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Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio.

Andrés Manuel del Río

Imagen de omnia.ie

En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.

    Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y sus dominios también incluía la preparación internacional de los futuros científicos.

    Andrés Manuel del Río fue pensionado para realizar estudios sobre las porcelanas en el Collège de France con el químico y académico Jean D’Arcet; durante cuatro años estuvo practicando los análisis minerales y complementariamente estudió asignaturas de Medicina. Concluida esta etapa, en 1788 se incorporó a las escuelas de minas de Freiberg, en Sajonia, y de Schemnitz, en Hungría; como alumno oficial de la Real Academia de Minas de Freiberg, convivió con los reputados científicos Horace de Saussure, Tancrede Dolomieu y Abraham G. Werner, destacado geólogo y mineralogista; en la Real Academia de Minas de Schemnitz asistió como oyente a los cursos de geometría subterránea de Lempi y de química analítica y metalurgia de Anton von Ruprecht, siendo condiscípulo de Christian L. von Busch, Luis Lidner y Alexander von Humboldt. En 1790 visitó los distritos mineros de Cornualles y de Escocia, en Gran Bretaña. En 1792 obtuvo el título de profesor de química del Real Seminario de Minería de México, por recomendación de su director el español Fausto de Elhuyar, descubridor del elemento químico wolframio y director general de las minas de Nueva España; ambos viejos conocidos de Freiberg. Andrés Manuel del Río se convirtió en profesor de la Cátedra de Mineralogía. Desembarcó en el virreinato de Nueva España en octubre de 1794, y de inmediato emprendió la tarea de revisar los materiales e instalaciones necesarios para dictar su curso en el Real Seminario de Minería, institución a la que permanecería unido de por vida.

El Real Seminario de Minería había sido fundado en 1792 para preparar a los futuros peritos y facultativos de minas expertos en el laboreo y beneficio de los metales. En esta institución dependiente de la Corona española, durante cuatro años los alumnos recibían cursos de Matemática, Física, Química y Mineralogía, ampliados con un año de prácticas en las minas. La enseñanza teórico-práctica era impartida en su mayoría por profesores europeos. Del Río desempeñó un importante papel en el proceso de los intercambios científicos establecidos en este centro evaluado como el mejor de América.

    La primera Cátedra de Mineralogía en México se inició el 27 de abril de 1795, y el texto docente fue el compendio de los apuntes dictados por el profesor Del Río, que lleva por título Elementos de Orictognosia; en sus diferentes ediciones, esta obra fue utilizada en los dominios españoles casi un siglo; en ella aparecen las dos primeras clases del sistema de Werner: I Tierras y piedras, II Sales, y la importancia de los caracteres externos para la clasificación de los minerales; introduciendo a la par el estudio de las rocas de T. O. Bergman y los conocimientos adquiridos por experiencia propia en las minas europeas y americanas, además de numerosos análisis químicos aportados por sus colegas europeos, especialmente Lavoisier. Para los nuevos cursos los alumnos ya dispusieron de los Elementos de Orictognosia como libro de consulta en la preparación de sus tareas y de las disertaciones de los actos públicos de fin de curso.

    Alexander von Humboldt recaló en el Real Seminario de Minería el año de su presencia en Nueva España, 1803, ocasión en la que el célebre naturalista actuó como examinador; en este periodo de arduos trabajos de campo, registro, clasificación e identificación de materiales y especies, Von Humboldt fue asistido por Del Río y el resto de profesores y alumnos del prestigioso centro novohispano.

    En 1805 se publicó la segunda parte de los Elementos de Orictognosia que contenían al final la Pasigrafía geognóstica de Humboldt. En esta edición, Del Río describe las clases III Combustibles y IV Metales, y un apartado de su autoría sobre las rocas y minerales de Nueva España.

    Finalizada su docencia en el Real Seminario de Minería, Del Río se estableció en Coalcomán para explotar una ferrería. En 1812 partió hacia Guatemala para asesorar diferentes proyectos y buscar yacimientos de hierro y mercurio; a su regreso fue nombrado regidor honorario de la Ciudad de México.

    Desde 1821 a 1829 se mantuvo al frente del Real Seminario de Minería; etapa a la que puso fin trasladándose a Estados Unidos. De la ciudad de Washington a la de Boston, pasando por Filadelfia, seis fueron los años en los que Del Río participó en las reuniones de las Academia de Ciencias correspondientes y de la Sociedad Filosófica Americana, siendo elegido presidente de la Sociedad Geológica de Pensilvania. En Filadelfia publicó la segunda edición de sus Elementos de Orictognosia. También en Filadelfia apareció publicado un Suplemento de adiciones y correcciones de Mineralogía, dando a conocer los últimos descubrimientos mineralógicos y las técnicas de observación de los minerales en el microscopio petrográfico.

Descubrimiento del Pancromo-Eritronio-Vanadio

Andrés Manuel del Río anunció su hallazgo de un nuevo elemento químico en los albores del siglo XIX. Con sus ayudantes Manuel Ruiz de Tejada y Manuel Cotero analizaba en el laboratorio del Real Seminario una muestra mineral del plomo pardo de Zimapán, cuando tratándolo con diferentes reactivos dedujo la presencia de un elemento químico nuevo. Lo bautizó Pancromo, a causa de la variedad colorista de sus compuestos, y después Eritronio, debido a que sus sales tomaban un rojo intenso en contacto con el fuego y los ácidos. En 1803 Del Río comentó su descubrimiento a Von Humboldt, pero las reticencias del naturalista a dar crédito a tal hallazgo, a saber el verdadero motivo de lo que se convirtió en renuencia, y la lejanía de los centros decisorios europeos retrasaron tres décadas la confirmación del descubrimiento y la autoría.

    La Real Academia de Ciencias de París, la Real Academia Médica Matritense, la Academia de Ciencias de Filadelfia, la Real Sociedad Económica de Sajonia, la Sociedad Werneriana de Edimburgo, la Sociedad de Medicina de Estrasburgo, la Sociedad Linneana de Leipzig, la Sociedad Geológica de Pensilvania, la Sociedad Filosófica Americana, el Liceo de Historia Natural de Nueva York, el Instituto de Ciencias Literatura y Artes y la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, entre otras instituciones científicas determinaron el mérito del descubrimiento realizado por Andrés Manuel del Río.

Obras

La obra científica de Andrés del Río es abundante, publicada en diferentes países e idiomas. Sus contribuciones alcanzan el medio centenar y cubren los diferentes aspectos de su vida académica y profesional. Figuran los discursos pronunciados en los actos públicos de los cursos, sus libros y las traducciones realizados para apoyar su cátedra, sus observaciones y artículos en periódicos y órganos de difusión donde dejó registradas sus investigaciones sobre nuevos minerales, análisis químicos, mejoramiento de métodos metalúrgicos, aspectos tecnológicos, mapas, estudios geológicos y el descubrimiento del elemento químico Pancromo o Eritronio, posteriormente llamado Vanadio.

De la importancia de las señales exteriores para conocer los fósiles, 1793. Elementos de Orictognosia o del conocimiento de los fósiles, 1795

Elementos de Orictognosia para el uso del Real Seminario de Minería de México, Segunda parte, 1805.

Carta dirigida al señor Barón de Humboldt, 1819.

Carta sobre el descubrimiento del Subcromato de Zimapán, (1827, 1828 y 1829).

Suplemento de adiciones y correcciones de mi Mineralogía, 1832.

Manual de Geología, 1841.

Informe sobre los criaderos de las sustancias propias para la fabricación de la porcelana, 1843.

Artículos complementarios

    Descubrimiento del metal Wolframio-Tungsteno

    La biblioteca científica de José Celestino Mutis

    Descubrimiento del metal Platino

    El impulsor de las Ciencias Físico-Químicas

    La determinación de los pesos moleculares

    El Solar Hispano

    El mejor científico de su tiempo

    Método Barba para la explotación de la plata

    Renovación de los sistemas de estudio y la práctica científica


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