Sacerdote católico y pedagogo, José de Calasanz Gastón nacido en la oscense localidad de Peralta de la Sal el año 1557, fundó la primera escuela gratuita, popular y cristiana de Europa y la Orden de los Padres Escolapios; asimismo es el patrón de las escuelas públicas cristianas.
José de Calasanz
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Habiendo recibido una esmerada educación de sus padres continuó aprendiendo en el colegio de Peralta. Su siguiente escuela fue la de Estadilla, en la demarcación de Barbastro, también provincia de Huesca. Después estudió Filosofía y Leyes en la capital ilerdense, doctorándose en esta última. Completó su formación académica y humanista con los cursos de Teología impartidos en Valencia y Alcalá de Henares.
Su vocación sacerdotal había surgido a los catorce años, pero no fue ordenado sacerdote hasta 1583, a la edad de veinticinco. El inicio de su ministerio tuvo lugar en la Diócesis de Albarracín, provincia de Teruel, zona montañosa y aislada que le vio recorrer los caminos y visitar los hogares para llevar la palabra de Dios. Por su buen hacer sacerdotal se le encargó mediar en la disputa de dos familias principales barcelonesas, y tras lograrlo el obispo de Urgel, Andrés Capilla, le nombró su teólogo, confesor y vicario general. Con el obispo marchó a Lérida cuando allí se le destinó, y con el Visitador apostólico, en calidad de secretario, a la abadía de Montserrat. Finalizado el periplo, el obispo de Urgel reclamó a José de Calasanz para que desempeñara la tarea de Vicario general del distrito eclesiástico de Tremp.
El mismo Andrés Capilla que lo deseaba junto a su lado le aconsejó que se trasladara a Roma; obedeciendo en 1592. En la ciudad eterna tuvo como protector al Cardenal Marcantonio Colonna, de quien José fue teólogo e instructor para su sobrino.
En Roma José se integró en las Cofradías de la Doctrina Cristiana, que eran asociaciones dedicadas a la caridad, y especialmente al cuidado de los niños desamparados y enfermos. Durante este periodo de labor incansable y comprensión del mundo que le rodeaba, José de Calasanz sintió que debía posibilitar una buena y prolongada enseñanza a esas criaturas desvalidas, huérfanas en su mayoría y malviviendo en la calle. Su propuesta de una escuela para los necesitados no obtuvo el beneplácito enseguida. Pasó un tiempo de trabajo e insistencia hasta que en 1597 pudo acondicionar la primera aula en la sacristía de la iglesia de Santa Dorotea, en el barrio romano del Trastévere, gracias a su párroco Antonio Brendani. Había por fin organizado la primera escuela gratuita de Europa. Pocos alumnos acudieron al principio, pero corriendo la noticia de la escuela y la habilidad docente de su principal maestro, con la ayuda de compañeros sacerdotes implicados de lleno en la causa, algunos laicos ofreciendo colaboración de toda clase, incluida la económica, al cabo de dos décadas más de mil quinientos niños disfrutaron de la primera escuela cristiana, popular y gratuita en la iglesia de San Pantaleón.
El papa Clemente VIII aportó una contribución anual que sirvió de ejemplo para promocionar tan benemérita obra escolapia; porque a sus institutos educativos José los denominó Escuelas Pías, y escolapios a los padres que ejercían la enseñanza y el cuidado con él. Pronto las Escuelas Pías se difundieron por Italia y el resto de Europa.
En 1602 José de Calasanz fundó su congregación religiosa, que además de impartir docencia dedicaba empeño a la atención espiritual y física, por enfermedad y decrepitud, de los necesitados.
El año 1612 la escuela fue transferida al palacio de Torres junto a San Pantaleone, donde José vivió de la misma manera entregada hasta su fallecimiento en 1648. Beatificado el 7 de agosto de 1748, fue canonizado por el papa Clemente XIII el 16 de julio del 1767.
El 13 de agosto de 1948 José de Calasanz fue declarado patrono universal de las escuelas cristianas en el mundo por el papa Pío XII. La Iglesia católica lo considera el santo patrón de los educadores y maestros, junto con Juan Bautista de la Salle.