El Imperio en el mar: Campaña del Canal
Sevillano nacido en 1706, a los once años comenzó su vida marinera al lado de su padre, capitán de navío; con él viajo dos veces a América antes de cumplir los trece años.
En 1721 sentó plaza de guardiamarina en Cádiz, y ascendió a alférez de fragata en 1723. Desde el principio prestó brillantes servicios en navegaciones, comisiones y acciones de guerra, mereciendo la aprobación de sus superiores y la estima del rey Felipe V.
Ascendido a alférez de navío en 1731, y a teniente de fragata en 1732, este año participó en la toma de Orán; dos después tomó parte en la reconquista de Nápoles y Sicilia.
En 1735 ascendió a teniente de navío, y a capitán de fragata en 1740, participando en las luchas contra los piratas argelinos en el mar Mediterráneo. Nombrado capitán de navío en 1747, al mando del navío América y junto al navío Dragón capitaneado por Pedro Fitz-James Stuart, ambos de sesenta cañones, combatió a los navíos argelinos piratas en el golfo de Cádiz; la victoria supuso la repatriación de cincuenta cautivos cristianos y el desmantelamiento de los buques enemigos. El rey Fernando VI concedió a Luis de Córdova y Córdova la encomienda de la Orden de Calatrava.
La actividad en la mar de Luis de Córdova y Córdova continuó prestando servicio de escolta a diversos convoyes de la Carrera de Indias. Destinado a la persecución del contrabando en Cartagena de Indias, entre 1754 y 1758 destacó en aquella tarea; lo que le valió el ascenso a Jefe de Escuadra, prodigándose en navegaciones por aguas de Norteamérica, sin descuidar la vigilancia del mar Caribe y los frecuentemente amenazados por ingleses y holandeses litorales de Venezuela y Colombia. Cumplido este periodo a satisfacción del mando, en 1774 ascendió al empleo de Teniente general y cuatro años después en espera de misiones trascendentes, fue nombrado Comandante de una escuadra española que se unió en 1778, por los Pactos de Familia con la monarquía francesa, a la Escuadra de dicha nación al mando del almirante Louis Guillouet, marqués de Orvilliers, cuando se declaró la guerra a Inglaterra.
En la Campaña del Canal, las dos escuadras aliadas sumaban sesenta y ocho navíos, arbolando su insignia Luis de Córdova en el poderoso Santísima Trinidad; entraron imponentes en su línea en el Canal de la Mancha en agosto de 1779, obligando a la flota inglesa de guerra y a la de comercio a refugiarse en los puertos de la isla: el comercio británico se colapsó y el navío Ardent, de setenta y cuatro cañones, fue capturado por Luis de Córdova. El rey de Francia, Luis XIV, premió al marino español con su reconocimiento “Luis a Luis” y presentes varios de gran valor; por su parte, el rey de España, Carlos III, le concedió por el mismo mérito la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III.
En esta exitosa campaña, los barcos españoles empezaron a utilizar los barómetros marinos, instrumentos desconocidos por los franceses.
Elogiado Luis de Córdova y Córdova por los condes de Floridablanca, José Moñino y Redondo (Secretario del Despacho de Estado), y de Aranda, Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea (embajador en París), puesto que, en palabras escritas del primero al segundo, “sus detractores [por motivos de edad, principalmente] no habían podido adelantar, mejorar o rectificar, ninguno de sus planes de acción”, el 7 de febrero de 1780 recibió el nombramiento de Director General de la Armada.
Por aquel entonces, la guerra de Independencia Norteamericana cumplía etapas decisivas. El ejército inglés, además de su lucha en tierra firme, sufría las acciones navales de Luis de Córdova que atacaba y, con igual eficacia, capturaba sus barcos. El 9 de agosto de 1780, a la altura del cabo Santa María, situado en la zona septentrional de las islas Azores, Luis de Córdova, al mando de una escuadra hispanofrancesa, apresó un formidable convoy inglés de cincuenta y cinco barcos con tres fragatas en labores de protección, cargado con mercancías para la India; cinco o seis de los mercantes estaban artillados con una treintena de cañones, equiparándolos a fragatas, y embarcaban, además, un importante número de soldados. Luis de Córdova lo envió al puerto de Cádiz ganando un enorme botín en armas, municiones y pertrechos para equipar a doce regimientos de Infantería y a la escuadra del almirante Rodney operando en las aguas del continente americano y el océano Índico, con casi cinco mil prisioneros.
Poco después, una nueva incursión en el Canal de la Mancha de la flota mandada por el almirante Luis de Córdova, obtuvo la captura de un convoy inglés de veinticuatro barcos.
Luis de Córdova y Córdova
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En 1782 mandó la fuerza naval combinada de bloqueo a Gibraltar, y el 20 de octubre de ese año entabló combate en el cabo Espartel con la flota del almirante Richard Howe que defendía por mar el Peñón. El resultado fue intrascendente para ambas flotas.
Firmada la paz con Gran Bretaña el 30 de enero de 1783, Luis de Córdova fue nombrado al mes siguiente Capitán General de la Armada; el acto más emotivo de su gestión al frente de la Armada tuvo lugar el 2 de julio de 1786 al colocar la primera piedra del Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.
En el futuro, tres marinos ilustres de España, Salvador Fidalgo, Manuel Quimper y Jacinto Caamaño, con admiración y en honor al ya fallecido Luis de Córdova, en sus exploraciones por la costa Noroeste del continente americano dieron su nombre a lugares notables: Puerto Córdova, Glaciar Córdova, Pico Córdova y Río Córdova los principales.
Artículos complementarios
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