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Memoria recobrada (1931-1939) LXX

Recordemos aquello que fue y por qué sucedió. Esta entrega resume la matanza ocurrida en la cárcel Modelo de Madrid los días 22 y 23 de agosto de 1936, y las sacas de menores que acto seguido fueron asesinados en Paracuellos de Jarama, Aravaca y Torrejón de Ardoz, en otoño de 1936.

Matanza en la cárcel Modelo de Madrid

Las milicias de las organizaciones integradas en el Frente Popular, actuando con el permiso tácito o expreso de los asesores soviéticos, el gobierno, la junta de defensa, el delegado de orden público y la dirección de prisiones, procedieron a la matanza sistemática de los presos hacinados en las cárceles de Madrid desde agosto de 1936. La cárcel Modelo fue el escenario de una matanza entre el 22 y el 23 de agosto, preludio de sucesivos capítulos de exterminio dentro y fuera del recinto y los otros lugares de reclusión.

Transcripción del artículo del historiador Juan Ernesto Pflüger Samper:

“Desde mediados de agosto de 1936, la cárcel Modelo de Madrid se encontraba saturada por los ‘presos políticos’ que las autoridades detenían en masa. La prisión tenía capacidad para mil ochocientas personas, pero había más de cinco mil presos de los que la mayoría eran personas detenidas por su forma de pensar, no por haber cometido ningún delito.

    Esta saturación causaba malestar a los presos comunes, en su mayor parte condenados por robos y por delitos de sangre, que amenazaron con amotinarse si no se les dejaba en libertad y se les apartaba de los ‘políticos’.

    El día 15 de agosto las celdas de los dirigentes de partidos políticos de derechas, de sacerdotes y militares fueron registradas por milicianos anarquistas de la CNT (Confederación Nacional del Trabajo, sindicato anarquista) que procedieron a robar todo tipo de enseres a estas personas. Mientras tanto, un grupo de estos anarquistas reunió a los presos comunes prometiéndoles la libertad si se afiliaban a su organización y se alistaban como milicianos.

    Poco después, el destacado líder anarquista Felipe Sandoval, acompañado de otros cuarenta miembros de la CNT que gestionaban la checa del Cine Europa, se presentaron en la cárcel Modelo para realizar otro registro. Su entrada fue posible gracias a la presencia en el turno de aquel día, 22 de agosto, de varios funcionarios de la prisión afiliados a ese sindicato.

    Con la excusa de realizar el registro, muchos de los ‘presos políticos’ fueron encerrados en uno de los patios, mientras que a los que no cabían allí fueron confinados a sus celdas. Mientras tanto, los presos comunes se hicieron dueños de la prisión y empezaron a amenazar a los funcionarios, apoyados por los anarquistas, con prender fuego a la prisión si no eran puestos en libertad.

    En ese momento se inició el incendio de la leñera en la que se almacenaba el combustible y los presos comunes culparon a los ‘políticos’, a pesar de que se encontraban encerrados y fuertemente vigilados.

    Varios de los anarquistas ametrallaron el patio en el que se encontraban los presos derechistas. Murieron seis y otros veinte resultaron heridos.

    Mientras esto ocurría, en el exterior de la cárcel se aglomeraban cada vez más miembros de los partidos revolucionarios que amenazaban con asaltar el edificio si no se liberaba a los presos comunes y se daba un escarmiento a los ‘políticos’. Cuando llegaron las dotaciones de bomberos desplazadas para apagar el fuego de la leñera, varias decenas de estos radicales lograron entrar y se sumaron a los hombres de Sandoval, que se habían apoderado de los archivos de la cárcel y estaban realizando listas de sus posibles víctimas.

    A las siete de la tarde de aquel 22 de agosto, los milicianos anarquistas con el apoyo del socialista Enrique Puente, obligaron a los funcionarios a abandonar la cárcel. Los anarquistas, con el pleno control de la prisión, hicieron una selección de treinta y dos presos derechistas, republicanos moderados, militares y sacerdotes, que fueron apartados del resto.

    Durante la madrugada del 22 al 23 de agosto, sin que mediase ningún tipo de juicio, fueron fusilados en los sótanos de la quinta galería de la cárcel.

    Entre las víctimas se encontraban: Melquiades Álvarez González, decano del Colegio de Abogados de Madrid, insigne jurista y orador, diputado durante varias legislaturas, jefe del Partido Republicano Liberal Demócrata y presidente del Parlamento; José Martínez de Velasco y Escolar, jefe del Partido Agrario, ex ministro de la República; Julio Ruiz de Alda Miqueleiz, aviador militar, pionero de la Aviación, tripulante en el vuelo del Plus Ultra, fundador de Falange Española, en la que acompañó desde un principio a José Antonio Primo de Rivera; Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, oficial del Ejército y médico, hermano del jefe de Falange Española; Rafael Esparza García, abogado y político, diputado en Cortes por AP (Acción Popular) y la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas); Manuel Rico Avello y García de Lañón, jurista, ministro de Gobernación y de Hacienda y Alto Comisario de España en Marruecos durante la II República, diputado a Cortes por la Agrupación al Servicio de la República en la que figuraban Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y José Ortega y Gasset; Francisco Javier Jiménez de la Puente y Pérez de Vargas, conde de Santa Engracia, político liberal monárquico; Ramón Álvarez-Valdés Castañón, abogado y político, ministro de Justicia de la II República, miembro del Partido Republicano Liberal Demócrata y diputado a Cortes; José María Albiñana Sanz, abogado, médico, escritor, fundador del Partido Nacionalista Español y diputado a Cortes; Oswaldo Fernando Capaz Montes, general del Ejército, en su momento el coronel más joven del Ejército, pionero de la Aviación, experto conocedor del mundo árabe ocupó pacíficamente del territorio de Ifni (Santa Cruz de Mar Pequeña, con derecho de soberanía española desde 1476 ratificado en 1860 por el Tratado de Tetuán) el 8 de abril de 1934; Rafael Villegas Montesinos, general del Ejército; Santiago Martín Báguenas, comisario de Policía; Enrique Matorras Páez, falangista de veintitrés años, procedente de las filas de la Juventud Socialista Radical y del comunismo en calidad de secretario del Comité Central de la Juventud Comunista, autor de El comunismo en España, obra en la que explica su cambio de criterio político, y autor de Comunista a católico, donde expone su cambio de fe.

Menores asesinados en Paracuellos de Jarama

Doscientos setenta y seis menores de edad procedentes de sacas fueron asesinados principalmente en Paracuellos de Jarama, y también en Aravaca y Torrejón de Ardoz; las tres localidades madrileñas.

    La víctima más joven, Samuel Ruiz Navarro, tenía trece años; de quince años eran Manuel Pedraza García y Francisco Rodríguez Álvarez. Con dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte y veintiún años murieron asesinadas las restantes doscientas setenta y tres víctimas. La lista fue publicada en 2006, y de ella quedaron excluidos los que cumplían veintidós y veintitrés años, pese a que durante la II República la mayoría de edad se fijó en veintitrés años.

    Fueron ametrallados atados de dos en dos, cayendo a peso en las fosas donde agonizaron hasta morir sintiendo las heridas y bajo el peso de los cuerpos y de la tierra arrojada, igual que todas las víctimas de las sacas. 

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