José Sanjurjo Sacanell, militar español bilaureado.
Primera Laureada
Siendo comandante del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla n.º 2, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando por su actuación en el combate de Beni Salem, el 1 de febrero de 1914. Campañas de Marruecos.
Al mando de un grupo de fuerzas, al poco de iniciada la acción recibió casi simultáneamente dos graves heridas de bala, lo que no le impidió continuar al frente de sus tropas durante más de cinco horas, siempre activo y eficaz, mostrándose tan sereno como enérgico hasta el final del combate.
En este mismo combate también consiguió la Cruz Laureada de San Fernando el segundo teniente del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas, Eduardo Aizpurúa Reynoso, natural de Tarragona, nacido en 1892. Al mando de su sección se destacó a distancia para tomar una loma, resultando gravemente herido; no obstante lo cual siguió al frente de su tropa, dando ejemplo de valor heroico hasta que un disparo en la cabeza le ocasionó la muerte.
Segunda Laureada
Con el empleo de teniente general, fue condecorado con la Gran Cruz Laureada de San Fernando por la Pacificación del Protectorado de Marruecos entre 1925 y 1927.
Nombrado general en jefe del Ejército de África el 2 de noviembre de 1925, en el mes de marzo de 1926 realizó la decisiva operación que permitió ocupar el collado de Dar Rai, entonces cuartel general y depósito principal de los rebeldes en Yebala. Posteriormente consiguió dominar el macizo de Beni Hosmar, lo que supuso asestar un duro golpe a la moral del enemigo.
El 8 de mayo de 1926 inició la campaña decisiva para derrotar al caudillo rifeño Abd el Krim, que huyó al término de la misma vencido, abandonando a los prisioneros, las armas y las municiones. Conseguida la rendición de Abd el Krim, se ocupó plenamente los territorios del Rif y Gomara.
Prosiguió la campaña con la ocupación de Xauen y el sometimiento de las cabilas de Beni Hosmar, Beni Hassan, Beni Lait, Ahl Serif, Beni Sicar y en buena medida la de Almas y la de Beni Isef.
Ya en el último episodio de la campaña, alcanzó el corazón del territorio de Yebel Alam y el desfiladero de Bab Taza, logrando la sumisión completa de la totalidad de las cabilas del Protectorado, asimismo la ocupación y la entrega del material de guerra.
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José Sanjurjo Sacanell nació en Pamplona el año 1872. Hijo de militar, en 1890 ingresó en la Academia General Militar de Toledo, terminando sus estudios en la de Infantería.
En 1894, promovido a segundo teniente, fue destinado a Cuba, donde con el Batallón de Figueras y en la operación de Lanes ganó una Cruz roja del Mérito Militar. En el combate de Taco-Taco, mandando una compañía, le fue concedida la Cruz de María Cristina. Otras Cruces del Mérito Militar las ganó en Manzanillo, Mogote de los Negros y Tres Cruces, siendo ascendido a capitán por méritos de guerra.
A su regreso a la Península en 1898 fue destinado a La Coruña. En 1904 recibió la Cruz de Beneficencia por salvar en Zaragoza a una madre y su hijo víctimas de un incendio.
Participó en la campaña de Marruecos de 1909, la segunda campaña del Rif, con el Batallón de Figueras. Por los combates en el Zoco el Jemis de Beni bu Ifrur y Monte Arruit en 1912, se le propuso para la Cruz Laureada de San Fernando y obtuvo la Medalla Militar con distintivo rojo respectivamente. Tras diversos ascensos por méritos de guerra los años siguientes, en 1920 recibió el fajín de general.
Destinado a Melilla pasados los sucesos de 1921, en él recayó la responsabilidad de tomar el macizo del Gurugú. Ya como general de división fue nombrado comandante general de Larache. La concesión de una nueva Medalla Militar Individual tuvo su razón en “sus méritos durante las operaciones efectuadas en el territorio de Melilla en el año 1921, en que se distinguió contribuyendo y secundando acertadamente las disposiciones del Mando a levantar el espíritu de la población, organizando su defensa y poniendo a contribución sus excepcionales condiciones de inteligencia, espíritu militar y dotes de mando, y muy especialmente al frente de una columna primero y más tarde como Comandante General, demostrando siempre diligencia y celo infatigables en su cometido”.
En 1923 se le confió la Comandancia General de Melilla, puesto desde el que dirigió el desembarco en la bahía de Alhucemas de la columna del general Saro y las operaciones ulteriores para ensanchar la cabeza de playa. Por tales cometidos se le concedió la Gran Cruz Laureada de San Fernando, el título de marqués del Rif y el ascenso a teniente general. Posteriormente sucedió a Miguel Primo de Rivera en el mando del Ejército de Operaciones y en el cargo de Alto Comisario del Protectorado. En 1926 se le concedió el título de marqués de Monte Malmusi.
Hasta su fallecimiento en 1936, culminó su trayectoria militar dirigiendo la Guardia Civil y el Cuerpo de Carabineros.