A ojos abiertos o a ojos cerrados todo lo que ves es tuyo, todo lo que alcanza la vista te pertenece, todo lo que abarcas con la simbiosis del sentido y la imaginación te corresponde como el gentil destinatario de una carta a su ansioso remitente.
Todo, porque es imposible más.
Ante ti, que miras de frente, un valle de proporciones míticas donde se contiene la espléndida obra natural y la azarosa humana, ambas inmersas en el prodigioso contenedor llamado mundo. Sobre ti, que buscas un horizonte majestuoso en lo alto, que pretendes alcanzar el límite del universo inabarcable, la creación en su estado expansivo.
Pere Borrell del Caso: Contemplación (f. s. XIX).
De cielo a tierra y de suelo a techo, el lienzo es de tu propiedad; pero no el cuadro. Todavía ninguna percepción ni anhelo alguno aboga en tu favor para que, además, seas autor y obra por firme que sea tu convencimiento y decidida tu actitud de conquista.
Disfruta de tu posesión un instante.
Descansa tu mirada en el acogedor regazo de quien comprende y a la vez disculpa la exaltación de un deseo antiguo, de una ambición compañera de viaje de cuna a sepultura.
Aparta cualquier mundana preocupación.
Olvida el inventario de tus bienes, elude esa ardua tarea que distrae del principal empeño, porque tener más es imposible. Después del todo sólo queda la nada, un profundo suspiro y vuelta a empezar.