La gran figura de la imaginería española del siglo XVIII es Francisco Salzillo, nacido en Murcia en 1707, fallecido en la misma ciudad en 1783. Su obra queda circunscrita a la temática religiosa, expresada en su mayor parte en estilo barroco, que le permite mostrar el apasionamiento que emana de su concepción artística, pero también en equilibrio con la depuración de formas característica del estilo neoclásico imperante en el siglo XVIII.
Una reseña biográfica centrada en su labor artística sitúa al joven Salzillo como estudiante de dibujo y colorido del maestro Manuel Sánchez; al cargo del taller de escultura de su padre, un tallista italiano afincado en Murcia, en 1927; enraizado en la capital murciana de la que no parte ni por invitación del conde de Floridablanca, quien, ya dada su fama, le ofreció convertirse en escultor de la Corte; nombrado Escultor Oficial del Concejo de Murcia e Inspector de Pintura y Escultura en 1755; fundando la Academia Salzillo de escultura diez años después, partícipe destacado en la fundación de la Real Sociedad Económica del Amigos de Murcia, en 1777; y fundador y primer director en 1779 de la Escuela Patriótica de Dibujo.
Francisco Salzillo: La oración en el huerto.
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Peculiaridades de la obra de Francisco Salzillo
Su actividad escultórica de temática religiosa se plasma en trabajos sobre madera policromada, casi exclusivamente. Las figuras aparecen provistas de gran fuerza expresiva, acentuada en el rostro y las manos, y un a modo de movimiento que les confiere realismo y viveza; y a pesar del dramatismo del gesto o la acción, entroncado en la mística espiritual, desprenden belleza y serenidad. Detallada representación del cabello y el vestuario
Su técnica artística partía del dibujo en papel, donde reflejaba el boceto de la escultura a desarrollar; a continuación la modelaba en arcilla, cera o yeso y la trasladaba a su taller.
Había aprendido bien el oficio de su padre, a quien ayudó a finalizar algunas obras que se conservan en diferentes iglesias de Murcia: Santa Inés de la iglesia de Santo Domingo y San José de la iglesia de Santa Clara; Santísima Virgen Dolorosa de la iglesia de Santa Catalina y Sagrada Familia de la iglesia de San Miguel e Inmaculada del convento de las Verónicas.
Francisco Salzillo: Virgen con el Niño. Iglesia de San Miguel, Murcia.
Obra imaginera
Es a partir de 1740 cuando Francisco Salzillo manifiesta su personalidad en las imágenes que elabora. La Santísima Virgen de las Angustias de la Cofradía de los Servitas de la iglesia de San Bartolomé de Murcia inicia la temática procesional, la que más fama le dio, en la iglesia del convento de las Capuchinas de Murcia se muestra a Santa Clara y a San Francisco, y en la catedral de Santa María de Murcia a San Jerónimo penitente. Otras obras de interés son San Antón, de la ermita homónima, San Agustín, del convento de las Angustias, y el medallón Virgen de la Leche, de la catedral murciana.
La producción más importante de Salzillo es la compuesta por los pasos procesionales de Viernes Santo de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Murcia. Son ocho conjuntos escultóricos realizados entre 1752 y 1777:
La Caída (1752), La Oración en el Huerto (1754), considerado la cumbre de su arte, La Santa Mujer Verónica (1755), La Dolorosa (1755), San Juan (1756), La Última Cena (1763), El Prendimiento (1763), y Jesús en la columna (1777).
En 1776 Salzillo realizó, con la colaboración de Roque López, su discípulo aventajado, un Belén por encargo de Jesualdo Riquelme y Fontes, para decorar su palacio. Son 556 figuras de entre 25 y 30 cms. realizadas en barro cocido, madera y cartón. Salzillo se basó en los Evangelios de san Mateo y san Lucas para narrar la historia de Jesús de Nazaret desde la Anunciación hasta la Huída a Egipto. Se mezclan escenas bíblicas con otras costumbristas.
De estilo eminentemente neoclásico son sus últimas obras: Pretorio en casa de Pilatos (1777) y Cristo atado a la columna (1778).
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Durante la Guerra Civil española de 1936 a 1939 desaparecieron muchas esculturas de Salzillo. Para la conservación de su legado artístico se aprobó en 1941 la creación del Museo Salzillo, inaugurado en 1960, lugar donde se conservan algunas de sus obras señeras, caso del Belén y los Pasos procesionales de Viernes Santo.