Creador de la novela realista española, Benito Pérez Galdós, nacido en Las Palmas de Gran Canaria el año 1843, desde niño fue un lector entusiasta que alternaba la práctica del dibujo y la música con su afición por la literatura, en especial por el teatro y la prosa satírica.
Estudió Derecho en Madrid, sin que la perspectiva de su ejercicio le motivara en algo. Lo suyo era escribir, por aquel entonces teatro en el ámbito íntimo, y en los periódicos, donde su actividad fue importante y continuada entre 1862 y 1869, colaborando en principio y al cabo en calidad de redactor e incluso director, con artículos de corte costumbrista, de comentario políticos y de crítica literaria.
Consumado viajero, recorrió con verdadero interés diversos lugares de España y el extranjero, siendo París la primera capital europea que visitó en 1867; señala él mismo la importancia de ese viaje que definitivamente le animó a seguir el cultivo de la novela que había iniciado con las obras La fontana de oro, La sombra y El audaz, publicadas entre 1870 y 1871, y con el artículo Observaciones sobre la novela contemporánea en España aparecido en la Revista de España.
Desde entonces suman 31 sus novelas, 46 los Episodios Nacionales y 22 obras de teatro.
La variedad de ambientes y la galería de personajes ofrecida por Benito Pérez Galdós es portentosa.
En 1897 ingresó en la Real Academia Española con el discurso titulado La sociedad presente como materia novelable, en el que expuso su concepción de la novela.
Benito Pérez Galdós, retratado por Joaquín Sorolla en 1894.
Obra narrativa
A las citadas La fontana de oro, de 1870, La sombra y El audaz, de 1871, que inauguran la novela realista española, siguen Marianela, Gloria, Doña Perfecta, la primera de las novelas contemporáneas, de 1876, y La familia de León Roch; en las que transita desde las localizaciones abstractas a un Madrid coetáneo de anchas capas urbanas y desde los enfrentamientos sociales al simbolismo romántico.
En 1881 inicia un ciclo de novelas españolas contemporáneas que, a su vez, inician la novela naturalista española: La desheredada magistral panorama narrativo de la sociedad madrileña (equiparable al ofrecido por Balzac en su Comedia humana), de 1881, El amigo Manso, un año después, El doctor Centeno, de 1883, Tormento, La de Bringas, las dos de 1884, Lo prohibido y Fortunata y Jacinta, de 1887.
Con la novela Fortunata y Jacinta, subtitulada Dos historias de casadas, Galdós deriva hacia una nueva concepción narrativa originada en la introspección psicológica; en la posterior novela Miau, de 1889, y en los relatos La incógnita, fechado entre 1888 y 1889, y Realidad, de 1892, abundará en el experimentalismo formal.
A partir de 1893 la novela galdosiana manifiesta la crisis del modelo realista-naturalista. Entonces, retomado el personaje del usurero Torquemada (Torquemada en la hoguera, de 1889), busca nuevos caminos narrativos con la serie Torquemada en la cruz, Torquemada en el purgatorio y Torquemada y san Pedro, de 1893 a 1895; que da paso a la profundización psicológica, la dramatización, el misticismo y el espiritualismo patentes en las novelas Ángel Guerra, de 1891, Tristana, un año después, Nazarín, de 1895, Misericordia, de 1897, y Halma; y a la por él denominada “forma dialogal”, desarrollada en las novelas La loca de la casa, de 1893, y El abuelo, de 1897, Casandra, de 1905, y La razón de la sinrazón, de 1915, subtitulada Fábula teatral absolutamente inverosímil.
Entre 1873 y 1912 aparecen los Episodios Nacionales, obra monumental integrada por cinco series de diez volúmenes cada una, excepto la última, que Galdós dejó inacabada y sólo cuenta con seis. Combinada la ficción con la realidad en un marco cierto, Galdós recrea el siglo XIX español desde la guerra de la Independencia, la pugna entre liberales y absolutistas hasta la muerte de Fernando VII, las guerras carlistas, el destronamiento de Isabel II y la revolución de 1868, hasta la etapa de la Restauración.
Obra teatral
Benito Pérez Galdós fue un dramaturgo de éxito. Trasladó a la escena las preocupaciones y problemas que antes había expuesto en sus novelas; de hecho parte de sus obras teatrales son adaptaciones de las novelas.
Realidad, novela de 1892, inicia su producción dramática; y Santa Juana de Castilla, de 1918, la cierra. Entre ambas obras destacamos las siguientes: La de San Quintín, de 1894, Los condenados, en el mismo año, Voluntad, de 1895, Electra, su mayor éxito nacional e internacional, de 1901, Alma y vida, de 1902, Mariucha, un año después, y Celia en los infiernos, de 1913.
La obra dramática de Galdós supone la renovación teatral en la literatura española a finales del siglo XIX, con abundancia de poetización y alegoría y un despliegue de ideario personal.
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Episodios Nacionales
Relación de series y libros.
Primera serie:
Trafalgar (1873)
La corte de Carlos IV (1873)
El 19 de marzo y el 2 de mayo (1873)
Bailén (1873)
Napoleón en Chamartín (1874)
Zaragoza (1874)
Gerona (1874)
Cádiz (1874)
Juan Martín el Empecinado (1874)
La batalla de los Arapiles (1875)
Segunda serie:
El equipaje del rey José (1875)
Memorias de un cortesano de 1815 (1875)
La segunda casaca (1876)
El Grande Oriente (1876)
7 de julio (1876)
Los cien mil hijos de San Luis (1877)
El terror de 1824 (1877)
Un voluntario realista (1877)
Los apostólicos (1879)
Un faccioso más y algunos frailes menos (1879)
Tercera serie:
Zumalacárregui (1898)
Mendizábal (1898)
De Oñate a la Granja (1898)
Luchana (1899)
La campaña del maestrazgo (1899)
La estafeta romántica (1899)
Vergara (1899)
Montes de Oca (1900)
Los Ayacuchos (1900)
Bodas reales (1900)
Cuarta serie:
Las tormentas del 48 (1902)
Narváez (1902)
Los duendes de la camarilla (1903)
La revolución de julio (1904)
O´Donnell (1904)
Aita-Tettauen (1905)
Carlos VI en la Rápita (1905)
La vuelta al mundo en la Numancia (1906)
Prim (1906)
La de los tristes destinos (1907)
Quinta serie:
España sin rey (1908)
España trágica (1909)
Amadeo I (1910)
La primera República (1911)
De Cartago a Sagunto (1911)
Cánovas (1912)