Ir al contenido principal

Conquista española de las islas Bahamas

El Imperio en América del Norte: Operación anfibia de una fuerza naval española en Norteamérica

El gobernador de Luisiana, por aquel entonces territorio español, desde 1776, el brigadier Bernardo de Gálvez, ofreció ayuda española activa a los rebeldes norteamericanos, dirigiendo con éxito él mismo una campaña militar extraordinaria que ha pasado con letras de oro a los anales de la historia. A la par, Matías de Gálvez, padre de Bernardo, gobernador de Guatemala, consiguió expulsar a los británicos de los asientos que habían establecido en América central (Mesoamérica).

La campaña de las Bahamas

Una pequeña fuerza naval organizada en La Habana por el capitán general de Cuba, Juan Manual de Cajigal y Montserrate (o también Juan Manuel de Cagigal y Montserrat), puso proa a las islas Bahamas para desalojar a los británicos y tomarlas en nombre de España. Componían la flota cuarenta y ocho mercantes aptos para el desembarco de los dos mil hombres a bordo, con una escolta de una fragata insignia, dieciséis fragatas menores y ocho cañoneras, con el refuerzo simbólico de guías norteamericanos de Carolina del Sur conocedores de las aguas caribeñas septentrionales y orientales.

    El 22 de abril de 1782 zarpó la flota española. Después de una travesía rápida y exenta de contratiempos, el contingente naval arribó a las costas de Nueva Providencia; desembarcó la tropa frente a una resistencia escasa y se apoderó de los tres fuertes que defendían Nassau, la capital del archipiélago de las Bahamas, y de su puerto. El 8 de mayo culminó exitosamente la operación anfibia con la capitulación del enemigo. El botín capturado fue de aproximadamente quinientas piezas artilleras, entre las terrestres y las de los buques de guerra apresados, una decena de barcos de guerra y casi un centenar de mercantes; además de mil cuatrocientos prisioneros.

    Por la capitulación firmada, los pobladores de las Bahamas pasaron a ser súbditos del rey de España.

Juan Manuel de Cajigal

Imagen de elmonarquico.com

Artículos complementarios

    Bernardo de Gálvez

    José Solano y Bote

    Los Tercios anfibios

    Pedro Menéndez de Avilés   

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y

El Camino Real de Tierra Adentro. Juan de Oñate

El imperio en América del Norte: La ruta hacia Nuevo México El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta que llevaba desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe de Nuevo México, actualmente capital del Estado homónimo integrado en los Estados Unidos; y durante más de dos siglos fue el cordón umbilical que mantuvo ligada a esta remota provincia del septentrión de la Nueva España. Cada tres años partía la llamara ‘conducta’, una caravana que trasladaba ganados, aperos y gentes, para mantener la colonización española en aquellas tierras. A través del Camino Real de Tierra Adentro penetró la cultura hispana en el Suroeste de Estados Unidos, ejerciendo aquí un papel semejante al del Camino de Santiago en España. El Camino Real de Tierra Adentro Cuando la corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en todos los sentidos, sino mantenerla por razones de no desamparar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema