La reconquista de la Comandancia General de Melilla en 1921
El bautismo de fuego de La Legión
Antecedentes
Una ofensiva de gran estilo contra toda la línea del sector oriental del Protectorado, dependiente de la Comandancia general de Melilla, se produjo a partir del 1 de junio de 1921. El general Fernández Silvestre, Comandante General de Melilla, ordenó ocupar la posición de Abarrán, en el valle del río Amekrán, inmediato al río Nekor en la bahía de Alhucemas.
El cabecilla rifeño Abd el Krim ordenó destruir el puesto avanzado de Abarrán, dando inicio a la campaña bélica de funestas consecuencias para los españoles en su primera fase: la de la ofensiva rifeña. El nombre real de Abd el Krim era Muhammad ’Abd al Karim, hijo de un moro notable de Axdir amigo de España, alumno de la Universidad musulmana de Fez, que hizo carrera en Melilla como cadí y como periodista en calidad de editor de la página musulmana de El telegrama del Rif.
El 17 de julio la cabila de los Beni Urriaguel ataca la posición de Igueriben, en el sector dependiente de Annual, conquistándola pese a la heroica defensa y el desesperado intento de socorro.
Dado el cariz de extremo peligro para la zona oriental del Protectorado que tomaba la situación, con unos resultados en el campo de batalla muy superiores a los imaginados por Abd del Krim, el Alto Comisario General Dámaso Berenguer a petición urgente de ayuda emitida por Melilla, ordena que como tropa de refuerzo de otras regulares y asalto acuda a la línea defensiva el recién creado Tercio, La Legión, con la 1.ª y 2.ª Banderas.
Las fuerzas indígenas al servicio de España en buena parte se pasaron al enemigo y las restantes fueron disueltas al perderse la confianza en ellas. Las tribus (cabilas) de la zona oriental del Protectorado se unieron a los Beni Urriaguel, extendiendo los saqueos y las crueldades por donde pasaban triunfantes. Ante tal acometida, de todo punto inesperada, junto a los episodios de huida hubo los de heroica resistencia en los blocaos, en las líneas de frente quebradas y en campo abierto, como las célebres cargas del Regimiento Alcántara de Caballería; también en Monte Arruit, en Zeluán y en Nador, combaten los españoles defensivamente hasta la extenuación y el asesinato.
La plaza de Melilla queda amenazada por la ruptura total de su dispositivo de defensa. En la atemorizada ciudad toma el mando el general Berenguer y pronto, a marchas forzadas, empiezan a llegar los refuerzos.
La reacción
El Real Decreto de 27 de julio de 1921 nombró Comandante General de Melilla al general José Cavalcanti, héroe de Taxdir. Para llevar a cabo las operaciones de reconquista se contó con los generales Sanjurjo, Cabanellas, Neila, Fresneda, Tuero y Federico Berenguer, hermano del Alto Comisario general Dámaso Berenguer. Las fuerzas que se habían ido concentrando en Melilla a lo largo del mes de agosto, en refuerzo urgente de la exigua guarnición, eran 25 batallones de Infantería, 2 banderas del Tercio, 3 tabores de Regulares, 5 regimientos de Caballería, 11 grupos de Artillería, el parque móvil de Ceuta, 1 batallón de zapadores, el Grupo de Ingenieros de Ceuta más 10 compañías de ingenieros, 2 compañías de telégrafos, 9 compañías de Intendencia, servicios varios y 4 ambulancias: aproximadamente 36.000 efectivos. Con estos efectivos se formaron tres columnas de operaciones y una reserva general; la primera columna al mando de José Sanjurjo, la segunda de Federico Berenguer y la tercera de Miguel Cabanellas.
A las 2 horas del 22 de julio de 1921, el teniente coronel Millán Astray conferencia con el comandante Franco en el Zoco el Jemis, donde acampa el Tercio en maniobras. Sorteada la Bandera que ha de dirigirse a marchas forzadas a Ceuta para embarcar hacia Melilla, Franco sabe que sus hombres van a recibir el bautismo de fuego.
El barco con los legionarios avista Melilla. Escribe Francisco Franco en su obra Diario de una Bandera: “La muralla del puerto [de Melilla] aparece llena de gente. Una nube de pañuelos se agita en el aire como aleteo de palomas blancas”.
La autoridad militar informa a los mandos legionarios prestos a desembarcar que se ha hundido la Comandancia General de Melilla, que la derrota es completa y que la ciudad ha quedado abierta y es presa del pánico. Pero será la presencia y la actitud de los legionarios el hecho que levantará el ánimo y devolverá la moral de victoria. “El pueblo aplaude loco, frenético, nuestra entrada. Con la música y bandera en cabeza desfilan los peludos de Beni Arós, y las mujeres lloran abrazando a los legionarios. ¡Qué negros y qué peludos vienen! Huelen a guerra ¡Estos nos vengarán!”
Tras el raudo desfile las Banderas acuden a sus puestos defensivos: la 1.ª a Los Lavaderos, al Sur, y la 2.ª a Rostrogordo, al Norte. Desde estos lugares desplegarán para recuperar la iniciativa y las posiciones. El día 25 de julio las dos Banderas, con su único comandante Francisco Franco Bahamonde al frente, ocupan las alturas de Ait Assia y Taguel Manin, flanqueando el acceso a melilla desde la vecina Nador. El 26 es ocupada la línea señalada por Sidi Amed el Hach, un cerro pegado a la mole del Gurugú a la derecha del camino que sale de Melilla, y El Atalayón, que es una pequeña península sobre la Mar Chica; así quedó cerrada la vía de penetración a Melilla desde el Sureste. Mientras se efectuaba este cierre, fue posible observar la resistencia de la tropa española acantonada en Nador, completamente asediada, para cuya ayuda, solicitada por los mandos legionarios, no hubo permiso. Al Noroeste de Melilla se ocuparon las posiciones de Ixmoart, Hidum y el Zoco el Had de Beni Sicar, y con avanzadillas las de Tizza, a la derecha, y Casa Bona (o Casa Bono o Casabona), a la izquierda. Con la ocupación y el mantenimiento de estas posiciones se aseguró Melilla por las vertientes Oeste y Norte. El escenario era idéntico al vivido en 1909 durante la segunda campaña del Rif; con la diferencia del poder del enemigo, tanto en armamento como en efectivos y en resolución de combate, que ahora era superior.
