Ejercicio diferenciador en el gobierno de una sociedad. La tradición jurídica romana, que informa el pensamiento europeo, distingue entre autoridad y poder. También, en los tiempos que corren, las fuentes con solvencia abundan en la distinción y explicitan desde la génesis de los conceptos y desde la aplicación a lo largo de la historia qué es y de donde nace la autoridad y lo mismo para el poder. En consecuencia, la autoridad es definición y se traduce en leyes de obligado cumplimiento para que la convivencia de las personas cívicas sea posible y justa. La etimología de la palabra poder nos sitúa en el concepto de potestad, que significa coerción y justifica su existencia en la incapacidad de los ciudadanos, por sí mismos, de asegurar el cumplimiento de las leyes. Por tanto, la ley es la norma de convivencia imprescindible e ineludible para procurarla. De lo anterior se infiere que, jurídica y socialmente, el autoritarismo no impide el desarrollo libre de la persona
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