La presencia de España en el Sahara occidental. Emilio Bonelli

Siendo capitán de Infantería Emilio Bonelli Hernando, el 4 de noviembre de 1884 dirigió el izado de la bandera de España por primera vez en la península de Río de Oro; este feliz acontecimiento ocurrió en el paraje llamado por los nativos Dahla-es-saharía, próximo al acantilado donde posteriormente los españoles, decididos por Emilio Bonelli, fundarían Villa Cisneros.

El resumen de su persona y obra lo elogia como un español notable, militar y patriota ejemplar, geógrafo, comerciante, políglota, negociador, habilísimo diplomático, hombre íntegro, de inequívoco espíritu cristiano, y explorador de nuevos escenarios que enseña a la civilización en nombre de España.

Fotografía tomada por Emilio Bonelli tras el izado de la bandera española en la península de Río de Oro

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Emilio Bonelli Hernando nació en Zaragoza el año 1855. Huérfano de madre a corta edad, los constantes viajes de su padre, a quien acompañaba, le proporcionaron una amplia y diversa experiencia complementada con la facilidad para expresarse en distintos idiomas: español, italiano, francés y árabe. Habiendo pasado mucho tiempo entre Argelia, Túnez y Marruecos, frecuento en Tánger, ciudad en la que ejercía de farmacéutico un tío suyo, una escuela musulmana, lo que le acostumbró al uso de la chilaba y las babuchas.

A la muerte de su padre, con catorce actuó como intérprete del consulado español en Rabat. Ingresó en la Academia Militar de Toledo costeando en lo posible la preparación con sus traducciones, y granjeándose la simpatía y admiración de compañeros y profesores, pudo resolver sus carencias económicas y lograr el despacho de oficial de Infantería.

Durante años fue madurando su vocación africanista, culminadas las expectativas en 1882 cuando se le destina a Marruecos. Más adelante obtuvo licencia para permanecer en el continente, cosa que aprovechó para viajar en solitario, recorriendo desde Rabat la cuenca del río Seb, visitando los territorios de las tribus Beni Hasen y Garb y las ciudades de Fez y Mequinez, en las que aún no residía europeo alguno. A su regreso a España, la Sociedad Geográfica de Madrid le ofreció pronunciar una conferencia que tituló Observaciones de un viaje por Marruecos. De esa época es su traducción del Manual de fortificación de campaña, del teniente general francés Brialmont, y la publicación, por el Depósito de Guerra del Cuerpo de Estado Mayor, de El Imperio de Marruecos y su constitución: descripción de su geografía, topografía, administración e industria.

Emilio Bonelli Hernando

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Emilio Bonelli advirtió la necesidad que tenían los pescadores canarios de disponer de refugios en la costa africana de Río de Oro, donde eran sistemáticamente hostigados. Con la intención de informar y proponer se entrevistó con el presidente del Consejo de Ministros, Antonio Cánovas del Castillo, quien le otorgó su confianza.

La profesionalidad militar de Emilio Bonelli está asociada a un ideal científico y también político que hizo compatible con su carrera, pues los espíritus expedicionario y militar viajan de la mano. La esencia castrense de su carácter derivó en su exigencia ética del respeto a la palabra dada.

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El 24 de octubre de 1778 España tomó posesión de la isla de Fernando Poo en el Golfo de Guinea, y posteriormente el territorio continental de Río Muni; el 3 de noviembre de 1884 es la fecha en la que Emilio Bonelli ocupó Río de Oro.

Estudiando a fondo el tratado de noviembre de 1861 entre España y Marruecos respecto al derecho de establecer pesquerías en Santa Cruz de Mar Pequeña, territorio de Ifni, y otros antecedentes con las tribus saharianas que negaban cualquier autoridad sobre ellos del sultán de Marruecos y el compromiso del emir del Adrar, señor del Trab el Bihdar (el país de los blancos), que cedió a España el llamado País de Iyil o Río de Oro cuya costa quedaba delimitada entre el cabo Bojador al norte y el cabo Blanco al sur, Emilio Bonelli tomó en consideración los incidentes con pesqueros españoles y los informes de comerciantes británicos que disponían en cabo Juby una factoría pesquera hasta 1882.

La misión mercantil encomendada a Bonelli dio inicio a bordo de la goleta Ceres que mandaba el capitán de fragata Pedro de la Fuente. Recorrió desde Tenerife el cabo Bojador, Río de Oro, Angra de Cintra y bahía del Oeste. Desembarcó solo y sin apoyo militar en la bahía y península de Río de Oro el 4 de noviembre de 1884. Ordenó que se levantara una caseta de madera y junto a ella un mástil donde izó la bandera de España. En ese mismo lugar decidió la fundación y el nombre de Villa Cisneros, en honor al famoso cardenal al servicio de la política africanista de Isabel la Católica.

La segunda acción emprendida por el grupo explorador español fue la de asistencia a los nómadas y pescadores presentes; después a la limpieza de pozos de agua potable; y por último unas obras de mampostería destinadas a industria pesquera y puesto defensivo (un fuerte). Por mar fue montando casetas similares en la bahía de Cintra, que bautizó Puerto Badía, y en las inmediaciones de cabo Blanco, que denominó Medina Gatell, y allí configuró una futura estación meteorológica.

El 28 de noviembre de 1884, las actas redactadas por Emilio Bonelli en nombre del rey Alfonso XII (que las confirmó a vuelta de correo), fueron suscritas por los cabecillas nativos constando su adhesión a España. El Gobierno español puso en conocimiento de otras potencias los hechos, presentándolos el 26 de diciembre de 1884 en calidad de una declaración de Protectorado español del Sahara occidental.

Las tres factorías establecidas por Bonelli comenzaron de inmediato su actividad facilitando a los pescadores canarios refugio; también, al hilo de la estrategia mostrada, la línea de factorías-fuertes ratificaban las posesiones españolas y permitían en adelante la adecuación de los edificios para los fines requeridos en los ámbitos comercial, político y militar.

El 10 de julio de 1885 Emilio Bonelli fue nombrado Comisario regio para África occidental, cargo que desempeñó inmediatamente con su viaje a Río de Oro. Desde entonces cobraron impulso las descubiertas en el territorio sahariano y la extensión a cada vez más grupos de nómadas de ayudas compuestas por alimentos, telas y pertrechos; todos los acuerdos firmados ante notario cual había propiciado Emilio Bonelli.

Las expediciones de mayor recorrido entonces fueron la de marzo y abril de 1886 dirigida por José Álvarez Pérez, entre el cabo Bojador y el río Drúa, y la de Julio Cervera-Francisco Quiroga que se internó aún más en el desierto hasta los dominios de la tribu guerrera de los Hijos del León en la zona del Monte de los Dátiles, y que desembocó en el Tratado de Iyil con fecha 12 de julio de 1886.

El siguiente empeño de Emilio Bonelli, también en el ámbito africano, lo condujo al Golfo de Guinea. Su primer viaje tuvo lugar en 1887 y el segundo en 1890; en ellos recorrió la cuenca del Río Muni y la de sus afluentes Noya, Utamboni, Bañe, Utongo, Conge, Benito y Campo. Los resultados de sus expediciones presentaron excelentes trabajos topográficos y comerciales y la relación de todas las islas de la región ecuatorial con independencia de la potencia administradora.

Al mismo tiempo, el gobierno británico y la Sociedad Geográfica de Londres solicitaron de Emilio Bonelli la búsqueda de cuanto pudiera encontrarse de la expedición del coronel Flatters, muerto en 1881 por elementos tuaregs saharianos (del actual Sahara argelino); actuación concluida exitosamente.

Los méritos y estudios de Emilio Bonelli fueron distinguidos con su participación en diversas instituciones, de las que destaca la Real Sociedad Geográfica Española, la Liga Africanista Española y la Compañía Transatlántica, representándolas ante el Consejo de Estado. Y por tan extraordinaria trayectoria recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica y otras encomiendas y reconocimientos públicos.