Ir al contenido principal

Memoria recobrada (1931-1939) LXXIII

Recordemos aquello que fue y por qué sucedió. La presente entrega informa sobre los disparos contra civiles por fuerzas de Orden Público antes de iniciarse la guerra, las sacas de presos en la provincia de Málaga y la práctica de la guerra sexual importada de la Unión Soviética.

Disparos contra civiles

El abucheo a la Guardia Civil por un grupo de militantes de organizaciones tituladas obreras en el desfile militar que conmemoraba el quinto aniversario de la II República fue recriminado por el agente de paisano Anastasio de los Reyes. Terminada su protesta recibió un disparo por la espalda que le causó la muerte.

    A su entierro asistieron representantes de los partidos de centro y derecha, una delegación de las fuerzas del Frente Popular en el gobierno y un considerable número de policías, guardias civiles y militares. El recorrido fúnebre discurría tenso entre los altos del Hipódromo y el Cementerio del Este, soportando ataques de elementos extremistas de izquierda organizados que ocasionaron heridos de diversa consideración. Puesto que el ministerio de Gobernación no había dispuso medidas de protección, a sabiendas de lo que iba a suceder durante la marcha, otorgando patente de corso a los agresores. para repeler estos ataques intervinieron los agentes de paisano formando parte de la comitiva.

    El teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Tejada, conocido instructor de las milicias socialistas y comunistas y afiliado a la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA), destinado en el cuartel de Pontejos en tareas de mantenimiento del Orden Público, aguardaba al frente de su sección en la plaza de Manuel Becerra que llegara la comitiva fúnebre. En cuanto tuvo a tiro la cabeza de la misma ordenó abrir fuego indiscriminado, abatiendo mortalmente a tres personas e hiriendo a un número indeterminado antes de que pudiera dispersarse la multitud.

    El teniente Castillo mandó disparar contra el pueblo, aunque ni para él ni para el Frente Popular fuera pueblo, ni merecedores de vida, quienes señalaban como desafectos a su causa con la etiqueta de enemigos de la República solo apta para las organizaciones de izquierda, desde las burguesas a las obreras, y las separatistas. El Gobierno del Frente Popular de la República no tomó cartas en el asunto de los disparos y asesinatos de su lacayo; simplemente, aquello no había sucedido y que pasara la protesta y el duelo.

Las sacas de Málaga

Los milicianos comunistas, anarquistas y socialistas habían organizado en la capital malagueña el titulado Comité de Salud Pública, organización destinada a implantar el terror y a proceder a la detención, tortura y asesinato de las víctimas escogidas por su credo, ideología, modo de vida, o por recaer en ellas la envidia y el rencor de los milicianos e informadores.

    La primera saca de la Prisión Provincial ocurrió el 22 de agosto de 1936. Un grupo de milicianos del Comité de Salud Pública se personó en la prisión y, sin ninguna oposición por parte de la autoridad del Frente Popular ni de los funcionarios de prisiones, sacaron de la cárcel a los cuarenta y seis presos de una lista previamente confeccionada. Le fueron entregadas las víctimas pese a no tener autoridad para llevárselas, salvo la de la violencia. Todos los sacados murieron fusilados a plena luz del día contra las tapias del cementerio en presencia de un público enfervorizado con la matanza.

    La segunda saca tuvo lugar el 30 de agosto.

    Los días 20, 21 y 24 de septiembre registraron sendas sacas.

    En las cinco sacas se registraron doscientos setenta asesinados. Paradójicamente, algunas de estas personas habían ingresado en prisión para velar por su seguridad, amenazada por las calificadas de “actividades espontáneas”, mientras que el resto había sufrido la privación de libertad en aplicación discrecional de la Ley de Defensa de la República, que validaba las detenciones arbitrarias,promulgada en 1932.

La guerra sexual

Utilizada por elementos del Frente Popular para satisfacción propia y humillación de las víctimas, bajo consigna de la autoridad soviética incluso publicada en el órgano de comunicación y propaganda Izvestia, la violación de mujeres, en mucha menor medida también de hombres, constituyó una práctica que solía finalizar con el asesinato de la víctima; aunque se registraron casos de violación ejercida en cadáveres y mientras se forzaba a la mujer.

    Documentación abundante al respecto figura en los archivos de la Causa General.

    Los comunistas definieron las violaciones y demás abusos y agresiones de la misma índole como guerra sexual, usualmente en la retaguardia, que en la zona de España dominada por el Frente Popular inició su recorrido.

    El arma de la violación tuvo su mayor protagonismo en los primeros meses de la guerra. Y no solo fueron españolas las víctimas; pese al estatus de inmunidad diplomática algunas mujeres, siendo las más notorias las hermanas del cónsul de Uruguay, Consuelo y Dolores Aguiar-Mella, de dieciocho y veintitrés años respectivamente, fueron secuestradas y violadas por milicianos comunistas y abandonados sus cadáveres en una cuneta.

Investigación de los historiadores José Javier Esparza, Juan Ernesto Pflüger Samper y José Luis Mesa. 

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y

El Camino Real de Tierra Adentro. Juan de Oñate

El imperio en América del Norte: La ruta hacia Nuevo México El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta que llevaba desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe de Nuevo México, actualmente capital del Estado homónimo integrado en los Estados Unidos; y durante más de dos siglos fue el cordón umbilical que mantuvo ligada a esta remota provincia del septentrión de la Nueva España. Cada tres años partía la llamara ‘conducta’, una caravana que trasladaba ganados, aperos y gentes, para mantener la colonización española en aquellas tierras. A través del Camino Real de Tierra Adentro penetró la cultura hispana en el Suroeste de Estados Unidos, ejerciendo aquí un papel semejante al del Camino de Santiago en España. El Camino Real de Tierra Adentro Cuando la corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en todos los sentidos, sino mantenerla por razones de no desamparar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema