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La Guardia Civil muere pero no se rinde. Santuario de la Virgen de la Cabeza. Santiago Cortés

El Cerro de los Héroes

18-8-1936  a  1-5-1937



Santiago Cortés González, capitán de la Guardia Civil, fue el artífice y símbolo máximo entre muchos héroes de la Benemérita, paisanos y militares de la defensa del Santuario de la Virgen de la Cabeza, entre el 18 de agosto de 1936 y el 1 de mayo de 1937.



Santiago Cortés González

A su cargo, aproximadamente, 1.200 personas; de las cuales únicamente 320 combatientes y el resto, 880, mujeres, niños, ancianos y 6 sacerdotes. Hasta el 13 de abril de 1937 la fuerza defensora de situaba en el Destacamento de Lugar Nuevo, a orillas del río Jándula y, mayoritariamente, en el Campamento del Santuario de la Virgen de la Cabeza, sito en el cerro del Cabezo. El asedio con fuego constante dio inicio el 15 de septiembre de 1936.
Con ruda serenidad, en los prolegómenos del sitio, la determinación del capitán Cortés exhortó a los presentes (personal apto para el combate, la mayoría con sus familias) para saber de su decisión última.

“Yo no quiero que nadie permanezca en el campamento contra su voluntad. El que desee marcharse, que se vaya con su familia. Aquí nos espera una brega dura y difícil a cuantos permanezcamos defendiendo el honor del uniforme que vestimos y del Instituto al que pertenecemos. Piensen ustedes, que las primeras balas suenan muy mal y que hacen en el cuerpo unos boquetes muy grandes, difíciles de tapar. Pero el deber hay que cumplirlo a rajatabla sea como sea. Yo estoy dispuesto a morir aquí antes que convivir con la canalla roja. El que quiera seguirme que pase a este lado.”
El honor es la divisa de la Guardia Civil; el deber su cometido.
Casi todos, hasta sumar la cifra indicada, hicieron causa común en la defensa de aquel reducto elevado, desprotegido, insuficiente para alojar a los allí voluntariamente incorporados.
* * *

La Guardia Civil muere pero no se rinde“. Palabras que el capitán Cortés mandó escribir en los arcos de entrada del cementerio que tuvo que improvisar en el cerro del Santuario.

A este cementerio dedicó Cortés una atención muy especial. Tenía 30 por 20 metros, situado en la explanada al este de la Casa de Arjona, al que rodeó de un cerco de piedras con plantas y flores; todo lo cual quedaría destruido al final del sitio. En su mensaje del 1 de marzo pedía el capitán, “para arreglar Cementerio”, dos latas de esmalte rojo, una de esmalte amarillo (los colores nacionales), otra de esmalte blanco (para los soportes), seis sobre de purpurina dorada, brochas y otros útiles.
* * *

Las siguientes palabras fueron pronunciadas por el Teniente General Alonso Vega, Director General de la Guardia Civil y Coronel Honorario del Cuerpo, ante los féretros de los laureados Capitanes Santiago Cortés y Carlos Haya, al llegar sus restos al Santuario de la Virgen de la Cabeza, el 16 de abril de 1945:

“La defensa del Santuario de la Cabeza fue epopeya gigantesca y gloriosa que tuvo a su frente un héroe de leyenda: el Capitán Cortés.”

Santiago Cortés González


El 19 de febrero de 1942 fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando Colectiva a todos los defensores y supervivientes del Santuario de la Virgen de la Cabeza, que sufrieron el sitio desde agosto de 1936 a mayo de 1937; los fallecidos a título póstumo.
En esta misma fecha, le fue concedida al capitán Santiago Cortés González la Cruz Laureada de San Fernando a título póstumo.

Capitán de la Guardia Civil Santiago Cortés González en el Santuario de la Virgen de la Cabeza (recreación artística).

Las imágenes de este artículo pertenecen a la Guardia Civil, al Servicio Histórico Militar (ICHM) y a la familia de Santiago Cortés González.
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Correspondencia durante el asedio

15-9-1936. El capitán Santiago Cortés González redactó un comunicado para que cuando procediera llegara al general Queipo de Llano, en el que, entre otras cosas, se decía: “La grave responsabilidad de mando que sobre mí pesa desde el día de ayer [14] ha sido acogida como única solución y no por afán de mando, como lo demostraré en su día, cuando al terminar esta situación se haga una valoración de conductas y liquidación de hechos.”

El 9 de octubre una avioneta pilotada por el señor Rojas y protegida por tres cazas Fiat avista el Campamento organizado en el Santuario de la Virgen de la Cabeza. Este es el informe oficial: “Se observó mucha gente en el Santuario, donde extendieron en el suelo una gran bandera nacional, un painel con la palabra AUXILIO; se les lanzó una clave de paineles para que hicieran peticiones concretas de las necesidades que tuviesen, y su contestación fue ALIMENTOS…; al principio del vuelo no salía gente del Santuario, pero al cabo de un rato de estar volando, más confiados los sitiados, salieron en gran cantidad; sin duda, esto es debido a que con anterioridad han debido ser bombardeados por los aviones rojos…”

15-10-1936. La fe religiosa era el mejor factor para sostenerlas difíciles esperanzas y la necesaria moral. Escribe Santiago Cortés: “Con lágrimas en los ojos los congregué a todos [los acogidos al Santuario, para leer públicamente una carta del general Queipo de Llano] ante la imagen de nuestra Virgen bendita de la Cabeza, con la compartimos nuestras penas y amarguras.” La lectura concluyó con una Salve cantada.

Reproducción fidedigna de la imagen original de la Virgen de la Cabeza.


22-10-1936. Petición del capitán Cortés: “Preciso ropa de abrigo, sobre todo para mujeres y niños, así como mantas para fuerzas servicio.”

25-10-1936. Mensaje al general Queipo de Llano del capitán Cortés: “Por lo que respecta al espíritu de la tropa me cabe el orgullo de comunicarle [al general Queipo de Llano] responden todos como un solo hombre desde que me hice cargo mando posición y están dispuestos a sucumbir a mi lado, si preciso fuera.” En otro mensaje solicita ametralladoras, sacos terreros, alambre espinoso, útiles para el empleo de la dinamita que tenía, una emisora de radio y material sanitario.

31-10-1936. Noticias relativas a los días anteriores en mensaje de esta fecha emitido por el capitán Cortés: “Día 23: Transcurre el día con calma, presentándose dos guardias de Asalto de los que prestan servicio en las filas rojas, solicitando autorización para incorporársenos un número de 20.” “Día 24: A las 9 horas se presenta nuestra aviación que nuevamente nos aprovisiona para cuatro días; a las 15 horas aparece la aviación roja que bombardéale Sector Sur del Campamento y destacamento de Lugar Nuevo.” “Día 25: A las 9 horas suelta de dos palomas, que por Radio Sevilla senos confirma la llegada; a las 11, nuevo bombardeo de los rojos; en la tarde de este día, fuerzas de Lugar Nuevo efectúan salida apoderándose de 170 cabezas de ganado.” “Día 26 y 27: Sin otra novedad que los bombardeos rojos en la mañana y tarde de ambos días.” “Día 28: Sin novedad.” “Día 29: Aparecen los aviones rojos bombardeando este Campamento.” “Día 30: A las 7 y a las 10 y a las 15 vuelven los aparatos rojos, que bombardean este Campamento y Lugar Nuevo.”

31-10-1936. En la noche del 30 y en las primeras horas del 31 de octubre, se habían observado un notable aumento de personal en el campo enemigo, como el capitán Cortés indicaba por nota marginal en el mensaje a que nos venimos refiriendo, y que, por no haber querido emprender el vuelo la paloma portadora, pudo ser ampliado a la noche siguiente, diciendo: “Nos sorprendió que 4 piezas emplazadas durante la noche sobre caseta peones camineros que figura croquis, rompieran fuego granadas rompedoras sobre Santuario, combinado con bombardeo de aviación, fuego ametralladora y fusilería durante todo el día, habiendo arrojado durante el ataque 245 bombas gran potencia y 306 granadas, causando grandes desperfectos en el edificio y abrigos, y solamente bajas un Alférez, dos Sargentos, cuatro Guardias, un paisano y cinco mujeres… Hemos consumido 8.000 cartuchos, siendo imprescindible envío material de guerra pedido, así como presencia Aviación por si con su ayuda pudiera aprovechar momento oportuno e intentar apoderarme piezas, así como elevar moral del personal. También mató aviación 20 reses ganado vacuno.”

2-11-1936. Tras los ataques de la jornada precedente y la en curso, cuenta el capitán Cortés: “El personal respondió bien, a pesar de la dureza de la jornada.”

17-11-1936. En relación con el acoso del fuego enemigo, expone el capitán Cortés: “No ha pasado un solo día [desde el 31 de octubre] sin que hayamos sufrido intenso fuego de artillería, aviación, ametralladoras y fusilería, que no sólo ha derruido parte del edificio del Santuario sino resto de edificaciones, que tuvimos que abandonar como vivienda, teniendo al personal en los pasillos del cuerpo central del edificio, sin posibilidad descanso por falta material espacio. Los abrigos de piedra para servicios sufrieron destrozos de importancia que no ha sido posible remediar por falta sacos terreros que tengo interesados… por haber matado aviación 60 cabezas vacuno y haberse consumido existencias y no haber posibilidad de efectuar nueva salida para poder subsistir. Precisamos suministro, teniendo en cuenta se pierde más del 50 por ciento [de los volcados desde los aviones] por la naturaleza del terreno. Del envío del día 13 sólo pudimos recuperar una ametralladora destrozada, ninguna munición útil, 6 litros de gasolina, algunos medicamentos, jamón y cuatro latas pequeñas de manteca de vaca. Por lo tanto me permito insistir en la necesidad envío material guerra interesado y que arrojen los víveres en la placeta. El número total bajas muertos y heridos desde el día 1 [de noviembre] hasta la fecha es de 21, sin tener lugar donde tenerlos aislados.”

17-11-1936. El capitán Cortés sugiere la utilización del pequeño aeródromo de Lugar Nuevo: “Contestando instrucciones debo participarle que el aterrizaje se puede realizar en perfectas condiciones; que el enemigo está situado a dos kilómetros del campo sin que se pueda temer agresión por estar sin artillería emplazada en sector no visible, y que el jefe destacamento Lugar Nuevo queda enterado hora aterrizaje y peso máximo correspondiente.”


17-11-1936. Señala el capitán Cortés la destrucción de parte del edificio principal, el Santuario, y del resto de las viviendas, las casas de las cofradías, que han de ser definitivamente abandonadas, con tremendas consecuencias para los sitiados: “El abastecimiento de agua, la molturación del trigo, la fabricación del pan hay que realizarlas de noche, hacinándose las personas en los pasillos del cuerpo central del Santuario “sin posibilidad de descansa por falta material de espacio.”

19-11-1936. Dando cuenta del ataque sufrido este día, relata el capitán Cortés: “Se inicia el fuego de la fusilería enemiga por el sector O., por el que los días 1 y 5 intentaron acercarse.” “El número de bombas de aviación alcanza la cifra de 200, el de proyectiles de artillería 273, siendo extraordinario el número de disparos de fúsil hechos; no así los nuestros, que solamente han consumido sobre 4.000 cartuchos, o sea, aproximadamente la mitad que en los ataques del 1 y 5, a pesar de la mayor dureza de éste.”

22-11-1936. Especificaciones del capitán Cortés sobre nuevos emplazamientos artilleros: “Desde el día 9 del actual tenemos frente a nosotros una batería de 10,5 [además de las ya existentes] y siete aparatos que no hacen otra cosa que bombardearnos. Todo el personal lo tengo refugiado en los pasillos centrales del edificio desde el día 9, que la artillería abrió brechas en la Ermita y hubo que desalojarla, pues las restantes edificaciones habían sido destrozadas con anterioridad por la Aviación, después de llevar recibidas más de 3.000 bombas y 2.000 cañonazos.”

22-11-1936. Mensaje dirigido al jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, teniente coronel Emiliano López Montijano. Se queja el capitán Cortés de que “después de llevar recibidos más de tres mil bombas y dos mil cañonazos” no se acuda “con medios de defensa que contrarresten la acción del enemigo ni con víveres para poder vivir”. Dice estar dispuesto “a morir, si no hay otro remedio”, pero que no quiere sacrificar a 1.500 personas que de él dependen. Por ello excita al teniente coronel para que “recurriendo a cuanto sea preciso” vea la forma de influir en el Alto Mando para que envíe el indispensable socorro. Comprende que aquél tendrá sus razones, que no discute ni censura, mas lo cierto es que de continuar la situación “el final será inmediato.”

22-11-1936. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “Precisa que por humanidad, por compañerismo, por patriotismo, pues a algo nos ha de dar derecho nuestro gesto, venga nuestra Aviación y nos atienda, siquiera sea en lo más esencial, que es la comida.” De lo contrario sucumbirán todos; “a lo que estoy dispuesto antes de rendirme.”

22-11-1936. Mensaje del capitán Cortés al coronel jefe de 18 Tercio de la Guardia Civil, con cabecera en Córdoba. Puntualiza en él los efectos del fuego de aviones y piezas, sembrador de terror en mujeres y niños, “que llevan tres meses sin comer, sin beber y, lo que es más grave, con el desaliento de no ver el final de esta situación.” El hambre, a su vez, “va a conseguir lo que no han conseguido tan poderosos medios como tenemos enfrente.” Sólo confían en la protección de la Virgen y piden comida y que se organicen rápidamente las Columnas de socorro, “pues dado el estado de agotamiento físico y moral a que han llegado, dicha fecha [la de liberación] no puede hacerse esperar.”

30-11-1936. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “La situación del Campamento sigue siendo angustiosa en extremo, no sólo por la acción constante del enemigo, sino por lo que es más grave e insostenible, por la falta de vivienda donde guarnecer a tanta mujer y niños como aquí tenemos, que ni de espacio para descansar disponen, así como los heridos, que los tengo hacinados en las escasas habitaciones que nos quedan.”

1-12-1936. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano dando cuenta del suministro recibido el día 29 de noviembre: “Al volar en la tarde de ayer aviación sobre este Campamento y arrojarnos los elementos de vida que nos trajo, dada la apuradísima situación en que estábamos, el optimismo empieza a renacer. Pero es el caso que el pan, por el que lloran tantos niños hace ya quince días no ha llegado, y de ahí la súplica de que se nos traiga en seguida y verme libre de la pesadilla que para mí representa el lastimoso cuadro que presenta el Campamento, sin aplacar el hambre atrasada. Asimismo convendría dijese algo en sus charlas que levantase el espíritu de cuantos aquí se encuentran, aunque para ello sea preciso salir del anónimo que le rogué guardase. La actuación de la Aviación el día de ayer nos llenó de entusiasmo, pues batió objetivos señalados en el Sector Norte con gran precisión. La situación del Campamento sigue siendo angustiosa en extremo, no sólo por la acción constante del enemigo sino por lo que es más grave e insostenible: por la falta de vivienda donde guarecer a tanta mujer y niños, así como los heridos, que los tengo hacinados.”

5-12-1936. Del diario del capitán Cortés: “A las 14 horas, un avión rojo vuela sin más finalidad que hacernos correr en busca de los refugios por encontrarnos recogiendo madroños que como alimento no deja de ser una ayuda para completar la escasa ración a que estamos sometidos; arrojó seis bombas sobre el Sector Sur, marchándose seguidamente.”

6-12-1936. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano: “Con la esperanza de que seguidamente volverían a traer suministros, he dejado transcurrir estos días convenciendo al personal de que lo harían pronto, juntamente con los abrigos que tan precisos son, pero en vista de que se pasan los días sin que llegue formulo el presente mensaje con la súplica de que se nos traiga seguidamente. Así, pues, me permito suplicar nuevamente no sólo el envío de pan a razón de 750 kilogramos diarios sino también víveres en abundancia para que tengamos un pequeño remanente que calme la angustia de tantos padres, y si llega el caso de que alguien pretenda incorporársenos, como ocurre con los de Asalto y demás que vengan, no tengamos que, por instinto, cerrarles las puertas.”


6-12-1936. Resumen que el capitán Cortés hace de las penalidades de noviembre con elocuentes palabras: “Un mes de verdadera angustia moral y material, tanto por la furia desarrollada por nuestros enemigos como por la escasez de alimentos, al extremo de no tener que comer en los últimos días más que madroños recogidos entre tiros.”

6-12-1936. Explica el capitán Cortés con relación a la segunda quincena de septiembre: “En días sucesivos lanzaron proclamas aconsejando asesinasen a los Mandos, y conminando con que, de no hacerlo, reducirían a cenizas los edificios, a pesar de encontrarse en ellos seres indefensos, recurriendo a ardides tan indignos como los que siguen, en vista de que las proclamas ni los bombardeos conseguían la rendición; mandar la hija de un cabo, que fue raptada juntamente con su madre, dejando a ésta en rehenes para solicitar del padre se marchase, bajo amenaza de represalia; mandar como parlamentarios guardias traídos del frente de Montoro, donde prestaban sus servicios, para que de paso exigiesen de sus familiares aquí refugiados la rendición, bajo amenaza de vengarse en los demás compañeros que quedaban en rehenes; mandar tres primos hermanos míos [del capitán Cortés] con la noticia de haber asesinado los tres familiares más allegados que había en pueblo de mi naturaleza, por los lazos que a ellos me unían, con la amenaza de que caso de no conseguir la rendición correrían análoga suerte, al igual que demás familias, cuyos paraderos ignoraban, y encomendaron de averiguarlo a los agentes de policía, ofreciéndome, en cambio, la salida para el extranjero en un avión si accedía a sus deseos.
“Con igual pretensión me enviaron al médico de cabecera y a la mujer que me dio el pecho, sin que ni unos ni otros pasasen por la entrada del Campamento, desde donde se les hizo retroceder.
“También hicieron venir a la anciana madre del teniente don Manuel Rueda, la cual era portadora de una carta para su hijo con encargo, por parte de los dirigentes y autores de la misma de que la entregase en secreto. Dicho oficial, cogiéndola en presencia mía la rompió sin leerla diciendo, ante el anuncio de que le pedían la rendición, no tenía nada que rendir ni más familia que la que hay dentro del Campamento, invitándola a que se quedase con nosotros si quería, cosa que no aceptó por haber dejado otros hijos en rehenes. Después quiso llevarse al nieto, a lo que se opuso el padre prefiriendo corriese su misma suerte.”

9-12-1936: Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “Vea, por tanto, V.E. en esta demanda [pan y alimentos en general], no la petición sistemática del que tiene y pide más, sino la súplica humilde de un Mando que se ve acosado por una necesidad dramática que no puede saciar.”

16-12-1936. Mensaje de agradecimiento del capitán Cortés: “Muy satisfechos por el envío de semillas. ¡Pero es tan poco el pan! Ayer tocamos a 100 y pico de gramos y hoy a la mitad, por lo que suplico vean la forma de que no nos falte. La llegada de los víveres ha hecho desaparecer la angustia de los días pasados.”

23-12-1936. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “Amparados por esta Virgen bendita”, le envía la más sincera felicitación navideña, rogándole la haga extensiva al Ejército a sus órdenes, “cuyas luminarias de la victoria” sienten todos próximas.

23-12-1936. Mensaje del capitán Cortés comunicando la situación angustiosa en el Santuario: “No tenemos nada absolutamente que comer”, suplicando el envío de lo indispensable en víveres, en ropa de abrigo y gasolina para poner en funcionamiento el receptor de radio.”

24-12-1936. Mensaje de felicitación del capitán Cortés al generalísimo Franco, haciéndole presente las constantes súplicas que todos hacen a la Virgen bendita que los cobija, “para que le ilumine”, recordando la situación en que se encuentran tantas mujeres y niños, “a los que en un triste día me vi en la necesidad de arrastrar por este derrotero, pensando sólo en el bien de España.”

25-12-1936. En el Campamento se escucha por radio la ocupación de Bujalance y el aniquilamiento del llamado Batallón Fantasma, de Jaén, uno de los que participaron en los ataques al Santuario del mes de noviembre. Del diario del capitán Cortés: “Como el General [Queipo de Llano] dice que le corre prisa el avance y sabemos que su objetivo principal somos nosotros, llenos de gratitud interpretamos sus palabras de consuelo sin que las grandes necesidades que sentimos nos agobien esta noche con tanta fuerza.”

25-12-1936. Del diario del capitán Cortés: “Llegará el día en que España también sepa que tiene aquí unos hijos, que, aunque no lleguen a compararse en heroísmo con los del Alcázar, anidan en sus pechos los más nobles sentimientos patrios y están pasando por toda clase de sacrificios y privaciones antes que mancillar su nombre ni el prestigioso uniforme que vestimos.”

26, 27 y 28-12-1936. Del diario del capitán Cortés: “Días de angustia en los que la falta de lo más necesario para la vida está en lucha con la ilusión de vivir que nos ofrece el cuadro lleno de esperanzas que presenciamos; no cesa de sonar el cañoneo de los nuestros en el fondo del llano. En cambio, en nuestros alrededores todo es silencio; pero un silencio frío, de muerte, que sólo se altera por el llorar de los chiquillos que, desesperados, esperan la llegada de los grupos que mañana y tarde salen en busca de alimentos para ellos, de lo que la sierra da: unos madroños, que saben como el mejor de los manjares a estos niños.”

28-12-1936: Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano: “Muy urgente. No tenemos absolutamente nada que comer”, agregando que las gentes son ya “verdaderos cadáveres”, que sólo se mueven a impulsos de un fuerte espíritu y al “optimismo de oír operar nuestro Ejército tan cerca.” El Campamento tiene un terrible matiz “de tristeza y angustia”, pudiendo temerse “un fatal desenlace de no acudir rápidamente con los alimentos necesarios.” “El estado de ánimo del personal, dado el grado de agotamiento físico a que ha llegado, tan pronto se deja ganar por el pesimismo como reacciona sacando fuerzas de flaqueza al menor estímulo.”

