Pedro Berruguete
Nacido a mediados del siglo XV en la localidad palentina de Paredes de Nava, la obra de Pedro Berruguete transita entre la corriente artística flamenca de la segunda mitad del siglo XV y la renacentista, de la que se considera precursor en España.
Aprendió el arte pictórico en castilla del maestro flamenco Justo de Gante (Joos van Wassenhove), hasta que el año 1477 se trasladó a la corte del duque de Urbino, Federico da Montefeltro, donde fue conocido como Pietro Spagnolo. Durante este periodo italiano, que finalizó a la muerte del duque, aprendió el manejo de la luz y el espacio, técnicas que plasmó en sus retratos.
De vuelta en España hacia 1482, realizará su actividad en Castilla. Destacan en su producción las tablas y los altares, siendo ejemplos el retablo mayor de Paredes de Nava y el retablo del Convento de Santo Tomás en Ávila. En esta ciudad dejó inconcluso por su fallecimiento el retablo mayor de la Catedral, terminado por Juan de Borgoña.
La combinación de las características del estilo gótico con las del primer Renacimiento español, significado por la traza arquitectónica clásica, el estudio minucioso de la luz, el espacio y la perspectiva, y la composición de figuras y elementos arquitectónicos determinan la obra de Pedro Berruguete.
Obras principales
La Anunciación en la Cartuja de Miraflores en Burgos, particularmente notable la resolución de la profundidad mediante el uso de distintos planos dentro de un mismo encuadre.
La Anunciación, Cartuja de Miraflores en Burgos.
Retablo mayor de Paredes de Nava (hacia 1480), sobresaliendo la representación del Rey David y el cuadro Pretendientes de la Virgen son especialmente y también la calidad lograda en las telas y dorados.
Retablo del Convento de Santo Tomás en Ávila (hacia 1490), donde destacan los conjuntos de san Pedro Mártir y santo Domingo presidiendo el Tribunal de la Inquisición y el Auto de Fe con un sentido naturalista que impregna la obra, además de la gran complejidad por los diferentes ambientes.
Retablo, Convento de Santo Tomás en Ávila.
Imagen de vicaresp.dominicos.org
Cristo Salvador del mundo, de 1501, pintura en el banco del retablo de la iglesia de Guaza de Campos, en Palencia.
La Virgen con el Niño, entre 1480 y 1500, pintura en el Museo Nacional del Prado.
La virgen con el Niño
Imagen de Museo Nacional del Prado
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Alonso Berruguete
Nacido como su padre, Pedro Berruguete, en la localidad palentina de Paredes de Nava entre 1486 y 1490, Alonso Berruguete representa el estilo manierista en la corriente escultórica renacentista del siglo XVI en España. Junto con Diego de Siloé (también llamado Diego de Siloe), Bartolomé Ordóñez y Pedro Machuca, son denominados las águilas del Renacimiento español. Formado en Roma y Florencia desde el año 1507. regresó a España hacia 1517. Se estableció en Zaragoza para realizar un proyecto financiado por Carlos I, pasando luego a convertirse en pintor del rey y emperador.
En 1523 comienza su actividad como escultor, fijando su residencia y taller en Valladolid. Su obra vendrá caracterizada por los rasgos expresivos, los matices dramáticos y el dinamismo en los acabados.
También se formó como pintor, con un peculiar manejo de la perspectiva en las obras tridimensionales y el relevante uso de la luz y la policromía.
A partir de 1539 se instaló en Toledo donde realizará el sepulcro del cardenal Tavera en el hospital homónimo y parte de la sillería del coro de la Catedral.
Obras principales
En pintura:
Las tablas del Retablo del Monasterio de San Benito el Real en Valladolid.
Tablas, Retablo del Monasterio de San Benito en Valladolid.
Salomé con la cabeza del Bautista, de 1516.
En escultura:
Retablo del Monasterio de la Mejorada en Olmedo (1525-1526), en el cual los personajes aparecen trazados con ardor sentimental.
Retablo, Monasterio de la Mejorada en Olmedo, provincia de Valladolid.
Imagen de artevalladolid.blogspot.com
Retablo del Monasterio de San Benito el Real en Valladolid (1526-1532), en sus figuras aparece un ejercicio de manifestación del dolor, indumentarias manipuladas con paños que parecen flotar, cuerpos dónde se realiza un auténtico estudio de la anatomía masculina, líneas retorcidas sobre su propio eje en una espiral ascendente que estiliza las figuras al servicio de un resultado en el que la gracia y el temor se mezclan a partes iguales.
Sillería del coro de la Catedral de Toledo (1539-1543) una de sus más bellas obras. Junto con la gran perfección que alcanzará en la forma continuará jugando con las posturas de los personajes y las composiciones de plegados en los ropajes en su búsqueda de movimiento y expresionismo, además de que realizará un magnífico estudio psicológico de las emociones humanas.
Coro y sillería, Catedral de Toledo.
Imagen de ciudaddelastresculturastoledo.blogspot.com
Retablo mayor del Colegio de los Irlandeses en Salamanca.