Las aulas de la Real Compañía de Caballeros Cadetes Guardias Marinas de Cádiz se abrieron en 1717, de acuerdo a la instrucción del ministro José Patiño en su intento, al cabo fructífero, de crear las condiciones adecuadas para formar oficiales en las ciencias de la navegación y la construcción naval. Los oficiales se titulaban tras cursar dos años de guardias marinas y ser evaluados en un examen teórico y práctico. En la generación de 1780, con oficiales bien preparados en matemáticas, navegación, artillería, construcción y maniobras de buques, fortificación y dibujo, esgrima, danza e idiomas, figura Juan Vernacci y Retamal, nacido en Cádiz hacia 1772.
En agosto de 1783 ascendió a subteniente. Desde esta fecha embarcó en varias navegaciones y participó en el combate de la escuadra al mando de Luis de Córdoba en la campaña de Argel. Ascendido a alférez de fragata en 1784, al año siguiente realizó estudios superiores y exámenes astronómicos en el observatorio gaditano. Concluida su preparación quedó integrado en el equipo dirigido por Vicente Tofiño para el levantamiento del Atlas Hidrográfico de España entre 1786 y 1787. La colección de instrumentos utilizados por Tofiño y su equipo fue posteriormente cedida a la expedición Malaspina-Bustamante.
Diario de Juan Vernacci en la expedición Malaspina-Bustamante
Juan Vernacci formó parte de la expedición científica y política Malaspina-Bustamante. Alejandro Malaspina encargó a Vernacci en enero de 1789 que copiara cuantas noticias encontrara en el archivo de Capitanía, en la Dirección General de Pilotos y en archivos particulares, relativas a la navegación de Buenos Aires a Lima, a la bahía de San Julián, a las Malvinas, a la costa de Patagonia, a las costas de Chiloé e isla de Pascua. Finalizada la recopilación se dedicó a la no menor tarea de copiar planos del Archivo de la Dirección de Pilotos de Cádiz y planos de costas describiendo las extensas posesiones españolas en América.
Elegido oficial subalterno en la fragata Descubierta por Malaspina, en compañía de Cayetano Valdés, Manuel Novales, Manuel Novales, Fernando Quintano, Francisco Javier Viana y Secundino Salamanca.
En aguas de Tenerife los geógrafos calcularon la longitud del Teide, fijada por el astrónomo José Varela, luego los astrónomos procedieron a la observación de varias distancias al Sol y a la Luna iniciando un compendioso registro titulado Cálculo de correcciones de distancias de la Luna al Sol y otros astros por las tablas de refracción y paralelaje, cuyas mediciones entre otros efectuaron Alcalá Galiano, Malaspina y Vernacci.
El 30 de septiembre, Vernacci y Juan Gutiérrez de la Concha realizaron observaciones en Buenos Aires y del 4 de octubre al 6 de noviembre de 1789 ambos fueron comisionados para las tareas cartográficas de reconocimiento y situación de la costa sur del Río de la Plata, ensenada de Barragán y cabo de San Antonio. Acto seguido, Malaspina, Valdés, Alcalá Galiano y Vernacci confeccionaron el diario astronómico de Montevideo. El resto de noviembre y parte de diciembre sirvieron para trazar la costa entre Puerto Deseado y Puerto Negro, y para, llegados a las islas Malvinas, proceder con labores hidrográficas.
Los trabajos científicos prosiguieron tras doblar el cabo de Hornos. Hasta mediados de junio de 1790, los expedicionarios de las dos corbetas, Atrevida y Descubierta (cuyos nombres originales eran Santa Justa y Santa Rufina), realizaron importantes mediciones hidrográficas, geodésicos, astronómicas y estudios de industria y comercio en la isla de Chiloé, Talcahuano (frontera de las posesiones españolas en el hemisferio austral), puertos de San Vicente, Tomé y Coliumo, la región y ciudad de Coquimbo fundada por Pedro de Valdivia en 1543, los fondeaderos de Guasco y Totoral y el pueblo de la Magdalena en el valle de Rimac en Perú.
Del 3 al 9 de octubre, desde el puerto de Guayaquil, al mando de la lancha de la Descubierta, Juan Vernacci se internó en el río hasta las bodegas de Babaoyo para efectuar observaciones astronómicas y determinar las dimensiones del volcán Chimborazo, además de experimentar sobre la velocidad del sonido y proceder con mediciones barométricas ascendieron el Tunguragua y en su cima pernoctaron.
En esta primera parte de su diario, Vernacci reseña otras noticias de variada índole y aporta comprobaciones marítimas, etnológicas y lingüísticas de cada zona visitada.
El siguiente protagonismo de Vernacci se dio el 24 y 25 de noviembre en territorio panameño, realizando observaciones astronómicas en el castillo de San Lorenzo en la localidad de Chagres.
A lo largo de la costa del Pacífico fueron calculadas, para su corrección, las distancias de la Luna al Sol y otros astros por las tablas de refracción y paralaje.
En mayo de 1792 los expedicionarios arribaron al fuerte español de Nootka en aguas canadienses; durante los meses siguientes exploraron el actual estrecho de Georgia (actual divisoria entre Canadá y los Estados Unidos en la costa del océano Pacífico) que entonces los españoles llamaban el canal de Nuestra Señora del Rosario la Marinera. En esta comisión los cuatro oficiales españoles hicieron las veces de pilotos, naturalistas, dibujantes, contadores y a Vernacci y Salamanca, además, el cuidado nocturno de los buques. La expedición continuó su tarea cartográfica en el estrecho de Juan de Fuca, con Alcalá Galiano y Vernacci a la cabeza.
En su Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, Alejandro Humboldt citó varias fuentes cartográficas de la expedición Malaspina y de la expedición a Fuca de 1792, por ser en su opinión “las dos únicas que tuvieron el carácter verdadero de expediciones de descubrimiento” y los marinos que las emprendieron “por siempre acreedores a un puesto honorífico en la lista de los navegantes instruidos e intrépidos, a quienes debemos las nociones exactas de la costa Noroeste del Nuevo Continente”.
Finaliza aquí la participación de Juan Vernacci en la expedición Malaspina-Bustamante. Regresó a Madrid con la documentación de sus estudios, observaciones y cartografías para entregarlas a custodia en archivo debidamente.
Siguientes comisiones y servicios
Con el empleo de capitán de fragata graduado, Juan Vernacci y su hermano José, alférez de navío, por encargo del Ministerio de Estado se integraron como geógrafos desde enero a agosto de 1796 en el equipo que realizaba la carta geométrica de España, a las órdenes de Dionisio Alcalá Galiano.
Al término de esta comisión se le confirió el mando de la fragata Gertrudis, con la que participó en la guerra contra Gran Bretaña de 1796 a 1802. Finalizado este periplo, Juan Vernacci solicitó embarcar en la última de las expediciones despachada por la Compañía de Filipinas a las costas de Coromandel y Bengala hasta su arribada a Manila. Era el famoso galeón de Manila o nao de Acapulco o navío de la China, que había comenzado las singladuras en 1565 al descubrirse el tornaviaje por fray Andrés de Urdaneta, siendo la última en 1815: dos siglos y medio de la línea marítima más longeva de la historia, y también más arriesgada y peligrosa. Juan Vernacci gobernó el galeón Magallanes en la ruta de ida y vuelta, saliendo de Manila entre finales de junio y mediados de julio y de Acapulco entre finales de febrero y principios de marzo. Establecida la Comandancia Marítima de Filipinas en 1800, bajo la responsabilidad de Rafael María de Aguilar, la Secretaría de Marina e Indias consideró imprescindible perfeccionar las cartas náuticas del archipiélago filipino, del estrecho de San Bernardino e islas adyacentes hasta la bahía de Manila, tarea que recayó en Juan Vernacci. Tomando las referencias de las operaciones practicadas en 1792 y 1793 por los oficiales y pilotos de las corbetas Atrevida y Descubierta, efectuó las suyas entregándolas en 1804.
Juan Vernacci y Retamal
Imagen de cvc.cervantes.es
En consideración a la obra de Juan Vernacci y Retamal, lleva su nombre un estrecho en aguas del océano Pacífico canadiense, que las cartas náuticas españolas denominan brazo de Vernacci, explorados los ciento veinte kilómetros del canal en 1792 en la postrera creencia de localizar el paso del Noroeste; ilustró con sus dibujos esta aventura, como todas las de la expedición Malaspina-Bustamante y otras por el Pacífico septentrional el marino y pintor José Cardero y Meléndez. Y también en Filipinas y Argentina se le recuerda con el bautismo del Monte Vernacci (Bernacci Mount), en la provincia de Camarines del Sur, en la isla de Luzón, y el del grupo de islas Vernaci, en el golfo de San Jorge, en la provincia de Chubut.
Artículos complementarios
La expedición Malaspina-Bustamante
La exploración de las islas Visayas