Ir al contenido principal

De cara a la galería


Es una entelequia, sentenció y al paisaje donde la nada se convierte en todo dio la espalda.
    La dignidad le quedó a salvo y compuesta, vestida de dulce, de veintiún botones el atavío del galano desplante, luciendo de anverso a reverso como un brazo de mar, como los chorros del oro por limpia, lustrosa y brillante.
    Aunque sirva de poco en cuanto el viento, que sopla por decencia, cesa de barrer.
    Cosa irreal, dijo; y no era para menos el calificativo vista la estampa de tendencia y apropiación, justificados los medios, habidos y por haber, en la finalidad acordada previo el empuje inicial. Incomprensible, añadió para que sonara fuerte en el vacío agujereado.
    Alejándose a buen paso del percal, que más sabe el avisado que el teórico de las retóricas, denunciaba aquello que nadie descubre en campo abierto ni lo cree posible, pero que, a su vez, nadie descarta ni rehúye como ejemplo porque condiciona las decisiones y preside los actos.
    Un lío, vamos.
    Una utilidad para la ceremonia de la confusión que permite grandes capturas de peces en las aguas revueltas.
    Ya en lontananza el ausentado, desvaído el perfume de sahumerio, en el marco intemporal contienden las alegorías.
    También las analogías, que conste.
    Dramaturgia de galería con horario de visitas restringido al acondicionamiento de los figurines. Permutando, cuando están, son maternales, delirantes, proteccionistas y reconstructores, judicativos, estacionales y románticos; dioses y criaturas perennes.
    Paga y cobra el universo de los misterios.

Giovanni Paolo Pannini: Concierto en una galería (mediados del siglo XVIII).

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y

El Camino Real de Tierra Adentro. Juan de Oñate

El imperio en América del Norte: La ruta hacia Nuevo México El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta que llevaba desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe de Nuevo México, actualmente capital del Estado homónimo integrado en los Estados Unidos; y durante más de dos siglos fue el cordón umbilical que mantuvo ligada a esta remota provincia del septentrión de la Nueva España. Cada tres años partía la llamara ‘conducta’, una caravana que trasladaba ganados, aperos y gentes, para mantener la colonización española en aquellas tierras. A través del Camino Real de Tierra Adentro penetró la cultura hispana en el Suroeste de Estados Unidos, ejerciendo aquí un papel semejante al del Camino de Santiago en España. El Camino Real de Tierra Adentro Cuando la corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en todos los sentidos, sino mantenerla por razones de no desamparar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema