Había nacido una iniciativa. Salvador Paredes Garriga, el autor de la iniciativa, tras el ufano alumbramiento le dio carrete para de ella obtener el provecho que le imaginaba a bote pronto. De su intelectualidad propiciada en el caos, el caos esencial y nutricio, el determinismo sensible a las condiciones iniciales, trascendió una energía pura en periodo recolector que a la vuelta del fantástico paseo cósmico, sorteando o atravesando, según vinieran, repulsas de censores a sueldo de la ideología pagadora, le alcanzó la conciencia. Con el feliz y pródigo impacto advinieron los siguientes orígenes, todos definidos en la libre elección de las trayectorias. Salvador Paredes Garriga agradeció el regalo de los estímulos, y para demostrar su contento fue de cara rechazando los estorbos que buscaban interponerse en un camino que molestaba al pensamiento único, a la dirección única, que ocasionaba un perjuicio evidente a los ideólogos de calle y s...
El patear intimidatorio de la favorita alfa suena hiriente en el recorrido por las dependencias de la sede política. Está, digamos, de inspección, y su examen al hilo de su inquietud va de fuera adentro y viceversa; hay tanto mundo que vigilar, tanta competencia y tantas ambiciones que someter a control para evitar acosos e intrusiones, para impedir el zarpazo sarcástico de la usurpación. Con mando en plaza, aunque no sea la regencia absoluta, pues ese privilegio corresponde al cacique figurón, la guardia de lacayos en el pesebre —los “apesebrados”— da la novedad al cruzarse con la aspirante cacica, bien posicionada para hacerse con el trono parejo. Dejándose ver y sentir, la favorita alfa asume con gusto y ganas el papel de corresponsable y coadministradora sobre los bienes raíces, muebles y vacantes de la organización política y dadora de privilegios al sector de afines situados bajo el paraguas de los cargos públicos. Impone su presencia, pero una sombra a...