30-12-1936. Mensaje de agradecimiento del capitán Cortés: “Al volar la tarde de ayer Aviación sobre este Campamento y arrojarnos los elementos de vida que nos trajo, dada la apuradísima situación en que estábamos, el optimismo empieza a renacer, al encontrarnos los medios para poder resistir unas horas en esta odisea cada vez más penosa.”

A finales de diciembre de 1936, el capitán de Aviación Carlos Haya, idea una fórmula para el suministro al Santuario, que se ha ofrecido voluntariamente para llevarla a la práctica. Este es parte del escrito conservado en el Servicio Histórico Militar: “El honor de nuestra Aviación está por completo empeñado, no solamente para impedir que se rindan, sino para evitar que pasen hambre y privaciones. Existe una solución muy sencilla: dedicar un avión rápido a este único cometido; rápido para que pueda actuar sin necesidad de protección; único cometido: impedir que pasen privaciones. Podría hacer sus servicios en la forma que estimara más conveniente para despistar al enemigo: un día varias veces, otro ninguna, entrando siempre en direcciones distintas. Para el Mando sería lo mismo que suponer que ese avión se había perdido; dejaría de tener la preocupación de los abastecimientos del Santuario y esa brava gente podría esperar en condiciones relativamente buenas el momento en que las Columnas los rescataran.” Ahí está perfilado el futuro ‘panadero’, como los defensores del Santuario llamarán cariñosamente al aparato pilotado por el heroico capitán Haya, cuando se le confió la misión por él mismo propugnada.
Don Carlos Haya era capitán de Intendencia y pertenecía al Servicio de Aviación Militar. De los 157 servicios aéreos verificados para auxiliar a los sitiados en el Santuario de la Virgen de la Cabeza, dirigió personalmente 70. Alcanzó por estos hechos la Cruz Laureada de San Fernando.


En la orden de concesión de la Laureada al capitán Haya se dice:
“Auxilio a las fuerzas cercadas en el Santuario de Santa María de la Cabeza, con extraordinario desprecio de su vida, volando sin protección alguna de caza, y contribuyendo en alto grado a mantener el espíritu de los sitiados.
“Para efectuar todos estos servicios tenía que atravesar 78 kilómetros de zona enemiga, acometido constantemente por la caza roja, a la que en cierta ocasión derribó un avión, haciendo huir al resto. De todos estos servicios regresaba muchas veces el aparato con impactos, que en una ocasión llegaron a 37 y que en otra produjeron en el costado contrario a la puerta de la cabina un boquete de extensión de 50 centímetros cuadrados. Su serenidad y arrojo y el desprecio heroico que hacia de su vida remediaron la escasez de medios, consiguiendo elevar hasta el máximo la eficacia de sus bombardeos.”

1-1-1937. Del diario del capitán Cortés: “En el Santuario, al iniciarse el día 1 se recibe el año con cuatro vivas: ¡Viva la Virgen de la Cabeza! ¡Viva España! ¡Viva Franco! ¡Viva Queipo de Llano!”

1-1-1937. Del diario del capitán Cortés: “Con la despensa mejor surtida que lo ha estado en todo el tiempo que llevamos de asedio y puesto que la fatiga de la guerra, de unos días a esta parte ha pasado a segundo lugar, todos nos encontramos satisfechos y animosos.”

6-1-1937. Del diario del capitán Cortés: “Tengo miedo de quedarnos absolutamente sin nada, pues hasta las madroñeras, con las recientes heladas, han perdido el fruto.”
El general Queipo de Llano explicaría posteriormente que “la extraordinaria cantidad de lluvias que cayó en el invierno 1936-1937 y la niebla persistente, tenaz, imposibilitaba los vuelos y, por tanto, el aprovisionamiento, y produjo sensibles pérdidas a nuestra aviación incipiente.”

15-1-1937: Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “Yo le suplico vea la forma de que este pequeño islote de la España nueva quede unido pronto a esas tierras que gloriosamente van conquistando las fuerzas a sus órdenes. Hay relevo de los guardias de Asalto, así como refuerzo de las avanzadillas rojas y se ha iniciado el hostigamiento contra nosotros con fuego de fusilería. Llevamos ya tres días alimentándonos de cardillos y otras plantas silvestres.”

18-1-1937. Del diario del capitán Cortés: “Mi pluma no acierta a describir la desesperada situación que atravesamos”. Pide con la mayor vehemencia al general Queipo de Llano que vez la forma “de no dejar morir de hambre a mujeres y niños que, exhaustos por la falta de alimentos, no quitan su vista del cielo.”

26-1-1937. Acciones contra Lugar Nuevo, relatadas en sus mensajes por el capitán Cortés: “Abiertas las compuertas del pantano de La Lancha, para incrementar la crecida natural del Jándula [el río Jándula] por las lluvias, los rojos lograron que su nivel subiese por encima del puente para incomunicar el Lugar Nuevo; además, cruzaron fuegos de ametralladoras sobre el camino que hubieran tenido que recorrer los socorros que se hubiesen querido enviar desde el Santuario e iniciaron, a las tres y media de la madrugada, una ‘diversión’ sobre éste con nutrido fuego de fusilería, ametralladoras y granadas de mano, para fijar a sus defensores en los parapetos y comenzar después, a las cuatro y media, el ataque a fondo contra El Lugar Nuevo por todos sus frentes, después de haber batido sus fachadas S. y E. con 125 cañonazos que causaron grandes destrozos en el edificio, visibles a simple vista desde el Santuario. Al caer la tarde y envolver la niebla aquellos lugares cesó el ataque a fondo, continuando tan sólo un nutrido fuego de hostigamiento con fusilería.”


27-1-1937. Del diario del capitán Cortés: “En cuanto a víveres, nuestra situación es difícil en extremo.” Había que luchar “contra el hambre, la fatiga moral de tan larga espera, la falta de alojamiento y abrigo y el gran número de enfermos.”

1-2-1937. Mensaje del capitán Cortés: “Nuestra situación es gravísima. De no traer víveres con toda urgencia pereceremos por inanición.”

2-2-1937. Mensaje del capitán Cortés: “Los defensores del Santuario más que hombres son esqueletos los pocos que aún se mantienen de pie; dos terceras partes no pueden moverse y siguen en los parapetos porque no hay otro alojamiento.”

3-2-1937. Mensaje del teniente Ruano, jefe de la posición de Lugar Nuevo: “La situación defensiva de esta posición es muy deficiente, debido a los daños causados en el edificio por la aviación y artillería enemigas y el temporal de lluvias, pero la conservaremos mientras exista el aliento de un solo hombre.”

5-2-1937. Mensaje del teniente Francisco Ruano Beltrán, Jefe del Destacamento de Lugar Nuevo, al general Queipo de Llano: “Al dirigirme por primera vez a V.E., durante los seis meses de asedio en este Destacamento, por incomunicación con el Campamento del Santuario de la Virgen de la Cabeza desde el 27 del pasado enero, tengo el honor de hacerlo con el ruego de que disponga, con la urgencia que juzgue procedente, el envío de los artículos de primera necesidad que estime convenientes para atender a la alimentación de las trescientas dieciséis personas, en su mayoría mujeres y niños, que a la custodia de los bravos guardias y paisanos que, bajo mi mando, defienden este Lugar desde el 11 de agosto del año anterior, se encuentran en espera de su libración, por carecer de toda clase de víveres desde el 2 del actual, teniendo, desde hace tiempo, alimentación vegetal que no es factible continuar por el exceso de intoxicaciones que a diario se vienen produciendo por el desconocimiento de las plantas que rebuscan en estas inmediaciones, sin que los pacientes y cuatro heridos graves, que resultaron en los ataques del 27, puedan ser asistidos por carecer de todo, tanto de alimentación como de medicinas para aquéllos y estos y personal facultativo.
    “Al propio tiempo le suplico el envío de treinta fusiles y municiones para los mismos o del material de guerra que estime pertinente para repeler, con la misma eficacia, los ataques de los rojos a esta posición, que se encuentra en estado ruinoso debido a los daños causados en el edificio por la artillería y aviación enemigas y temporal de lluvias, siendo su situación defensiva muy deficiente, la que conservaremos mientras exista el aliento de un solo individuo por Gloria de España y de su Ejército salvador.
    “Para conocimiento del recibo de este mensaje, ruego que a la terminación de su charla diaria por radio se dé la contraseña siguiente: ‘Gloria a los caídos’.
    “Dios guarde a V.E. muchos años.”

5-2-1937. Mensaje del general Aranda al capitán Cortés: “A los heroicos defensores de Nuestra Señora de la Cabeza, orgullo de su Patria y admiración de todos, envía emocionado un cariñoso saludo este soldado español que ha querido adivinaros desde el aire en su primera salida de Asturias, para abrazaros estrechamente y gritar juntos con toda el alma ¡Viva España!”

8-2-1937. Mensaje esperanzado del capitán Cortés por las noticias recibidas: “Quiero, antes de que llegue la hora de dejar el Cerro, adecentar en lo posible la estancia de nuestros muertos, sin perjuicio de que en su día se haga algo eternamente duradero que permita la memoria de los que, llenos de gloria, sucumbieron.”

13-2-1937. El capitán Carlos Haya ha batallado tenazmente con el Alto Mando y ha conseguido el milagro de que se destine un avión en misión exclusiva de abastecer el Santuario y Lugar Nuevo. Mensaje de gratitud del capitán Cortés: “Nuestra situación ha cambiado notablemente después del día en que empezó el suministro diario del aparato que tenemos designado”, agradecerá el capitán Cortés.

15-2-1937. Del diario del capitán Cortés, mencionando los vuelos del capitán Haya: “A las 14 horas viene el simpático aparato que de tan magistral manera desempeña la misión de suministrarnos; hasta los rojos deben admirar la maestría de sus vuelos en estos picachos, donde, utilizando el valor de los accidentes, los sortea para descargar, quedando fuera de la acción antiaérea mientras tanto.”

Mensaje de respuesta del capitán Cortés a las fuerzas de Seguridad y Asalto que defendieron el Alcázar de Toledo.


21-2-1937. Mensaje del capitán Cortés agradeciendo el alivio de las penurias en mujeres y niños con los suministros últimos: “Otra de las cosas que también nos ha aliviado mucho ha sido el envío de ropa último, que ha sido el más completo de cuantos llevan realizados; y sobre todo en las mujeres ha producido un gran bien, ya que la falta de jabón y hacinamiento referido las tenía en deplorabilísimo estado, por no disponer nada más que de unos andrajos negruzcos y malolientes que habían llegado hasta a empequeñecer el sentimiento de pudor tan arraigado en ellas, ante la imposibilidad de cubrir con ellos sus maltrechos cuerpos. Pero desde que se efectuó el reparto, he visto a las afortunadas en el sorteo que, después de puestos sus trapitos limpios y con el estómago repleto, recobran el aire de los buenos tiempos de paz pasados, de los que sólo nos queda el recuerdo.”


23-2-1937: Mensaje describiendo el ambiente general en el Campamento: “Son tantos los días que llevamos esperando y tan heterogéneo el personal, que sólo a costa de una firme decisión de mando es posible mantener la autoridad que logré imponer desde el primer momento y contener la gran lucha de pasiones e insidias que surgen a cada paso por los más fútiles motivos, y que tienen su origen en la neurastenia que ha engendrado tan larga permanencia lejos de la vida normal.”

1-3-1937 Heliograma del capitán Cortés con peticiones: “[Para arreglar el Cementerio] Dos latas de esmalte rojo, una de esmalte amarillo, otra de esmalte blanco, seis sobres de purpurina dorada, brochas y otros útiles. Además, un retrato del generalísimo Franco y el envío de gasolina para poder escuchar la radio y combatir la guerra de nervios que los rojos han iniciado con altavoces.”

8-3-1937. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano: “Mi respetado y querido general. Aunque no he recibido por heliógrafo noticias de la llegada de mi mensaje último, que remití a V. E. el 20 del pasado, juntamente con otros dos, contestando al general Aranda y a las clases de Asalto en la defensa del Alcázar, supongo llegaría a su destino, y como el tiempo transcurre sin que a esta situación nuestra se le vea el final, formulo el presente en la confianza de que mañana haga mejor día y pueda soltar las palomas portadoras. Con ellas va la súplica de que no sufra interrupción el suministro, si el tiempo lo permite, ya que acostumbrados a comer desde que el aparato viene diariamente, la disminución de ración impuesta por la falta de estos días se empieza de nuevo a reflejar en los semblantes, como consecuencia natural de la falta de reservas físicas que tenemos y el desgaste que ocasiona la larga temporada con los nervios en tensión, esperando la ansiada fecha de vernos liberados, sin que llegue ese día a pesar de estarlo queriendo tocar diariamente.
    “Este último temporal de lluvia y viento, debido a su continuidad y falta de alojamiento y abrigo, ha producido tan gran número de catarros que, dado el abonado terreno que encuentran en nuestras débiles naturalezas, traerán a la larga fatales consecuencias, al extremo de que el estudiante de Medicina que asiste a los enfermos me ha comunicado la necesidad de que unos cuantos, en los que ha querido ver cavernas pulmonares, fuesen agrupados en un habitación aislada para tratarlos en régimen de alimentación y reposo especial, evitando el contagio en los lugares donde se encuentran; pero como no dispongo de espacio material para ello, porque todo lo que se ha aislado de los efectos de la aviación y artillería rojas está inundado de personal femenino, que no se puede dejar a la intemperie, no me queda más remedio que dejarlos donde están y procurar tratarlos medicinalmente con las pocas inyecciones de calcio que nos llegan útiles, las cuales se vienen aplicando en varios casos de fístula intestinal que se han presentado, entre los que me encuentro yo. Según dictamen facultativo, lo mismo puede ser debido a la irregularidad con que funciona dicho órgano, por el forzado régimen a que está sometido, como por obedecer a un proceso tuberculoso a causa del estado general del organismo.
    “También tenemos varios casos de escorbuto declarado y otros en los que la sintomatología de sangrar las encías, etc., etc., nos hace temer pueda generalizarse, dada la carencia de frutas secas con que combatirlas.
    “Si a todo esto agregamos lo que representa que lleven los hombres siete meses en los parapetos sufriendo las inclemencias del tiempo, durante un invierno completo sin más abrigo y cobijo que una manta, en los que les cupo la suerte que se les diera, con las agresiones de un enemigo sediento de sangre que agazapado en la madriguera espera el menor descuido para clavar sus garras en nuestra carne, se explicará, mi general, la razón del por qué yo, que soy la piedra de choque de todas estas realidades, le suplico una y otra vez la forma de sacarnos de aquí en seguida, aunque comprendo que dichas razones no escapan a su generoso corazón y que cuando no lo ha hecho ya es porque hay otras que afectan al interés general de la Patria, de la cual somos un pequeño islote en este océano de materialismos y pasiones de la zona roja, al que no se puede subordinar la marcha general de un Ejército de operaciones, y de ahí el que, aunque nos duela nuestra carne llenos de patriotismo nos resignaremos a esperar el tiempo que sea preciso en aras de ese interés nacional que debemos sentir todos por encima de todo, si queremos que el triunfo llegue a coronar nuestros afanes.
    “A todos los aviadores en general, que tan admirables pruebas de sacrificio vienen dando, nuestra felicitación más entusiasta. Y a ese gran valor, el capitán Haya, que en cuantos momentos de angustia pasamos lo adivinamos en el aire, viéndolo lleno de desprendimiento acudir en nuestro auxilio, siguiendo las generosas órdenes de V. E., nuestra más sincera gratitud y el vivo deseo de que sus familiares, que según noticias se encontraban en Málaga, gocen de la alegría de verle a su lado, al igual que nosotros soñamos pensando en los nuestros, que también están ausentes si saber qué suerte correrán, aunque en el corazón llevamos prendido nuestro sagrado emblema y en el de todos los españoles se rendirá culto eterno a las grandes voluntades del Ejército, que tan alto están poniendo el nombre de España.
    “La llegada de las insignias en que el busto de V. E. y el del Generalísimo están enmarcados entre los colores rojo y gualda de nuestra Bandera, han dado impresión viva a este sentir, llevándolas prendidas, llenos de orgullo, en nuestros pechos, en los que por carencia de medios nada externo se revelaba.
    “Ahora que las ocupaciones de la guerra nos dejan algún tiempo, respondiendo al deseo que en todos vibra, quiero, antes de que llegue la hora de dejar el Cerro, adecentar en lo posible la estancia de nuestros muertos, sin perjuicio de que en su día se haga algo eternamente duradero que perpetúe la memoria de los que, llenos de gloria, sucumbieron, y a tal fin desearía que en el primer envío me mandaran unas latas de pintura, que al final detallo, para que, aunque de una manera provisional, quede grabado el recuerdo.
    “Desde mi último mensaje sólo hemos tenido un muerto, producida esta baja por bomba de mano enemiga, al rescatar unos bultos caídos fuera del Campamento.
    “Con el cariño, respeto y admiración de todos, va el de s. s. y subordinado que le quiere, Santiago Cortés González.”


