El Imperio en Norteamérica: Las vías de comunicación trazadas por los españoles durante los siglos XVI a XVIII
Los vastos y bien diferenciados territorios septentrionales del virreinato de Nueva España, desde los húmedos pantanos semitropicales de la península de Florida hasta los densos bosques y el clima frío de la costa del Pacífico canadiense, los Estados actuales de Florida, Luisiana, Texas, Nuevo México, Arizona, California, Nevada, Colorado y Utah, estuvieron enlazados por diversos caminos que se abrieron en épocas sucesivas con esfuerzo y propósito exploratorio en aras al bastimento de las misiones, presidios, pueblos y ranchos, así como para facilitar el trasiego de personas y mercancías.
En estos territorios apenas hubo pobladores europeos o mejicanos, pero era preciso mantener una fuerza militar estable para proteger las regiones del interior de México y los asentamientos ganaderos, y para proteger a las misiones que realizaban labores de evangelización y civilización.
Antiguo Camino Español
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En California, las misiones desde San Diego a San Francisco se hallaban conectadas por un camino interno, El Camino Real, aunque la principal vía de suministro exterior era siempre la marítima. Fue Juan Bautista de Anza quien logró comunicar estas misiones californianas en el litoral del océano Pacífico con las provincias del interior, separadas por sierras y dunas, abriendo la denominada Ruta de Anza, en la actualidad declarada camino histórico. A fray Francisco Garcés debemos la ruta entre Sonora y la Alta California
En Nuevo México, fue el denominado Camino Real de Tierra Adentro, la principal vía de comunicación entre la capital del virreinato de Nueva España con la ciudad de Santa Fe, en Nuevo México, hoy territorio de los Estados Unidos de Norteamérica, a través de un largo recorrido de dos mil quinientos kilómetros que meritoriamente abrió Juan de Oñate. Esta exigente ruta precisaba de cuatro a seis meses de marcha azarosa para las recuas de mulas, los carromatos tirados por bueyes, los caballos y las personas a pie y montadas. Pese a las tremendas dificultades, el Camino Real de Tierra Adentro supuso el cordón umbilical de la frontera norte con el virreinato, y, además, por él penetró la cultura hispana en el actual Suroeste de Estados Unidos. Este camino alcanzaba una encrucijada de gran importancia en la localidad de El Paso, donde se cruzaba con el río Grande. Desde este lugar partía hacia el Oeste un ramal conducente a los establecimientos meridionales de Arizona, fundados por el jesuita al servicio de España padre Eusebio Francisco Kino.
Pero aún de mayor importancia era el ramal del Camino Real de Tierra Adentro que desde El Paso llevaba a los asentamientos de Tejas, denominado Camino Real de los Tejas, una de las arterias principales del septentrión del virreinato de Nueva España. Presentaba dos derivaciones: la primera, el Camino de Arriba, que atravesando el núcleo de San Antonio remontaba hacia el norte, pasando por la actual ciudad de Austin (capital del Estado de Texas), alcanzaba el punto extremo de las posesiones tejanas, Nacogdcohes; y la segunda, el Camino de Abajo, que una vez en San Antonio continuaba paralelo a la costa, cruzando por donde hoy se ubica geográficamente Houston y aproximándose al río Misisipi (o Mississippi).
Las misiones y fundaciones de La Florida se comunicaron a través de diversos caminos, siendo el más importante el que unía San Agustín (la primera ciudad fundada en los Estados Unidos) con Tallahassee, por el que transitaban caravanas de carretas.
Hitos del Antiguo Camino Español (Old Spanish Trail) en San Antonio, Texas.
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Se debe a Pedro Menéndez de Avilés, fundador de San Agustín de La Florida, el inicio del trazado de un camino que pretendía conectar todas las posesiones españolas en el norte del virreinato de Nueva España, territorios de los actuales Estados Unidos de Norteamérica. Es el origen del llamado por los estadounidenses Old Spanish National Historic Trail (Antiguo Camino Español), que representaba la vinculación de las sucesivas ampliaciones protagonizadas por Juan de Oñate, Juan Bautista de Anza, Francisco Garcés, Junípero Serra, Eusebio Kino, y otros esforzados exploradores, descubridores y misioneros.
De aquel Antiguo camino español, Old Spanish Trail, perviven hitos físicos en distintas poblaciones de Estados Unidos. Daba inicio en San Agustín de La Florida y continuaba por la costa en dirección occidental a Pensacola, Mobile, luego tierra adentro por Nueva Orleans, Houston, San Antonio, El Paso, Tucson, Yuma y San Diego ya en la costa de la Alta California; delineando el contorno de principio a fin y en ambos sentidos del sur de los Estados Unidos.
El verdadero Antiguo Camino Español, Old Spanish Trail, menos turístico y popularizado y más genuino y veterano que la ruta meridional, conocido y utilizado desde el siglo XVII, partía de Santa Fe y atravesaba los montes de San Juan, Manco y Dove Creek, para luego internarse en el territorio de la tribu ute, actual Estado de Utah, pasando por Monticello y llegando a Spanish Valley junto a Moah. Atravesando el río Colorado y el Gran River, el camino alcanzaba el paraje de San Rafael Swell (Utah), el punto norte del mismo. Desde allí penetraba en la Gran Cuenca Nevada por el Cañón de Salina, descendía hacia el Suroeste por la zona meridional de Nevada y proseguía hasta la Misión de San Gabriel Arcángel y Los Ángeles en la Alta California. También existían rutas alternativas a este camino principal a través de la parte central de Colorado y por la Franja de Arizona. Esta ruta la debemos a las expediciones del comerciante Juan María Antonio Rivera y de su continuador fray Silvestre Vélez de Escalante.