Ir al contenido principal

La exploración de las islas Visayas. Juan Díaz Maqueda

El Imperio en Asia y Oceanía: La expedición Malaspina-Bustamante en el archipiélago filipino

Las tareas científicas propuestas y realizadas durante la expedición Malaspina-Bustamante a destacados expertos en cada campo fueron extraordinarias. Las enumeramos: astronomía, hidrografía, botánica, zoología, mineralogía, estudio comparado del suelo (edafología), minería y sus técnicas, estudios históricos prehispánicos, farmacopea, salubridad ambiental, recursos vivos y minerales, caminos, vías y otras comunicaciones, costumbres y ritos, acuñación de moneda, urbanismo, formas de gobierno y administración económica y social, tráfico marítimo, aduanas, construcción naval, pesca, industria, defensa y fortificaciones, agricultura y ganadería, colegios y universidades, actividad misionera, hospitales, censos eclesiásticos y de población, estudios físico-geográficos, e ilustraciones de ciudades, flora, fauna y tipos humanos de cuantos lugares se visitaron.

    La gran travesía de los expedicionarios, todos ellos altamente cualificados en sus respectivas especialidades, iniciada al llegar desde España a Montevideo, y desde este lugar de partida a recorrer el Río de la Plata, Patagonia, islas Malvinas, islas Aurora, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y toda Centroamérica, México, California y la costa noroeste de Norteamérica hasta Alaska; a continuación hacia Asía y Oceanía por las islas Marianas, Filipinas, Vavao, Macao, Nueva Zelanda y Australia, aportó una cantidad ingente de documentación válida para todos los campos de la investigación científica e histórica en el mundo. Lo que se demostró al publicarse los trabajos hidrográficos, botánicos, zoológicos, litológicos, médicos y físico-geográficos; la documentación de carácter político se destinó en exclusiva al gobierno español.

    Los lugares del Pacífico Sur, principalmente Filipinas y Oceanía, donde se realizaron los trabajos científicos de la expedición Malaspina-Bustamante fueron:

Puerto Humatac (Guahan, islas Marianas), del 13 al 24 de febrero de 1792

Puerto Palapa (isla de Samar), del 4 al 10 de marzo de 1792

Puerto Sorsogón (isla Luzón), del 12 al 22 de marzo de 1792

Manila (isla Luzón), del 26 de marzo al 15 de noviembre de 1792

Puerto Zamboanga (isla Mindanao), del 22 de noviembre al 7 de diciembre de 1792

Bahía Dusky (Nueva Zelanda), el 26 y 27 de febrero de 1793

Puerto Jackson y Bahía Botánica (Australia), del 12 de marzo al 11 de abril de 1793

Archipiélago Vavao, del 20 de mayo al 1 de junio de 1793

    Se conserva en el Museo Naval de Madrid una pormenorizada y extensa documentación hidrográfica, astronómica y cartográfica, junto a una gran cantidad de diarios de mar y tierra y de los naturalistas, noticias políticas y económicas, información etnográfica y social, de lenguas, costumbres y religiones, todo ello ampliamente ilustrado con una calidad máxima.

La exploración de las islas Visayas por Juan Díaz Maqueda

Una parte esencial de los trabajos y reconocimientos de la expedición Malaspina-Bustamante correspondió al archipiélago filipino. Se buscaban unas derrotas más seguras para el Galeón de Manila (también denominado Galeón de Acapulco) para favorecer, minimizando los riesgos, la navegación comercial.

    Esta comisión encargada a Juan Díaz Maqueda para el levantamiento de mapas de las islas Visayas, una de las zonas que entrañaban mayor dificultad en la navegación de las Filipinas, dio inicio en octubre de 1792 y concluyó el 16 de julio de 1793.

    El oficial de la Armada Juan Díaz Maqueda había sido hasta entonces el piloto de la corbeta Atrevida (la otra corbeta de la expedición Malaspina-Bustamante era la Descubierta), capitaneada por José de Bustamante, en colaboración con Felipe Bauza, director de cartas y planos, en las triangulaciones y sondas de los levantamientos de los puertos. El barco utilizado en el reconocimiento de las islas Visayas para su examen hidrográfico fue la goleta Santa Ana. Como segundo de Díaz Maqueda fue nombrado Gerónimo Delgado.