20-3-1937. Heliograma del capitán Cortés al capitán de la Guardia Civil Rodríguez de Cueto, en Porcuna: “Estamos sin víveres; aprieta los manden urgentemente; presiento acontecimientos.”

26-3-1937. Heliograma del capitán Cortés agradeciendo suministros: “Los viajes de anoche magníficos, habiendo recibido pan 1.700, jabón 20, chorizo 15, café 10, semillas 95, higos 129, tocino 119, haciendo presente para satisfacción aviador que bomba caída Caseta Peones Camineros sector Norte produjo efectos personal, siendo precisa demolición misma, y Casa Ortiz sector Sureste.”

31-3-1937. Peticiones por heliograma del capitán Cortés suplicando el envío de gasolina pues hace tres meses que no escuchan la radio, y reitera la petición de pinturas y materiales para arreglar el Cementerio, añadiendo la petición de flores rojas y amarillas, las primeras en doble cantidad, y plantas de rosales de esos colores que son los de la Bandera Nacional, que quieren cubran a los héroes que ya reposan en él bajo el lema: “La Guardia Civil muere pero no se rinde”.

2-4-1937. La situación en el Santuario a finales de marzo, y pese a las interrupciones en los suministros y a los sufrimientos ocasionados por los pasados temporales de lluvias, era muy aceptable. Así lo exterioriza el capitán Cortés: “Con el buen tiempo y la comida que no nos falta ahora”, las penosas condiciones de vida mejoraban algo y la moral de las fuerzas era firme. “Estos hombres, que tienen un corazón que no les cabe en el pecho, se han fortalecido espiritualmente a lo largo delos meses, pasando hambre y fatigas.”

4-4-1937. Del diario del capitán Cortés: “Tengo fe en la fuerza y me consta que, por difícil que sea nuestra situación, todos sabrán resistir cuanto las circunstancias exijan.”

13-4-1937. Episodio de la evacuación nocturna de Lugar Nuevo hacia el Santuario. Dice el capitán Cortés de los civiles que llegaban: “A las 5,30 horas de hoy, cuando me disponía a dar sepultura a uno de los heridos del día 8, me sorprendió la llegada a este Campamento de un grupo de la fuerza de Lugar Nuevo, queme comunicaba haber evacuado dicha Posición a las 21 horas de ayer, y que el resto del personal venía detrás al mando del teniente don Francisco Ruano Beltrán, que los traía organizados por grupos sin que, por fortuna, s diera cuenta el enemigo de la salida por el mal tiempo reinante.
    “Terminada la sagrada labor que me ocupaba, ordené que todo el personal de que dispongo ocupase sus puestos, en previsión de cualquier sorpresa que pudiera intentar el enemigo aprovechando los momentos de confusión.
    “A las 7,30 horas llega a nuestros primeros parapetos el Oficial, que me da cuenta de encontrarse entre nosotros la mayoría del personal; mas como quedan algunos rezagados, que por falta de energía no han podido seguir a los demás por la áspera pendiente que han tenido que escalar, sin luna y entre una gran espesura de monte alto, dispongo que dos Oficiales de aquí, apoyados por el Servicio de Seguridad, se destaquen con grupos de fuerza y vayan en busca de los que faltan, ya que la ligera niebla que hay los viene protegiendo en esta marcha de locura a que se han arriesgado y de la que van a salir con vida gracias a la protección de nuestra Virgen.
    “Estas pobres mujeres, decaídas y sin ropa, ya que la mayoría ha quedado entre el monte, prendida, llegaron extenuadas y sin ánimo para nada, y amontonadas van quedando entre los corredores y escaleras de este sagrado recinto, donde con toda solicitud las atienden las de aquí con los escasos medios de que disponen.”
En otro mensaje por heliógrafo concretó: “No hagan suministro a Lugar Nuevo y sí al Santuario. Remito noticias paloma”. Y más: “Como nuestras reservas son escasísimas, por llevar cinco días sin ser suministrados, he dado orden de reducir la ración a 100 gramos de semilla y 50 de grasas para que duren dos días; estableceré servicio en las dos casas que tenía sin ocupar en el frente Norte; la moral del enemigo se elevará grandemente al darse cuenta.”


14-3-1936. Mensaje por heliógrafo del general Queipo de Llano al capitán Cortés: “General Jefe del Ejército del Sur a Jefe de Santa María de la Cabeza. Mi pensamiento está siempre pendiente de esos bravos que a las órdenes de Vd. están escribiendo una de las páginas más brillantes de la Historia del Mundo, y de esas pobres señoras inocentes y niños que entre privaciones y peligros templan sus almas en el amor a la Patria. Me apena que las circunstancias exijan la prolongación de ese martirio, que deben ofrendar a España, pero tengo fe y espero que pronto han de poder respirar con libertad entre nosotros, libres de esa trágica pesadilla. Autorizado por Generalísimo, puede ofrecer que todas clases e individuos de tropa cuya actuación no haya incurrido en desconceptuación, obtendrán, al ser liberados, el ascenso al empleo inmediato. Pero si para organización de esas fuerzas tuviera necesidad de ascender a alguno de sus subordinados, anticipando premio, puede hacerlo, dándome cuentan y de divisas o de galones que necesita, que tendré placer en regalar. Para todos mi saludo emocionado, y para Vd. un abrazo del general Queipo de Llano.”

