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¡Que no pasen! Manuel Ruiz de Huidobro

Capitán de la División Española de Voluntarios, Manuel Ruiz de Huidobro obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando por su actuación en los combates en el Sector de Krasni Bor el 10 de febrero de 1943 en la Campaña de Rusia.

Al mando de los 120 hombres de su compañía perteneciente al 3.ª Batallón, en el Sector de Krasni Bor (Bosque rojo) el capitán Ruiz de Huidobro cubría un frente de dos kilómetros. En los prolegómenos de la gran batalla, un oficial le informó que en un bosque inmediato se escuchaban sonidos de carros de combate; el capitán Ruiz de Huidobro verificó inmediatamente dicha información junto a un cabo, ambos arrastrándose con una dotación de minado en la tierra de nadie, de madrugada, escuchando cualquier ruido delator y plantando las minas que sirvieron de freno mortal a los atacantes a las pocas horas.

    El enemigo inició a las seis horas y cuarenta y cinco minutos una intensa preparación artillera con 800 bocas de fuego sobre el sector al mando del coronel Manuel Sagrado del Regimiento 262.º, por lo que el capitán Ruiz de Huidobro se trasladó al observatorio de su compañía en el que situó una reserva móvil de diez antitanquistas y luego recorrió la posición alentando a sus soldados, recomendándoles que permaneciesen tendidos en el fondo de las trincheras mientras durase el fuego artillero y a la espera de nueva orden. Se dirigió acto seguido al observatorio de antitanques, y al descubrir la presencia de fuertes contingentes enemigos en el citado bosque estableció allí su puesto de mando, instalando el equipo de radio para comunicar con el jefe del batallón.

    Al comprobar que el numeroso enemigo iba extendiéndose y avanzando entre los árboles comunicó por radio el siguiente parte: “El enemigo ataca en grandes masas. Barrera de artillería delante de la posición y sobre el bosque”. Este primer ataque fue rechazado brillantemente con nutrido fuego de fusilería y armas automáticas. Un nuevo ataque, ejecutado con mayor intensidad, fue rechazado de igual modo; pero en el tercer asalto, apoyado por lanzallamas, consiguió el enemigo rebasar la linde del bosque, sin que por ello decayese ni un instante el elevado espíritu del capitán Ruiz de Huidobro que transmitió otro mensaje similar al anterior al jefe del batallón.

    Salió del observatorio y con extraordinaria serenidad recorrió sus puestos, animado a la tropa con su ejemplo, arengándola enérgicamente y reunió en torno suyo a algunos soldados de una compañía contigua que había sido arrollada en parte por el fuerte ataque del enemigo que ya avanzaba por el flanco derecho de la posición. Dedicó los siguientes esfuerzos a organizar defensivamente el frente, y dando ejemplo se situó encima de la trinchera a pesar del intensísimo fuego enemigo para dirigir el despliegue necesario. Los soldados le pedían que no se expusiera, pero él seguía firme animando a los suyos en lo alto del terraplén con frases como “¡Esto no es nada!”, “¡Que no pasen! ¡Somos españoles!”, y el consabido mensaje radiado al jefe del Batallón: ““El enemigo ataca en grandes masas. Barrera de artillería delante de la posición”.

    De esta guisa heroica continuó largo tiempo con evidente desprecio de su vida, hasta que los tenientes Duque y Bórquez le hicieron descender. Junto a sus hombres en la trinchera dirigió la admirable defensa que contenía aquella masa atacante, aunque cada vez con mayor dificultad y menos efectivos y municiones. El enemigo acabó por desbordar también el flanco izquierdo de las escasas fuerzas del capitán Ruiz de Huidobro, que se multiplicaba en atención a las incidencias del combate y a la lucha cuerpo a cuerpo que ya se sostenía.

    Ante la inmensa superioridad numérica y material del enemigo, con más del setenta y cinco por ciento de bajas propias y atacado por tres frentes, enardeciendo con su decidido arrojo a los pocos hombres que le quedaban, se lanzó contra el enemigo recibiendo un tiro en el cuello que le causó la muerte.

Manuel Ruiz de Huidobro y Alzurena nació en la palentina localidad de Santa María de Mave el año 1910. Ingresó en el Cuerpo de ingenieros como soldado en febrero de 1932, licenciándose con el empleo de sargento de complemento en el Regimiento de Zapadores Minadores n.º 1.

    Durante la Guerra Civil de 1936-1939 obtuvo la Medalla Militar Individual por los siguientes méritos: “En el Alto del León, al que marchó voluntario, se distinguió y muy especialmente por su comportamiento al rechazar un contraataque que el enemigo efectuó sobre los Altos de Cartagena en la madrugada del 19 de octubre [de 1936] luchando con singular bravura y animando a la fuerza a sus órdenes, lo que contribuyó en buena parte a sembrar el desconcierto entre los contrarios, a los que puso en franca huida después de haberles ocasionado muchas bajas, entre las que se encontraba el cabecilla marxista Carlos, que mandaba a los asaltantes”.

    Terminada la contienda se le concedió la Medalla de la Campaña, una Cruz roja del Mérito Militar, una Cruz de Guerra y la Medalla de Sufrimientos por la Patria, y el ascenso al empleo de capitán provisional.

    En abril de 1942 causó alta en la División Española de Voluntarios, siendo destinado al Regimiento n.º 262 y ascendiendo en ese mismo mes a capitán. En 1943 fue recompensado con la Cruz de Hierro de 2.ª clase del ejército alemán.

Artículos complementarios

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    Combates en la cabeza de puente del río Voljov

    La Compañía de Esquiadores

    Posición Intermedia

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