Ir al contenido principal

El vuelo sin escalas de Sevilla a Bata. Cipriano Rodríguez

Volando con el Breguet Grand Raid 12-71, de construcción nacional, equipado con un motor Hispano de 60 c.v. en octubre de 1929 el teniente Carlos de Haya y el flamante capitán Cipriano Rodríguez establecieron la plusmarca mundial de velocidad en circuito de 5.000 kilómetros sin carga, y 2.000 kilómetros con carga de 500 kilos. Dos años después, con el mismo aparato, ambos llevaron a cabo el vuelo sin escalas (raid) a Guinea el 24 y 25 de diciembre de 1931, cubriendo de un solo salto los 4.300 kilómetros que separan Sevilla (aeródromo de Tablada) de Bata (capital de la Guinea española peninsular); el vuelo duró 26 horas y sobrevolaron paisajes tan límites y distantes como el desierto del Sahara y la selva de Níger. Con este vuelo se consiguió realizar un estudio científico trascendental para el progreso de la navegación aérea, demostrar las posibilidades de la Aviación y la industria aeronáutica españolas y el reconocimiento internacional.

    Dijo al respecto de este gran vuelo Cipriano Rodríguez: “Los buenos vuelos no tienen historia, todo se desenvuelve normalmente; la realización corresponde al cálculo y la aventura se cumple sencillamente. ¿El momento de la Nochebuena en el aire? ¡Ah! Nada que se preste a evocaciones líricas. Sin visibilidad y, por tanto, sin elemento literario de las estrellas, nos limitamos a festejarlas con una copa de coñac”.

Cipriano Rodríguez Díaz nació en la localidad santanderina de Laredo en 1904. Tras su paso por la Academia Militar de Ingenieros, en 1923, ya teniente, marchó a Marruecos. Allí decidió incorporarse al Servicio de Aviación, para lo que en primera instancia obtuvo el título de observador, siendo destinado en abril de 1924 al Grupo Expedicionario Breguet XIV, a la 2.ª Escuadrilla de Eduardo González Gallarza. Su primera acción en combate tuvo lugar en el cielo de la Comandancia de Melilla al levantar el cerco de la posición de Sidi Messaud.

    En 1925 obtuvo el título de piloto y volvió a Marruecos en la escuadrilla del capitán Gallego dotada con sesquiplanos Breguet XIX. Su participación en las duras jornadas de Kudia Tahar le confirmaron en el carácter, preparación y valor, distinguido por el mando, y un entusiasmo que en la época de paz aplicó en su destino en el Grupo de Experimentación y en la Comisión de Estudio y Recepción de aviones.

    En 1926 pilotó uno de los tres hidroaviones Dornier Wal de la Patrulla Atlántida, cuya gesta, un vuelo en formación de ida y vuelta y estudio científico entre Melilla y la Guinea española, se explica en capítulo aparte.

    En 1930 suya fue la idea, el diseño y la prueba de un sistema eléctrico, que denominó C.R. (tipo IV A-5), que aventajaba en rapidez, seguridad y eficacia a los hasta entonces conocidos. Y en 1936 publicó Aeronáutica, obra rigurosa y literaria sobre la Aviación y la Aerostación, texto divulgativo para profesionales, aficionados y curiosos.

    El 6 de octubre de 1938, a título póstumo le fue concedida la Medalla Militar. En la relación de méritos que la justificaban se destacó que “fue uno de los colaboradores más asiduo e inteligente del Mando de las Fuerzas Aéreas nacionales. Se distinguió en las operaciones del Norte, mandando un grupo de colaboración, demostrando en todo momento gran valor personal y perfecto conocimiento del empleo de dicha unidad, por lo que mereció repetidas felicitaciones del Mando de tierra por sus actuaciones eficaces y decididas al frente de otro grupo de colaboración, y en lucha con enemigo terrestre alcanzó gloriosa muerte el día 2 del actual”.

Artículos complementarios

    Toma de posesión española de la Guinea ecuatorial

Colonización de Guinea española

    Cartografía de Guinea española

    Los vuelos del capitán Haya

    Patrulla Atlántida

    Escuadrilla Elcano

    Los vuelos del Jesús del Gran Poder

    El vuelo del Plus Ultra

    El vuelo del Cuatro Vientos 

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Antropología de la esperanza. Pedro Laín Entralgo

Médico, antropólogo, filósofo y ensayista, Pedro Laín Entralgo, nacido en la turolense localidad de Urrea de Gaén el año 1908, estudió medicina y química y fue profesor de Historia de la Medicina en la Universidad Complutense hasta 1978, año en que se jubiló de la docencia presencial, fundador de las revistas  Cuadernos Hispanoamericanos ,  Archivos Iberoamericanos de Historia de la Medicina  y  Asclepio  y miembro y presidente de la Real Academia Española, de la de Medicina y de la de Historia. Ha publicado numerosos trabajos de investigación en el campo médico, por ejemplo  Medicina e Historia , de 1941;  Estudios de historia de la medicina y antropología médica , de 1943;  Mysterium doloris: Hacia una teología cristiana de la enfermedad , de 1955;  La relación médico-enfermo: historia y teoría , de 1964,  El médico y el enfermo , de 1969;  Ciencia y vida , de 1970;  La medicina actual , de 1973; y  Ciencia, técnica y medicina , de 1986. Ha estudiado y trabajado cuestiones propias de