15, 16, 24 y 26-4-1937. Comunicados del capitán Cortés sobre los emplazamientos de nuevas baterías en torno al Santuario para su bombardeo. “Habiendo situado otro emplazamiento [otra nueva batería].”  “El nuevo atrincheramiento tiene piezas de gran calibre, que son las que más daño están haciendo.” “En la casilla de Ortiz se sitúan nuevas piezas.” “Los morteros ascienden a 30.” “A las 14 horas [del día 24] ve avanzar hacia este Campamento diez tanques blindados.”

16-4-1937. Heliógrafo del capitán Cortés dando cuenta de la acción enemiga: “Continúa enemigo ejerciendo una intensa presión por todos los frentes, aumentando el número de bajas. Piezas de artillería y morteros empezaron a disparar a las cinco horas. La fuerza responde bien, pero es urgentísimo venga Aviación para que personal se vea asistido de ayuda eficaz, por oírla lamentarse en dicho sentido.” “Las fuerzas continúan en sus puestos, teniendo a raya al enemigo”, pero resultaba urgente la intervención de los aviones, aunque fuese haciendo un sacrificio “porque nosotros lo haremos hasta donde sea preciso. Las fuerzas continúan en sus puestos teniendo a raya al enemigo. En cota 500 he visto tres morteros disparando. Sigue aumentando considerablemente número de bajas. ¡Viva España!”

17 y 18-4-1937. Asalto al Santuario, transmitido por heliógrafo al dictado del capitán Cortés: “Por tener los rojos instalado heliógrafo, participo pondré la palabra PATRIA al empezar mis despachos.” “La situación es gravísima si no vienen en nuestro auxilio con urgencia.” “Nos llevan causadas quince bajas más. El personal femenino no cabe de pie dentro del Santuario. Esto es una locura. ¡Viva España!” “Las ametralladoras e infantería aproximan sus posiciones, haciendo derroche de munición.” A las cuatro de la tarde las bajas son ya 35. “La moral de los hombres sigue siendo buena, no así la de las mujeres a las que mantengo con promesas de auxilio inmediato.” “Esto se pone muy feo.” “El enemigo sigue apretando los emplazamientos de artillería y no han variado morteros. Intensificando acción demoledora edificios y atrincheramientos.” “A las 21 horas [día 17] pretendieron avanzar con intensísimo fuego de morteros, ametralladoras y fusilería en Sector Norte y Sur, que los nuestros repelieron haciéndoles retroceder a sus posiciones, sacando la impresión que debieron sufrir bastantes bajas, elevándose las nuestras en el día a 37.” “hoy, 18, se observa mayor concentración de personal en Cortijo Encinarejo; las fuerzas sabrán seguir sacrificándose pensando en España, abrigada la ilusión de que esto no puede durar. ¡Viva España Honrada!

18-4-1937. Heliógrafo del capitán Cortés referido a la jornada anterior: “A las 21 horas pretendieron avanzar sobre Santuario, haciendo intensísimo fuego mortero, ametralladoras y fusilería sobre líneas defensa de los Sectores Norte y Sur, avance que los nuestros repelieron briosamente haciéndoles retroceder a sus posiciones.” “No por esto veo en el resultado la confirmación del triunfo de esta situación, pero sí un nuevo compás de espera.” “Parece como si la Virgen bendita, defensora con nosotros de esta santa Causa, nos diera fuerzas.” Falta les hace pues viven entre escombros, con “gran número de bajas sin local ni personal para atenderlas”, carentes de medios de todo orden y con sólo un gran espíritu generadle resistencia que hace decir al capitán Cortés: “Las fuerzas sabrán seguir sacrificándose pensando en España.”

19-4-1937. Heliógrafo del capitán Cortés con peticiones: “Indispensable la ayuda de la Aviación que debe batir el espacio entre el Santuario y la carretera.” “La situación es desesperadísima, llevan causadas hoy más número de bajas que en días anteriores. Cunde la desmoralización de la fuerza.” Palabras no pronunciadas hasta ahora. “Esto es la catástrofe, sin que se cumplan las promesas de auxilio hechas. Urge venga aviación esta tarde o de lo contrario llegará el final. ¡Viva España!”

20-4-1937. Heliógrafo de agradecimiento del capitán Cortés: “Con tres actuaciones diarias de la aviación en la forma realizada hoy resolveríamos la situación.”

20-4-1937. Mensaje del capitán Cortés al generalísimo Franco. “Las gestiones que realiza V. E. con la Cruz Roja Internacional ruego que las suspenda, lo exige la dignidad nacional.”

20-4-1937. El general Queipo de Llano se dirige al capitán Cortés. “Si se presentan parlamentarios con bandera blanca recíbalos con toda clase de precauciones.”

21-4-1937. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano. “Los parlamentarios que pudieran presentarse nos merecen hoy menos garantía que el día que empezó el asedio”. Además, se opone a esta clase de tratos por “el prestigio de la Patria” y “la hecatombe que sobrevendría por el solo hecho de comunicar a la fuerza tal desenlace, después de más de ocho meses de duro asedio sólo pensando en España.” Así, pues, “se seguirá resistiendo como hasta aquí mientras disponga de un solo hombre. ¡Viva España!” La actitud del capitán Cortés es irrevocable.

21-4-1937. Mensaje del general Queipo de Llano al capitán Cortés. “Las gestiones con la Cruz Roja tienen por objeto salvar mujeres, niños y heridos y no encierran el menor desdoro para las fuerzas. Es indispensable salvar mujeres y niños. La Cruz Roja garantizará sus vidas y si se presentan sus mandatarios en el Santuario es indispensable que los defensores no hostilicen a los delegados. Esto no impedirá que luego siga la defensa aunque la inferioridad de medios en los defensores y la falta de interés militar del puesto permita a su Jefe, ala vista de la situación, adoptar la medida más eficaz, autorizándosele para prolongar defensa hasta el último extremo o evacuar el puesto, acogiéndose a la Sierra durante la noche y retirándose sobre nuestras líneas, vendiendo cara la vida. La situación general de los frentes y la exigencia de otras operaciones impiden el socorro. Es necesario cumplimiento telegrama del Generalísimo.”

22-4-1937. Mensaje del capitán Cortés al general Queipo de Llano: “Si nos merecemos algo, ruego a V.E. venga Aviación con toda urgencia dos o tres veces al día, para batir artillería y otros objetivos. Así se resolvería situación presente y podríamos esperar unos días más la llegada Columna de liberación.”

22-4-1937. Mensaje del general Queipo de Llano al capitán Cortés: “Un doctor Martín, delegado de la Cruz Roja en Suiza se presentará ante el Santuario y hablará por altavoces. Las instrucciones del general Franco anuncian la seguridad de salvar a mujeres y niños, pues han sido tomadas todas las disposiciones para que puedan salir.” Durante dos días y mientras abandonasen el Santuario las mujeres y los niños no debía volar la Aviación.

23-4-1937. Mensaje continuación del anterior: El doctor Martín se presentará ese mismo día, viernes, agregándose que “la Cruz Roja Internacional responde de las vidas de las mujeres y de los niños y los traerá a la zona blanca del Generalísimo Franco.”

23-4-1937. Mensaje del generalísimo Franco al capitán Cortés, vía el general Queipo de Llano: Pondera el alto espíritu de Cortés, al que felicita, así como a sus “gloriosas tropas”. Luego puntualiza que hay que salvar “preciosas vidas” evitando “los sufrimientos de los seres débiles e inocentes”, con la posibilidad de salvarles. Así pues, la cooperación de la Cruz Roja significa una oportunidad única de que mujeres y niños marchen a la zona amiga mientras los defensores del Santuario podrán, si pueden, abandonarlo y llegar a las líneas nacionales.