    La cartografía resultante de la comisión merece el calificativo de magnífica. Habiendo ayudado decisivamente a completar la levantada por las corbetas Descubiertas y Atrevida durante su estancia en Filipinas; de tales trabajos se obtuvo la excelente Carta General del Archipiélago de Filipinas, levantada en 1792 y 1793 por los Comandantes y Oficiales de las Corbetas de S.M. Descubierta y Atrevida.

Juan Díaz Maqueda escribió otra esforzada página en la gran y brillante labor de la exploración española del océano Pacífico, el inmenso Mar del Sur. En el libro de la historia figuran los navegantes españoles como descubridores y cartógrafos de las islas Marianas, Carolinas y Marshall en Micronesia; desde las islas Salomón a las Nuevas Hébridas en Melanesia; el archipiélago Tuamotu y las islas Marquesas, entre otras, en la Polinesia; las islas Filipinas y todas las costas orientales del Pacífico desde Alaska, en el extremo septentrional, a Patagonia, en el extremo meridional. Dando nombre, en definitiva, de Lago español al océano Pacífico.

Artículos complementarios

    Expedición Malaspina-Bustamante

    Francisco Antonio Mourelle de la Rúa

    Miguel López de Legazpi

    Juan Sebastián Elcano

    La vuelta al mundo con una Escuadra naval



Entradas populares de este blog

Las tres vías místicas. San Juan de la Cruz

Siglo de Oro: La mística de san Juan de la Cruz Juan de Yepes y Álvarez, religioso y poeta español, nacido en Fontiveros, provincia de Ávila, el año 1542, estudió con los jesuitas, trabajó como camillero en el hospital de Medina del Campo, e ingresó a los diecinueve años como novicio en el colegio de los carmelitas con el nombre de fray Juan de Santo Matía. Prosiguió sus estudios en Salamanca y en 1567 fue ordenado sacerdote. Regresó entonces a Medina del Campo, donde conoció a santa Teresa de Jesús, quien acababa de fundar el primer convento reformado de la orden carmelita y que tanto le había de influir en el futuro. San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús Imagen de stj500.com Juan de la Cruz se hallaba animado de los mismos deseos reformadores de la santa, y había conseguido el permiso de sus superiores para mantenerse en la vieja y austera devoción de su orden.; desde ese momento tomó el nombre de fray Juan de la Cruz y comenzó la reforma del Carmelo masculin

Descubridor del Eritronio-Vanadio. Andrés Manuel del Río

Mineralogista y químico, el madrileño Andrés Manuel del Río Fernández, nacido en 1764, es el descubridor del elemento químico Vanadio. Andrés Manuel del Río Imagen de omnia.ie En su infancia escolar destacó en el aprendizaje de latín y griego, posteriormente se graduó de Bachiller en Teología en la Universidad de Alcalá de Henares, y en 1781 inició sus estudios de física con el profesor José Solana.     Andrés Manuel del Río fue un alumno modélico en Física y Matemática. El ministro José de Gálvez en 1782 lo incorporó en calidad de pensionado en la Real Academia de Minas de Almadén, para que se instruyera en las materias de mineralogía y geometría subterránea con los maestros internacionales elegidos para el desarrollo científico e industrial de España. En Almadén dio inició su largo periplo por instituciones científicas de prestigio, forjando la actividad profesional que le caracterizaría. El propósito de la Corona por favorecer el desarrollo de la minería y la metalurgia en España y

El Camino Real de Tierra Adentro. Juan de Oñate

El imperio en América del Norte: La ruta hacia Nuevo México El Camino Real de Tierra Adentro era la ruta que llevaba desde la ciudad de México hasta la de Santa Fe de Nuevo México, actualmente capital del Estado homónimo integrado en los Estados Unidos; y durante más de dos siglos fue el cordón umbilical que mantuvo ligada a esta remota provincia del septentrión de la Nueva España. Cada tres años partía la llamara ‘conducta’, una caravana que trasladaba ganados, aperos y gentes, para mantener la colonización española en aquellas tierras. A través del Camino Real de Tierra Adentro penetró la cultura hispana en el Suroeste de Estados Unidos, ejerciendo aquí un papel semejante al del Camino de Santiago en España. El Camino Real de Tierra Adentro Cuando la corona española decide no abandonar la provincia de Nuevo México, ruinosa en todos los sentidos, sino mantenerla por razones de no desamparar a los indios ya cristianizados, el virreinato de Nueva España organiza un sistema