El viajero, comerciante y cronista Benjamín de Tudela, cuyo nombre auténtico era Benjamín ben Zona, es autor del libro de viajes Sefer-Ma’asot, una recopilación de informaciones sobre las impresiones del largo viaje, la geografía, las costumbres y como precedente de etnografía y sociología.
Nació Benjamín en la localidad navarra de Tudela hacia 1130. Era rabino, lo que significa sabio, políglota, experto en telas, gemas, especias y perfumes. Estos conocimientos impulsaron un viaje a Oriente con doble intención: establecer nexos con los diferentes grupos judíos dispersos por Europa y Asia, y obtener recursos sobre la marcha para los gastos de un viaje que pretendía llegar a China.
El viaje iniciado en Zaragoza en 1159 o en 1165, le sirvió para conocer la situación de sus hermanos de religión en los lugares visitados, y también para comparar la política en las diversas naciones del occidente cristiano y el oriente islámico con la localización y descripción de centros comerciales, las rutas que los unían y las que podrían unirlos en el futuro.
De Zaragoza llegó al mar mediterráneo por Tarragona; costeando alcanzó los Pirineos, se internó en el Rosellón y la Provenza, para seguir por la costa francesa; embarcó en Marsella hacia Génova; cruzó la península itálica hasta el mar Adriático, habiendo visitado Pisa, Roma, Nápoles y Tarento; embarcando en esta última ciudad arribó a Corfú y Corta, escala necesaria para visitar Constantinopla; de aquí viajó por las islas del mar Egeo; desembarcado en Tierra Santa recorrió Nablús y Jerusalén, luego fue a Damasco, Jama, Alepo, Racca y Mosul; en Irak tomó el camino de Bagdad por el valle del Tigris. Tras un paréntesis en el relato, retoma la senda de vuelta a Europa por Egipto; describiendo El Cairo, Fustat, Alejandría, Damietta y el monte Sinaí; en este puerto embarcó hasta Roma, atravesando el estrecho de Mesina; de Roma a Lucca, Verdún y final en París donde probablemente falleció.
Un viaje asombroso con unas descripciones acordes.