24-4-1937. Mensaje del capitán Cortés en respuesta a los anteriores. Se ha dirigido a los familiares y demás paisano acogidos al Santuario explicando los heliogramas recibidos: “Recibidas instrucciones para evacuación mujeres y niños, comuniqué al Campamento la noticia”. La reacción fue que “se produjo un gran desaliento por tener la firme decisión de correr todos juntos la misma suerte”. Pero al final pudo convencerles, asegurando que “la evacuación se haría si veía garantías de ello.”

25-4-1937. Mensaje del capitán Cortés referido al día anterior, 24: “A las diez de la mañana nadie se ha presentado. A las once rompen el fuego baterías, morteros y ametralladoras”. Ante las bajas sufridas, que alcanzan el 65% de los hombres útiles, y la situación desesperada, Cortés pide “en nombre de 1.200 seres indefensos que aquí tengo, la mayoría huérfanos por servir a la Causa nacional”, el envío de un Columna de socorro “que acabe con la gran tragedia que vivimos.” El personal está sometido a una ración tan escasa “que no podrá soportarla muchos días”.
El día 25, el capitán Cortés decide ser él quien envíe los parlamentarios ya que los delegados de la Cruz Roja, cumpliendo órdenes, se niegan a entrar en el recinto. Las condiciones exigidas por Cortes, a través de sus parlamentarios, serán rechazadas de plano.

25-4-1937. Dice el capitán Cortés que los delegados de la Cruz Roja contestaron “desviándose de la misión humanitaria que invocaban traer, haciéndome proposiciones de rendición, al propio tiempo que denegando a las mujeres y niños marchar a nuestra zona.” A la vista de esto, el capitán Cortés rompe toda negociación, habiendo consultado previamente y de nuevo a las mujeres refugiadas en el Santuario, las cuales le respondieron que “estaban dispuestas a morir al lado de los bravos que las defendían, sufriendo toda clase de privaciones y calamidades.”

27-4-1937. El día 26 se lleva a cabo un feroz ataque. Mueren siete niños, veintitantas mujeres y diecinueve hombres. La artillería desarrolla una acción tan tenaz y mortífera, cuenta el capitán Cortés “que no existe un solo rincón en el Santuario fuera del alcance de la misma. Las escenas que aquí se han desarrollado no son para describir: heridos de días anteriores, muertos en los rincones en que se hallaban; familiares casi desaparecidos, unos por la acción de la metralla, los más sepultados entre escombros; los que se han sacado con vida, sin poder curarse, por haber destruido la metralla la parte destinada a botiquín.” La guerra ha inutilizado los pocos víveres de que se dispone, y las mujeres y los niños van a pasar la noche “en las escasas cuevas que hay entre las piedras”, aguantando la lluvia y el viento de una noche tormentosa y el incesante paqueo. Pero aún así, en esta situación verdaderamente inconcebible, “rehúyen la idea de una rendición”, por lo que el capitán Cortés suplica a la Superioridad que “ya que las circunstancias no permiten atender a objetivos que sin ser militares lo son morales, gestione un canje de prisioneros.” Las palabras finales del capitán Cortés lo explican todo: “Esto más que una odisea es una locura.”
A última hora del día 27 de abril vuela el capitán Haya volcando mil kilos de suministro, con 200 bombas de mano y gasolina. Aún habría de noche un nuevo asalto con tanques y numerosa fuerza a pie, también frustrado por los defensores.
El día 28, el general Queipo de Llano comunica al capitán Cortés que se están llevando a cabo gestiones para el canje de prisioneros, de acuerdo con la anterior petición del Capitán. En efecto, al día siguiente recibirá en Sevilla un telegrama del general Franco donde se señala haber solicitado, a través de la Cruz Roja Internacional, la evacuación de heridos, mujeres y niños. A Cortés, en otro mensaje de Queipo de Llano, fechado el día 30, se le dice que volverán los delegados anteriores “con los que tratará la forma de entrega de señoras y niños, que, bajo tal institución, permanecerán reunidos en punto que acuerden con el Gobierno de Valencia hasta conseguir el canje. La Cruz Roja garantizará incluso la vida de los defensores, si se rendían, quedando en su caso como prisioneros de guerra. El mensaje sigue en estos términos: “Generalísimo, que reconoce heroísmo de esos defensores, que será asombro del mundo entero, no ordena tal rendición aunque sí la autoriza si fuera imposible continuar defensa o marcha para reunirse con nuestro Ejército. Salúdale emocionado, Gonzalo Queipo de Llano.”

29-4-1937. Mensaje del capitán Cortés: “La tarde del 28 es algo que yo no puedo describir. Seguimos firmes en nuestros puestos, porque nuestra fe nos da fuerzas para ello. ¡Viva España!”

30-4-1937. En referencia al ataque del día 28 escribe el capitán Cortés: “A pesar de la gran preparación llevada a cabo, el enemigo puso una vez más de relieve la falta de decisión para subir al cero, habiendo detenido su marcha los carros de asalto en las primeras defensas establecidas. Lo que ha elevado la moral de los defensores, que pudieron comprobar la poca eficacia que tienen.”

30-4-1937. “Carecemos de víveres desde ayer [día 29], así como de algodón, vendas y desinfectantes. Es urgentísimo el envío.”

1-5-1937, 13 horas. Último mensaje del capitán Cortés: “Insostenible. Rápido auxilio Aviación. Lo que traslado para su superior conocimiento. ¡Viva España!”
Ese día 1 de mayo, último de la defensa, a mediodía, una fuerza improvisada e impropia, expulsaba de su reciente conquista al enemigo que se había situado en la entrada posterior del Santuario. La fuerza la mandaba el brigada de la Guardia Civil, Antonio Gila Romero, que resultó muerto, padre de un cabo del mismo Cuerpo, Justo Gila García, también muerto gloriosamente y que tanto valor derrochó en el Santuario, y estaba compuesta por dos guardias y unos cuantos muchachos de doce a catorce años armados algunos con rifles y otros con bombas de mano; se lanzaron al asalto logrando hacer huir al enemigo por la vertiente abajo, causándole numerosas bajas vistas, y capturando material de guerra y sanitario en tanto que anunciaban a voces la llegada de fantásticos refuerzos.
Aún no se atreven los atacantes a poner pie en el destrozado reducto. Paralizan el ataque para reponer bajas y dar entrada a fuerzas de refresco; y a poco de reanudarlo, la metralla de una granada hiere mortalmente en el vientre al capitán Santiago Cortés González. El desconcierto que ello provoca permite a uno de los guardias de Asalto detenidos en el Santuario agitar un paño blanco, y ello da ánimos a las olas de asaltantes para proseguir su avance e inundar materialmente el Cerro, donde ya no había resistencia porque se había aniquilado la última.

Restos del Santuario finalizado el asedio.


Eran las 17,30 horas del 1 de mayo de 1937. La epopeya había terminado, culminando con una apoteosis digna de su desarrollo.

Guerrera del capitán Cortés con la Cruz Laureada de San Fernando prendida.



Guardia Civil superviviente del asedio con sus dos hijos.




Imágenes pertenecientes a la Guardia Civil, al Servicio Histórico Militar (ICHM) y a la familia de Santiago Cortés González.

Enrique Ochoa: Defensa del Santuario.

Imagen de gentedelpueblo.com


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