Tanto en el ser humano como, en general, en los organismos, la búsqueda y la investigación tienen la condición de ser siempre inacabadas.
La cualidad de falsable, aplicable a todo aquello que se puede falsar, que en rigor científico significa desmentir una hipótesis, y también una teoría, mediante pruebas o sucesiva experimentación, es la falsabilidad.
Tanto en el ser humano como, en general, en los organismos, la búsqueda y la investigación —primero la una, por instinto, por perentoria necesidad de supervivencia, y luego la otra, derivada de aquélla— tienen la condición de ser siempre inacabadas. Estas dos acciones son inevitables; no así la historia, según la concepción absolutista del historicismo, un historicismo de corte fatalista emanado del pensamiento antiguo de Platón y moderno de G. W. Friedrich Hegel, y asimismo fundamento de la ideología marxista, de la compleja, intrincada y excluyente hipótesis marxista.
La historia, que desde el pasado registrado y fehaciente se comporta como antecedente y consecuente del presente en curso, y de su proyección hacia el futuro —que llega al cabo del momento personal, por encima del resto, y social que se vive, estudia, analiza, compara y siente— es fundamentalmente obra del esfuerzo de individuos y, como aduce Karl Popper, no se halla sometida a ninguna ley que trascienda a los individuos.
Esta refutación del marxismo se asienta en la alegación de que para el marxismo, en credo y en la práctica, cuanto sucede en el mundo debe confirmar la hipótesis marxista; desechando que la falsabilidad deba ser una condición indispensable del enunciado hipotético.
Una teoría es falsada cuando se puede deducir de la teoría un enunciado singular predictivo que no la verifica. Por lo que hay que procurar que la teoría se verifique a partir de los esfuerzos realizados para falsarla. Si de buenas a primeras una teoría sólo acepta la verificación pero no aprueba someterse al proceso de falsabilidad, caso que ocurre con el marxismo y el psicoanálisis, por ejemplo, esa teoría no es científica e incurre en el vicio de la demagogia y no pocas veces en el sofisma.
Para que una hipótesis dada adquiera su carácter científico, requiere que de ella deriven enunciados observables y, en consecuencia, falsables, de modo que si los enunciados no se verifican la hipótesis pueda ser refutada. Lo que traslada a una concepción abierta de la ciencia, opuesta al esencialismo —doctrina entroncada en la metafísica según la cual algo es lo que es en virtud de su esencia, referida al conjunto de propiedades que posibilitan su naturaleza— y al historicismo —doctrina que se sustenta en la creencia de la determinación racional de los acontecimientos futuros que escribirán la historia.
El historicismo marxista es enemigo de la libertad del individuo a la par que de la sociedad abierta, la que elige y se organiza con criterios liberales y de seguridad jurídica.
La manera de proceder que sigue el investigador para hacer de su actividad una práctica científica es el método hipotético-deductivo, o del enunciado hipotético, con cuatro fases características: la observación del fenómeno que va a ser objeto de estudio, la elaboración de una hipótesis con rigor suficiente para explicar dicho fenómeno, la deducción de consecuencias o de incipientes proposiciones, y la verificación de los enunciados deducidos al compararlos con la experiencia. Este método combina la racional, momento racional del procedimiento, con el empirismo, momento empírico del mismo.
Al partir de la observación reiterada de fenómenos, tradicionalmente la ciencia extrae por inducción las leyes generales que los gobiernan; con el enunciado hipotético, o método hipotético-deductivo, la hipótesis planteada para explicar el fenómeno se puede analizar deductiva o inductivamente, y una vez alcanzada la teoría científica el poder ser refutada por la experimentación (falsabilidad); el método hipotético-deductivo nunca considera verdadera una teoría científica sino, llegado el caso, no refutable.
El criterio del filósofo y científico Mario Bunge es que la refutabilidad (concepto más adecuado que el de falsabilidad a su juicio) no puede serla única garantía de cientificidad. Las fases del método hipotético-deductivo que propone son las siguientes: el planteamiento del problema, la creación de la hipótesis, las deducciones de consecuencias de la hipótesis, y la contrastación refutando o aceptando. Al igual que en el presentado anteriormente, en este esquema se vincula la experiencia, el proceso empírico, con la racionalidad; y la inducción (al observar y verificar) con la deducción (en el planteamiento de la hipótesis y en sus deducciones).
En el caso de que todas y cada una de las variables puedan ser objeto de estudio, el último paso sería una inducción completa que daría paso a una ley universal; en caso contrario la inducción es incompleta, y por tanto la ley obtenida sería una ley probabilística.
También Bunge se ha mostrado beligerante contra el psicoanálisis, al que considera una pseudociencia supeditada a la aceptación acrítica de la doctrina de Sigmund Freud como argumento de autoridad; y contra el marxismo, al considerar que no ha conseguido superar la condición ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también acrítica de las enseñanzas de Karl Marx.