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Laureados españoles en Cochinchina

Antonio del Pino y Marrufo. Teniente de Infantería del Regimiento de Fernando VII n.º 3 del Ejército de Filipinas. Cruz Laureada de San Fernando. Expedición a Cochinchina: toma de las trincheras y fuertes del centro ocupado por los annamitas en las líneas de Mi Thi a Don-nay el 15 de septiembre de 1859.

Nacido en 1835, ingresó en el Ejército en 1850, ascendido a alférez en 1854. Al año siguiente pasó a Filipinas con empleo de teniente y de inmediato fue integrado en la expedición a Cochinchina con el Regimiento de Fernando VII.

    En octubre de 1859 recibió una mención honorífica por la acción de Touranne, los días 22 y 23 de abril, y en enero de 1860 la Cruz Laureada de San Fernando de 1.ª clase por la toma de las trincheras y fuertes del centro ocupado por los annamitas en las líneas de Mi-Thi a Don-Nay, el 15 de septiembre de 1859; por último, en mayo de 1861 ascendió a capitán por los méritos contraídos en la campaña de Cochinchina.

En 1878 fue nombrado ayudante de campo del rey Alfonso XII y en 1880 Comandante general de la 3.ª División del Ejército de Castilla la Nueva.

    Obtuvo además de las condecoraciones citadas la Gran Cruz de Isabel la Católica y la Gran Cruz al Mérito Militar.

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Ignacio Fernández y Fernández. Capitán del Regimiento Indígena de Fernando VII n.º 3. Cruz Laureada de San Fernando. Expedición a Cochinchina: Toma de la Pagoda de los Campaniles (o Des Clochetons), el 29 de junio de 1860.

Nacido en la localidad asturiana de Infiesto el año 1819. A los veinte años ingresó en el Ejército como soldado quinto. En 1840 pasó a desempeñar el cargo de escribiente en la Capitanía General de Valladolid, alcanzando los años siguientes los empleos de cabo segundo, primero y sargento segundo.

    En 1858 se incorporó al Regimiento de Isabel II, alcanzando el empleo de capitán destinado a Filipinas, hacia donde embarcó desde Cádiz en febrero de 1859. En enero del siguiente año quedó integrado en la fuerza expedicionaria a Cochinchina. El despliegue de los españoles y sus aliados franceses cubría la zona de Saigón en posiciones defensivas; éstas fueron atacadas duramente por el ejército annamita que logró conquistar la Pagoda de los Mares y la Pagoda de los Campaniles o des Clochetons; la primera fue liberada por los franceses, mientras el desalojo y reconquista de la segunda corrió a cargo del capitán Fernández y su batallón, que posteriormente atacó la aldea de Mirador.

    La heroica defensa de la Pagoda de Clochetons, sostenida por el destacamento español, atacada en sucesivas oleadas por masas annamitas, es un episodio que ha pasado a los anales de la historia militar. Durante tres días con sus noches, al límite de la resistencia humana, menos de doscientos hombres extenuados repelen cerca de veinte asaltos consecutivos por una fuerza muy superior en número aunque no en armas. Entre pozos de lobo, empalizadas y cuerpo a cuerpo en franca inferioridad numérica, los españoles pudieron repeler los ataques, mantener la posición y, por ende, reforzar la defensa de Saigón.

En febrero de 1861, durante las operaciones para la toma del fuerte de Ki-Hoa, tuvo que hacerse cargo del mando del contingente español al haber resultado herido el teniente coronel Palanca, siendo citado en la orden del ejército por su destacada actuación.

    Este mismo año le fue concedida la Cruz de Caballero de la Orden Imperial de la Legión de Honor Francesa y la de Oficial de la misma Orden por los servicios prestados en Cochinchina.

    De 1863 a 1865 sirvió en la isla filipina de Mindanao, alcanzando los empleos de Gobernador político-militar interino de Isabela, en la provincia de Basilán, Gobernador político-militar de Polloc, en la bahía frente a la ciudad de Panang, y je de la Comandancia del Regimiento Fernando VII en Zamboanga.



Artículos complementarios

    La expedición al reino de Annam

     Los heroicos últimos de Filipinas

    Misión sanitaria española en la guerra de Vietnam

     El sitio de Pekín

     España en Formosa



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