Ha elegido una puesta en escena conmovedora para su propósito. De la cabeza a los pies y de una mano a la otra no falta ni sobre un detalle. No en vano conoce el terreno que pisa, valga el señalamiento que seguro no ha pasado inadvertido al jurado. La presentación es idónea, completa, sugerente; una manera de hablar sin abrir la boca, algo a tener en cuenta para obtener un título oneroso.
La mirada en lontananza, casi perdida, un ápice nostálgica; el músculo laso, pero no desfallecido; el color ingenuo, tamizado de rubor. Toda ella un poema de verso aliterado.
James Whistler: La dama blanca, 1861-62. Galería Nacional de Arte, Washington D.C.
Una elaboración de metáforas y perífrasis con entrega a domicilio y acuse de recibo. Ha llegado para quedarse, para vincular su nombre y gesto al triunfo, para esculpir la épica de las almas puras, caritativas, flores de azahar, portadoras del sentimiento nacido de la madre entraña. Nada puede contra la virtud, véase la imagen, ni azote ni bestia, ni cláusulas ni estipulaciones. Nada ni nadie deshonra la inmaculada concepción.
Lascivia almibarada que canta las bondades de los accesos restringidos al momento adecuado.
Delicado producto elaborado con metáforas y perífrasis, adivina adivinanza, páguese con la misma moneda; pieza coleccionable previa seducción y un detalle añadido. O más de uno, que el premio bien merece una apuesta múltiple.