Ir al contenido principal

El Galeón de Manila. La ruta española que unió por mar tres continentes

La ruta española que unió por mar tres continentes

El Imperio en el Pacífico (Mar del Sur): La ruta comercial marítima entre las posesiones españoles de Asia y América



Ocho años después de que Urdaneta descubriera el tornaviaje, en 1565, que posteriormente se denominó el “Paso de Urdaneta”, también “Paso de Arellano y Urdaneta” y “Carrera de Acapulco”, comenzó regularmente la línea marítima desde Filipinas a México; en concreto desde Manila a Acapulco y viceversa.
    Realizaba el viaje transpacífico el Galeón de Manila, también conocido como la Nao de China o el Galeón de Acapulco, estableciendo una línea regular de intercambios comerciales que unió las posesiones españolas en Asia y América desde 1573, fecha del primer viaje de Manila a Acapulco, hasta que fue suprimido por las Cortes de Cádiz el 14 de septiembre de 1813; siendo una de las rutas comerciales más antiguas y duraderas de la historia, y más larga y peligrosa por las condiciones de navegación imperantes. Fue esta ruta española la que unió por mar tres continentes.

Imagen de armada.mde.es

Llegado al puerto del virreinato de Nueva España el Galeón de Manila, la ruta se prolongaba por tierra desde Acapulco a Veracruz, ciudad portuaria del Atlántico, y finalmente por mar desde Veracruz a Sevilla; y, en segundo lugar, desde Manila (arrumbando hacia el sur por la costa de Luzón y saliendo a mar abierto por el estrecho de San Bernardino) a China, Japón, Formosa, las islas Molucas, Siam, Camboya y Malasia.

Galeón español

Imagen de elcalce.com

El circuito completo arrancaba y finalizaba en Sevilla, cruzando el océano Atlántico y el virreinato de Nueva España, y prolongándose por el “Lago español”, el océano Pacífico, surcando el llamado “Camino de Asia”, hasta el puerto de destino, Manila, que a su vez era el de origen para el tornaviaje. Ya Hernán Cortés había propuesto que Nueva España se convirtiera en el puente de tránsito de las especias entre Oriente y Europa.

Imagen de mxcity.mx

El viaje y su tornaviaje, la ida y la vuelta, duraban un tiempo muy diferente: la ida, de Acapulco a Manila, oscilaba entre los cincuenta días y los dos meses, pero la vuelta, de Manila a Acapulco, entre cuatro y seis meses, además plagados de inconvenientes, como los vientos, las corrientes y los encuentros con barcos japoneses, y peligros piratas ingleses y de competencia con los holandeses comerciando en Insulindia. Por todo ello se hizo necesario disponer de la navegación por una ruta alternativa, zigzagueante, y por una latitud que bajaba hasta los 20º.

Corte esquemático de un galeón

Imagen de murzainqui.blogspot.com

El Galeón de Manila salía de México con plata y otros productos propiamente americanos a comienzos de año, llegaba a Manila e iniciaba el tornaviaje hacia Acapulco durante los monzones del verano, que los españoles llamaban vendavales, cargadas sus bodegas con especias de Insulindia, sedas y porcelanas chinas y demás objetos apreciados en América y Europa.

Imagen de abcblogs.abc.es


Artículos complementarios

    El tornaviaje

    La conquista de las islas Filipinas

    Descubiertas en la costa de la Alta California

    Real de a Ocho de plata

    El primer ferrocarril de España

Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y

El Camino Real de Tierra Adentro. Juan de Oñate

El imperio en América del Norte: La ruta hacia Nuevo México El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta que llevaba desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe de Nuevo México, actualmente capital del Estado homónimo integrado en los Estados Unidos; y durante más de dos siglos fue el cordón umbilical que mantuvo ligada a esta remota provincia del septentrión de la Nueva España. Cada tres años partía la llamara ‘conducta’, una caravana que trasladaba ganados, aperos y gentes, para mantener la colonización española en aquellas tierras. A través del Camino Real de Tierra Adentro penetró la cultura hispana en el Suroeste de Estados Unidos, ejerciendo aquí un papel semejante al del Camino de Santiago en España. El Camino Real de Tierra Adentro Cuando la corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en todos los sentidos, sino mantenerla por razones de no desamparar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema