La historia es el gran libro de los pueblos; por ella se mide lo pasado comparándolo con el presente: así se reconoce la prosperidad o decadencia en las ciencias y las artes, termómetros invariables de la ilustración.
La historia, dicho en pocas palabras, analiza lo que fue, lo que es, lo que puede ser. Se ve la serie de costumbres transcurrida y se viene en conocimiento de la índole de los pobladores.
La historia, el libro de la experiencia, es tan necesaria en el estudio del hombre de gobierno, como en el del ilustrado o del que pretenda ilustrarse.