Arqueólogo y antropólogo nacido en Cádiz el año 1897, José María Pérez de Barradas y Álvarez de Eulate descubrió a partir de 1918 más de un centenar de yacimientos prehistóricos en Madrid. Pero su fama internacional le llegó con el estudio de los vestigios indígenas en la América hispana, especialmente en Colombia dedicándole la publicación de Arqueología y antropología precolombina de Tierradentro, El arte rupestre en Colombia y Colombia de norte a sur.
Con cuarenta años de edad fue contratado por el gobierno colombiano para realizar excavaciones en el yacimiento de San Agustín, uno de los principales en América, donde logró desenterrar muchas estatuas, algunas megalíticas, figuras y piedras talladas, además de documentar el uso de plantas alucinógenas en rituales chamánicos. Estos trabajos se registraron en su obra Arqueología agustiniana, publicada en 1943.
En el yacimiento de San Agustín, ya convertido en centro de estudios para arqueólogos, antropólogos, etnólogos e historiadores, tuvo noticia de la aparición en Quito, capital de Ecuador, de estatuas con similitudes a las halladas en terreno colombiano. Allá fue, atravesando el valle de los Papas, para averiguar el origen de aquellas piezas arqueológicas. Concluida su tarea regresó al yacimiento de San Agustín alternando sus trabajos con los del yacimiento de Tierradentro.
Gracias a sus estudios y publicaciones concienció a gobiernos y particulares para la conservación del patrimonio arqueológico. Referencia máxima de su empeño es el Museo del Oro de Bogotá.
Seis tomos recogen la monumental obra Orfebrería Prehispánica de Colombia, enviada en su momento a las autoridades colombianas y a todos los jefes de Estado mundiales.
En España dirigió el Museo Nacional de Antropología y el Museo Pueblo español, compaginándolo con su cátedra de Antropología y la dirección del Instituto Bernardino de Sahagún del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Su obra Los mestizos de América refuta las teorías indigenistas de Bartolomé de las Casas.