El Imperio en Sudamérica: Exploraciones y fundaciones
El cacereño de Trujillo Ñuflo de Chaves, nacido en 1518, exploró los vastos territorios de la cordillera andina oriental y El Chaco (territorios en la actualidad de Argentina, Bolivia y Brasil) fundando poblaciones.
En 1542 y desde Brasil recorrió el territorio guaraní. Junto a Álvar Núñez Cabeza de Vaca contempló las impresionantes cataratas de Iguazú y llegó a la ciudad de Asunción en Paraguay, fundada el 15 de agosto de 1537 por los capitanes Juan de Salazar de Espinoza y Gonzalo de Mendoza cerca de la desembocadura del río Pilcomayo, en el río Paraguay, que bautizaron como Puerto y Casa Fuerte de Nuestra Señora de Santa María de la Asunción. En esta ciudad ofreció su lealtad al gobernador local Domingo Martínez de Irala en contra de su anterior jefe Cabeza de Vaca. Cuando Irala quedó como gobernador interino de la provincia del Río de la Plata, confió en Ñuflo de Chaves para la dirección de algunas expediciones como la que tuvo lugar en 1546 para buscar la sierra de la Plata desde la zona septentrional del río Paraguay. Esta confianza surgía de la experiencia de Chaves en la campaña para la conquista de Perú, acompañando a Francisco Pizarro en 1530; y posteriormente en sus constantes descubiertas por las regiones del Chaco, Charcas y Bolivia, entonces denominada Alto Perú.
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Domingo de Irala envió a Ñuflo de Chaves en 1547 a remontar el río Pilcomayo, con la misión de alcanzar los Andes orientales. Un año después ambos exploraron la sierra de la Plata con escaso resultado práctico. En ese 1548, Chaves se dirigió a Lima para entrevistarse con el visitador Pedro de Lagasca, encomendado por Carlos I para acabar con las guerras entre los conquistadores del imperio inca y pacificar la región. De Lima viajó a la gobernación del Río de la Plata recorriendo el río Paraná.
Después de estos episodios retomó su actividad exploradora por el Chaco, adentrándose en territorio inexplorado hasta tomar contacto con nativos de las tribus chiquitos e itatíes, y asimismo colaboró al sometimiento de los tupíes.
El sustituto por fallecimiento de Irala, Gonzalo de Mendoza, propuso a Ñuflo de Chaves la fundación de ciudades. En 1559 partió de Asunción con veinte bergantines, ciento cincuenta soldados y mil quinientos nativos guaraníes en calidad de auxiliares de la tropa, alcanzando el puerto de Itatín y luego el de Reyes para continuar viaje por el río Guapay, en el oriente boliviano, donde el año 1559 fundó Nueva Asunción; todo ello en la región de El Chaco. Dos años más tarde, en 1661, fundó Santa Cruz de la Sierra, al noroeste de la anterior ciudad, entre el Mato Grosso brasileño, El Chaco y la zona oriental andina.
Monumento a Ñuflo de Chaves en Santa Cruz de la Sierra
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Su última misión fue la de custodiar el viaje de colonos a la ciudad paraguaya de Asunción.
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