La Reconquista: Una frontera naval
La vocación marinera de Castilla
En tiempos de la Reconquista y durante el reinado de Alfonso X el Sabio, Castilla reafirmaba su vocación marinera con la instauración de la Orden Naval de Santa María de España para fechos allend mar. Corría el año 1273 y su sede quedó establecida en Cartagena.
Una Orden Naval que portara la bandera de Castilla y los pendones y gallardetes de sus ilustres naturales, para honor y gloria de su representada y de sus representantes, allende los mares.
Las investigaciones de los profesores Juan Torres-Fontes, principalmente, y Ángel Luis Molina, explican lo que el historiador Ricardo de la Cierva define como noble y efímero intento.
Tras la conquista de Sevilla, el 23 de noviembre de 1248, el rey de Castilla y León (1217-1252) Fernando III el Santo, proseguía la campaña de hostigamiento contra los moros hasta llevar la guerra al núcleo del territorio enemigo.
Una vez alcanzada la costa, dispuso que se equipara una flota capaz de transportar a su ejército al continente africano. Los modestos medios marinos de la flota castellana se limitaban a pequeños barcos actuando como disuasión y defensa ante los ataques normandos y otros piratas en las costas del Norte y del Noroeste; luego, no cabe hablar de una Marina propiamente dicha, sino de una flota de emergencia. Estas pequeñas naves se hallaban en manos de particulares, por regla general, y únicamente en casos de necesidad como los apuntados eran comprados o alquilados; igual ocurría con las fuerzas a bordo.
Merece destacarse el deseo de Alfonso X por implicar a las constituidas órdenes de Caballería, del Ejército en definitiva, para el diseño de una frontera naval, de ataque y defensa según el caso, llevado a efecto aun de modo incipiente y precario en 1253 con la Orden de Santiago, aparejando una galera con 200 hombres al servicio del monarca durante tres meses al año. Insuficiente y muy escasamente rentable.
De las importantes ciudades costeras italianas se traían los constructores de barcos y los pilotos, de ahí el establecimiento de una comunidad de intereses con Italia. Las expediciones marítimas a África o Tierra Santa no eran factibles sin la colaboración de estas poderosas ciudades marítimas cuales Pisa o Marsella.
En la planificación y el desarrollo de una Marina castellana se dio la circunstancia de que, durante la Reconquista, las tierras costeras ocupadas por los moros cayeron en manos de los portugueses, con lo que a Castilla se le cerraban los puertos del océano Atlántico. Esta situación cambió en septiembre de 1262, cuando Castilla y su rey Alfonso X arrebatan a los moros la plaza fuerte de Cádiz. Tras este acontecimiento se sientan las bases para un desarrollo orgánico del poder marítimo, fundamental en el presente y el futuro, con la finalidad en primera instancia de avanzar hacia el Sur, hacia las tierras africanas frente a España. La flota serviría para asegurar y extender la Reconquista, pero exigía unos medios de los que se carecía ni podían ser costeados sin detraerlos de lugares que todavía los exigían con mayor premura e insistencia.
Antonio Cabral y Bejarano: Reconquista de Cádiz por Alfonso X el Sabio. Alcázar de Segovia.
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Además, el servicio marítimo no gozaba de buena reputación entre las clases que tradicionalmente formaban y consolidaban el Ejército.; sobre todo entre la nobleza. La conquista de Andalucía supuso un conocimiento real del valor que tenía la flota. De acuerdo con el espíritu de la época, el rey Alfonso X decidió hacer atractivo el servicio en la Marina creando a tal propósito una Orden Militar que, como las preexistentes, debía combatir al enemigo en el mar y por mar, completando la acción de las antiguas órdenes de Caballería en su lucha por tierra.
La Orden Naval (Militar) de Santa María de España se funda el año 1273, con sede en el gran puerto murciano de Cartagena. Las reglas para los miembros de la Orden eran exactas a las de los monjes cistercienses. El rey dotó abundantemente a la Orden, aunque su historia como tal resultó efímera: siete años que evidenciaron la falta de preparación y la necesidad de sumar tiempo y efectivos a la causa. Con un final apropiado, digno, ya que renació dentro de la insigne Orden de Santiago. El gran maestre de la Orden de Santiago había caído en la batalla de Moclín, el 22 de junio de 1280, y con él buena parte de los caballeros. Para sustituir al fallecido se eligió al gran maestre de la Orden de Santa María de España, Pedro Muñoz y a su comendador mayor, Sancho Fernández; también, la despoblada Orden de Santiago fue cubierta con caballeros de la naval de Santa María.
Pese a la brevedad de la Orden de Santa María de España, el sentido de su creación se había cumplido, que era el de levantar la fama de la Marina a los ojos de la Nación.
Virgen del Rosell, en Cartagena. Patrona de la Orden de Santa María de España.