El Imperio en Asia y Oceanía: Ampliando el conocimiento de islas, corrientes y vientos en el Mar del Sur
Ignorantes de su lugar y fecha de nacimiento, conocemos de Bernardo de la Torre su intento de dar con la ruta del tornaviaje entre las islas de Poniente (las islas Filipinas) y el virreinato de Nueva España, cumpliendo la orden del Capitán general Ruy López de Villalobos.
A Bernardo de la Torre se atribuye el bautizo de las islas de Poniente, denominándolas Filipinas, en honor al príncipe Felipe de España y futuro rey Felipe II; siendo, por ende, el primer europeo en circunnavegar la isla filipina de Mindanao, donde arrió la flota de López de Villalobos en su viaje de ida.
A bordo de la nave San Juan de Letrán, o simplemente San Juan, el capitán Bernardo de la Torre recibió el encargo del Capitán general Ruy López de Villalobos, en cuya expedición de Nueva España a las islas de Poniente (las islas Filipinas), del año 1542, se había integrado, para hallar la ruta de vuelta, el tornaviaje, de Filipinas a Nueva España.
Las tentativas precedentes de dar con la ruta del tornaviaje corrieron a cargo de Gonzalo Gómez de Espinosa, en 1522, y dos de Álvaro de Saavedra Cerón en 1528 y 1529.
Juan Gaitán, para los españoles, (Ivan Gaetanno era su nombre) fue el cronista embarcado de la aventura, y así inicia su relación: “El capitán general [Ruy López de Villalobos] determinó enviar a Bernardo de la Torre en un pequeño navío que él tenía, con dieciocho o veinte hombres, a la vuelta de Nueva España, y dar aviso de nuestra navegación al virrey hasta estas islas; y el que esto escribe es uno de aquéllos”. Partieron el 4 de agosto de 1543 de la isla de Tandaya, por los expedicionarios llamada Filipina, actual isla de Samar, cubriendo en la primera etapa el trayecto hasta la isla más meridional de Sarangani, por el interior del archipiélago malayo.
Más precisa es la crónica del portugués Antonio Galvao, titulada Tratado de los descubrimientos, escrita en portugués, donde se ofrecen los nombres de las islas descubiertas en este viaje. Refiere así la partida de la nao desde la isla filipina de Samar: “Cargaron víveres, agua y leña, y se hicieron a la vela; fueron algunos días al Este, viento en popa, hasta que les fue escaseando, y llegaron cerca del trópico de Cáncer. El 25 del mes de septiembre vieron unas islas a las que pusieron de nombre Mal Abrigo (quizá las actuales Sulphur). Y más adelante descubrieron las Dos Hermanas (quizá las Hillsborough); y más adelante hallaron otras cuatro que bautizaron los Balcones (las Volcanes, en el grupo volcánico de Bonín), y en este mismo grupo otras islas (Ogasawara) que denominaron del Arzobispo. El 2 de octubre avistaron la Farfana. Y más allá de ellas hay una roca alta que echa fuego por cinco partes. Yendo así en 26 grados de altura, a setecientas leguas de donde habían salido, según los que ellos estimaban, por no hallar tiempo arribaron a las islas Filipinas; vieron seis o siete, pero no surgieron en ellas, y así pasaron por un archipiélago de islas muy pobladas de gente, que están en 15 ó 16 grados de altura”.
Las Relación del viaje, escrita por el factor García de Escalante Alvarado, embarcado en la expedición de Ruy López de Villalobos, expone: “Dicen los que en el navío fueron que, partidos de Sarangán (o Sarangani), fueron a tomar los bastimentos a las Filipinas, en el río de Tandaya; y habiéndolos tomado, partieron de Tandaya a 26 de agosto de 1543, y en altura de 26 grados vieron una isla pequeña, y en 26 leguas adelante vieron otras dos que están norte-sur con las isas de los Ladrones (las Marianas). Y delante de éstas vieron otras tres; la una es un volcán que por tres partes echa fuego. Y a dieciocho de octubre se hallaron los pilotos setecientas y cincuenta leguas andadas de camino, de línea recta, y en altura de treinta grados escasos. Y allí les dio tanto temporal del norte que les hizo arribar, por el navío ser tan pequeño y llevar los árboles sentidos y no poder sufrir la mucha mar que hacía. Y en trece días volvieron a la isla de Tandaya, y tomáronla por la banda del norte”.
