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Denuncia literaria de la vanidad y el egoísmo. Jacinto Benavente

El madrileño Jacinto Benavente Martínez, nacido en 1866, dramaturgo, periodista y director, guionista y productor de cine, inició su actividad literaria en 1892 con las obras en prosa: Cartas de mujeres y Teatro fantástico, y en verso: VersosVillanos; intentos de renovación de la literatura entroncados con el nacimiento del modernismo. A partir de 1894, con la obra El nido ajeno, un drama naturalista de diálogo a media voz y personajes agudamente descritos, se dedica plenamente a la creación teatral, con el mismo propósito renovador, presente en títulos que extienden el acierto logrado anteriormente, tales como Gente conocida, de 1896, y La comida de las fieras, de 1898; alcanzando el reconocimiento internacional al serle concedido el Premio Nobel en 1922.
    En ocasiones a lo largo de su trayectoria intelectual compartió la dramaturgia con el periodismo, siendo director de las revistas La vida literaria y Blanco y negro.

Continuador de la comedia escrita en el siglo XIX, Benavente suprime de ella los vestigios románticos para inmiscuirla, gracias a sus destacados recursos técnicos, de cultura e inteligencia; la escena se enriquece con la sátira social, en un manejo diestro de la ironía, que despliega a través de diálogos plenos de chispa y dinamismo, que también demuestran su conocimiento de la lengua y gramática españolas, y le sirven para denunciar el mal uso que del idioma se realiza en la vida cotidiana de individuos y grupos. Abarcó la mayoría de las expresiones teatrales y en ellas dio cabida a todos los ambientes, que en el mundo real pueden encontrarse, y a la completa galería de individuos que lo pueblan; el fundamento de la obra de Benavente es la naturalidad y verosimilitud de la vida ofrecida desde el escenario al espectador.
    Pero será su acerada crítica a la vanidad y al egoísmo, como impulsores del comportamiento humano, el tema central de su obra.

Su obra dramática más celebrada y representativa es Los intereses creados (muy por encima de su continuación, titulada La ciudad alegre y confiada, de 1916), de 1907; una sátira en torno a la hipocresía, la frivolidad y los egoísmos, que en Benavente se traslada, además, en la desconfianza hacia la naturaleza humana y su organización social, conjugando la fantasía escénica, el juego del teatro dentro del teatro, con la dialéctica de una reflexión notoria e intencionadamente cínica sobre la vanidad y el egoísmo.
    Con más de 150 títulos en su haber, el prolífico Jacinto Benavente penetra en el ámbito rural con obras de calado y aceptación popular como, Señora Ana, de 1908, y La malquerida, de 1913, en las que resalta el carácter naturalista y pasional de aquellas sociedades primarias; en el cosmopolita y de elementos simbólicos, con La noche del sábado, de 1903, y La mariposa que voló sobre el mar, de 1926; en el teatro infantil con El príncipe que todo lo aprendió en los libros, de 1904, y La novia de nieve, de 1934; y en la comedia con La gobernadora, de 1901, y Pepa Doncel, de 1928, desarrolladas las tramas en el lugar imaginario de Moraleda.

Jacinto Benavente

Imagen de españaescultura.es

Otras facetas del autor y reconocimientos
En 1899, Jacinto Benavente fundó en Madrid el Teatro Artístico, con el propósito de escenificar un repertorio circunscrito al interés artístico y regeneracionista; y formó una tertulia en la Cervecería Inglesa de la Carrera de San Jerónimo.
    Ingresó en la Real Academia Española en 1912; y en 1918 obtuvo un escaño en el Congreso de los Diputados por el Partido Liberal-Conservador de la circunscripción de Madrid.
    El mismo año de la concesión del Premio Nobel impartió un ciclo de conferencias en Estados Unidos, también allí se representaron algunas de sus obras y recibió la distinción de hijo adoptivo de la ciudad de Nueva York.
    Dos años más tarde, Madrid le nombraba hijo predilecto, en 1944 recibía la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y en 1950 la Medalla de Mérito en el Trabajo. A título honorario había asumido la presidencia de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores en 1947 y de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles entre 1948 y 1954, año de su fallecimiento.
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Sinopsis de Los intereses creados
Comedia con prólogo y dos actos, escrita en prosa.
Leandro y Crispín, dos picaros errantes, llegan a una ciudad italiana de principios del siglo XVII. Allí Crispín idea una estratagema: se hará pasar por criado de Leandro y conseguirá que le den importantes créditos presentándolo como un gran señor. Con el dinero obtenido Leandro favorece a diferentes personajes, creando una serie de vínculos que Crispín utilizará para lograr la parte más arriesgada de su plan, que es la de casar a Leandro con Silvia, la hija de Polichinela, rico prohombre de la ciudad y antiguo compinche de los dos pícaros. El plan está a punto de fracasar cuando Leandro se enamora de verdad. Pero los intereses creados a lo largo de la trama acabarán imponiéndose.


Artículos complementarios

    Miguel de Cervantes

    Estudios y tratados sobre la lengua española

    Camilo José Cela

    Víctor Ruiz Albéniz

    Carmen de Burgos

    Sofía Casanova

    La tribulación nacional de Larra

    José Zorrilla

    Fabulistas

    Mercedes Formica Corsi

    Emilia Pardo Bazán

    Francisco Peris Mencheta

    Benito Pérez Galdós

    Santiago Ramón y Cajal

    Eugenio d’Ors

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