mientras los efectos de su omisión por quienes debieran velar su cumplimiento y eficacia en todos los ámbitos, de arriba abajo y viceversa, pasan a un segundo o tercer o cuarto plano, lejos de focos, crónicas y micrófonos. La alegoría decora los solemnes espacios que regulan la cívica convivencia. Mira ella desde su serena postración a quien las contempla dando un paseo entretenido por la dimensión de la ciencia, desplegando a la manera del símbolo una elevada pedagogía de uso cotidiano.

El descubrimiento de las fuentes del Nilo Azul. Pedro Páez Xaramillo

La exploración de Etiopía En el mítico reino del Preste Juan Abril de 1618 en el manantial de Geesh Pedro Páez Xaramillo (1564-1622), natural de Olmeda de la Cebolla (actual Olmeda de las Fuentes, en la Alcarria madrileña), jesuita, misionero, cronista y explorador, fue el primer europeo que descubrió el manantial de Geesh, origen del río Nilo Azul, en 1618. Y el primer relator de tan grande acontecimiento en su extensa  Historia de Etiopía . Pedro Páez cuenta a partir “de vista y experiencia y no de información”, y aún menos de invención o discurso plagiado. Conciso y preciso se refiere a esos “dos ojos redondos de cuatro palmos de largo”, a su entender el surgidero de las aguas de un lago subterráneo; el riachuelo Abbai cuya corriente penetra en el lago Tana y tras fundirse en sus aguas emerge por su extremo sur para discurrir en creciente como Nilo Azul y viajar 4.420 kilómetros hasta la desembocadura en el Mediterráneo. En el mismo estilo de concreción, sin alarde l