El agustino fray Jerónimo de Saavedra, a su vez cronista, dedica una sucinta relación al viaje: “A 26 de agosto partió de aquellas islas Bernardo de la Torre, y Gaspar Rico por piloto (piloto de la nao Santiago cuando la expedición de Villalobos partió de Nueva España) y Alonso Fernández Tarifeño por segundo piloto (piloto de la nao San Jorge en la citada previa expedición) Dicen que anduvieron hasta ponerse en 29 grados ó 30, y que hallaron tan grandes mares que, por no hundirse, arribaron”.
El historiador británico James Burney escribe a principios del siglo XIX con relación a la travesía: “El San Juan, con una tripulación de 18 ó 20 hombres, se hizo a la vela desde Sarrangán el 26 de agosto de 1543 y navegó por el este de Mindanao hasta la parte norte de la isla de Tandaya, donde se abastecieron. Desde Tandaya navegaron a levante durante varios días con buen viento, hasta que fue rolando gradualmente y se puso cuarta del sudeste. Después de navegar unas 200 leguas, descubrieron una pequeña isla en 16 grados norte, que llamaron Abriojos (abre tus ojos), porque era llana y casi al nivel del agua. Unas 26 leguas más adelante, al este cuarta al nordeste, descubrieron dos islas grandes o altas, que bautizaron Las Dos Hermanas. Siguiendo al este y nordeste, en 25 grados norte, y después de navegar 300 leguas desde las anteriores, vieron tres islas, para las que se calculó una distancia de 500 leguas desde Tandaya. Estas islas se encuentran en latitud de 24 y 25 grados norte; una de ellas es un volcán y ambas fueron denominadas Los Volcanes. El día 2 de octubre, a 30 leguas más allá, al este y norte, vieron una isla deshabitada que llamaron la Farfana, isla que al otro lado tenía una roca alta y puntiaguda que arrojaba fuego por cinco sitios. Continuaron al nordeste hasta el 18 de octubre, en que llegaron casi a 30 grados de latitud norte y a unas 700 leguas de Tandaya. Entonces se dieron cuenta de que navegaban demasiado tarde para la época del año en que se encontraban, así como de que su provisión de agua era insuficiente para seguir adelante, por lo que acordaron volver a las Filipinas”.
Abreojos puede ser una restinga o arrecife a 160 leguas de Samar. La isla indistintamente rotulada hoy Parece Vela y Okino Tori (o Okinotorishima), puede identificarse con Dos Hermanas. Las islas Volcano o Sulphur, en japonés Kazan Rettô, grupo en el que distinguen de norte a sur Kita Iwo Jima, Iwo Jima y Minami Iwo Jima. Las Dos Hermanas, dos islas correspondientes al archipiélago de las Marianas (los Ladrones), pueden ser Sarigán y Anatahan o la más meridional de Saipán. La isla Farfana es la actual Chichi Jima Rettô.
El 18 de octubre, debido a los fuertes vientos y la escasez de agua para el largo recorrido que aún quedaba hasta Nueva España, navegadas 750 leguas desde la partida, la expedición puso proa al rumbo contrario, oeste cuarta al sudoeste, avistando en el camino de regreso a Filipinas unas islas que supusieron de los Ladrones (las Marianas), que pueden ser Farallón de Medinilla, Saipán y Tinián, ciertamente en el archipiélago mariano.
Desde el norte de la isla de Samar (Tandaya o Filipina), Bernardo de la Torre fue a encontrarse con el Capitán General López de Villalobos para rendirle cuenta del viaje; hacía cuatro meses que se habían despedido en la isla de Sarangani. Otra vez debido a los vientos, De la Torre dirigió la San Juan por la parte de poniente de la isla, con lo que acaso inauguró las travesías españolas por el canal o estrecho de San Bernardino, que separa las islas de Luzón y Samar. En esta navegación descubrieron y bautizaron el canal de San Clara, la bahía de la Resurrección y la isla de Las Palmas.
La expedición de Bernardo de la Torre pese a no lograr su objetivo de establecer una ruta entre las islas de Poniente, Filipinas, y el virreinato de Nueva España, posibilitó ampliar el conocimiento del inmenso Mar del Sur en cuanto a islas, corrientes y vientos que sería de utilidad para el éxito obtenido por los españoles en 1565: el tornaviaje.