El Imperio en el Pacífico: Al rescate de españoles perdidos en el Mar del Sur
En 1526 Carlos I encargó a Hernán Cortés que enviase barcos por el Mar del Sur para recabar noticias de la expedición de García Jofre de Loaysa con Juan Sebastián Elcano y la de Sebastián Caboto, ofrecer ayuda a quienes la necesitaran y recoger plantas de especias por el Maluco (islas de las especias, islas Molucas) para aclimatarlas en el Nuevo Mundo. A este efecto zarpó de Acapulco-Zihuatanejo, virreinato de Nueva España, en 1527 Álvaro de Saavedra Cerón (también Álvaro Saavedra de Cerón), pariente (puede que primo) de Hernán Cortés, al mando de tres naves. Se ignora el lugar (quizá en la localidad jienense de Baeza) y la fecha de nacimiento (probablemente a finales del siglo XV) de Álvaro de Saavedra Cerón.
Al cabo de cuatro meses de navegación y la pérdida de dos naos (Espíritu Santo y Santiago) debido a las tormentas, los expedicionarios embarcados en la nao Florida arribaron a la isla de Mindanao en el archipiélago filipino, desde donde pusieron rumbo a las Molucas. En estas islas hallaron a un grupo de supervivientes españoles de la expedición de Loaysa, y un desertor que, de grado o por fuerza, aportó valiosas informaciones para la navegación entre islas y otros importantes datos geográficos. Al suroeste y sur de Filipinas, y próximas a este archipiélago, encontraron más españoles en las islas de Sarragán y Gilolo. También en Tidore, cuando llegaron, descubrieron otros españoles hostigados por los portugueses.
Después de reparar la nave en Tidore y abastecerla con lo indispensable para seguir la travesía, intentaron el regreso a Nueva España con las peticiones de auxilio de los que allí quedaban y un cargamento de especias, especialmente clavo. Pero la meteorología del océano Pacífico (paradójico su nombre), con los vientos y corrientes adversos, obligó a volver a puerto seguro; aunque antes recalaron en las islas de Misory y Almirantazgo, pasaron por las islas Carolinas y las Marianas y descubrieron la gran isla de Nueva Guinea; cuyo nombre debemos a Diego Ortiz de Retes.
Viaje de Álvaro de Saavedra Cerón
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Viaje de Álvaro de Saavedra Cerón
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En mayo de 1529 quiso Saavedra Cerón dar con el viaje de vuelta seguro, el tornaviaje de Asia a América (que aún tardaría sus largas tres décadas en averiguarse por fray Andrés de Urdaneta), fracasando a la altura de las islas Hawaii (islas Mesa para los españoles), a la vista de las mismas, falleciendo en ese lugar inexplorado en mitad del océano Álvaro de Saavedra Cerón.
A pesar de que la tripulación, cumpliendo órdenes, quiso poner rumbo a Nueva España, los vientos, las mareas, las corrientes y la propia debilidad del barco lo impidieron. Este viaje acabó en Tidore (islas Molucas).