Cambios en el Gobierno de España. Decisiones inmediatas
El Gobierno presidido por Manuel Allendesalazar dimitió el 4 de agosto. Es sustituido por un Gobierno de concentración nacional presidido por Antonio Maura y con Juan de la Cierva y Peñafiel como ministro de la Guerra. La primera tarea de este ministro fue la de visitar Melilla para hacerse una idea cabal de la situación y las necesidades, que requerían, a su criterio, un ejército de 150.000 hombres (únicamente se contaba entonces en la zona con entre 10.000 y 15.000, según las inclusiones): un armamento abundante y moderno, atención al personal médico e instalaciones al efecto (con especial mención a los doctores Gómez Ulla y Pagés Miravé, en representación de todo el cuadro facultativo y asistencial civil y militar, y a las Hermanas de San Vicente de Paúl), compra masiva de ganado de calidad para el alimento adecuado de la tropa y ampliación también en calidad de la remonta equina y mular.
El nuevo Gobierno mantuvo en su puesto al general Berenguer y con él planearon las acciones: la primera era asegurar Melilla y la segunda recuperar el territorio con esa ofensiva perdido (finalizando si era posible con la plena ocupación de la bahía de Alhucemas, lo que ocurrió a partir de 1925). Para ambas fases se contó indispensablemente como fuerza de choque con el novato Tercio legionario creado por José Millán Astray y Francisco Franco, cuyas dos Banderas desplegadas mandaba en solitario este comandante.
Imagen de cromos.rogerfm.net
Asegurar Melilla
La Legión guarnecía todas las posiciones defensivas del improvisado cinturón rodeando la plaza. Manteniendo esas guarniciones, se le encomendó a las dos Banderas desplegarse hacia el cabo de las Tres Forcas, al Norte, y hacia la Mar Chica, al Sur, asegurando el flanco Oeste de Melilla. Con La Legión actúan los Regulares y tropas de la Península de Caballería y Artillería en número reducido de jinetes y piezas. Esta Columna está al mando del general José Sanjurjo. Los regulares se desplazaron hacia Sidi Amarán y los legionarios hasta rebasar el cauce del río de Oro. Territorio asegurado desde Sidi Amarán a Hidum y el Zoco el Had.
Los puestos más avanzados de la zona Oeste de Melilla, frecuentemente hostilizada, eran Tizza y Casabona, en la vanguardia del Zoco el Had lindante a las cuestas del macizo del Gurugú. Había que liberar Casabona y para ello era preciso ocupar la parte central de la línea que unía el Zoco el Had con Casabona, lo que aseguraría el acceso a la aislada posición de Casabona; se ejecutó el plan y así pudo mantenerse el acceso a la posición que se abasteció y reforzó. Fue el de ese día 8 de septiembre el primer combate de gran dureza sostenido por los legionarios, recibiendo por ello, al igual que los Regulares, la felicitación efusiva del general Berenguer, y por parte del coronel José Riquelme, jefe de la Columna en auxilio de Casabona, la mención como distinguido al comandante Franco por sus excepcionales condiciones tanto en el combate como en el repliegue.
El día 15 de septiembre, un grupo de quince legionarios voluntarios acudió a socorrer el Blocao de Dar Ahmed (o Hamed), frente a El Atalayón, apodado “de la muerte y también “el malo” por los constantes ataques que recibía y su deficiente defensa; llegaron de noche, entraron y sosteniendo la posición fueron cañoneados hasta morir todos, registrando hasta el final un valor encomiable.
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (I)
Garantizada la seguridad en el perímetro de la plaza de Melilla, se emprendió una acción de envolvimiento de la Mar Chica (al S-SE de la ciudad) iniciada el 12 de septiembre. Fueron tres columnas, con un total de seis mil efectivos de Infantería y Caballería, principalmente, al mando del general Miguel Cabanellas, y con la colaboración de la Escuadra; logrando ocupar Ras Quiviana y el Zoco el Arbáa, y desde estas bases atacar la importante localidad de Nador y después Tauima.
El ataque a Nador, donde aguardan bien a cubierto nueve mil hombres experimentados, lo efectuó una sola columna, dada la estrechez del terreno para la maniobra, dividida en tres y compuesta en vanguardia por unidades de Infantería (las dos Banderas del Tercio, los dos tabores de Regulares de Ceuta, cuatro Batallones de recluta), de Caballería (un Regimiento y dos Escuadrones), más la artillería de acompañamiento y grupos de Zapadores y transmisiones, con un total de ocho mil quinientos efectivos; en el grueso, mandado por el general Federico Berenguer, compuesta por unidades de servicios y sanidad militar, sumando siete mil quinientos efectivos; y en la reserva móvil, al mando del general Tuero, con aproximadamente tres mil efectivos.
En esta acción cae herido el jefe de La Legión, teniente coronel José Millán Astray, por lo que inmediatamente pasa a sustituirlo el comandante Francisco Franco, que, de hecho, como ya se ha indicado, mandaba las dos Banderas en combate.
Ocupados a media tarde los pozos de Aograz, la columna de Cabanellas entra en Nador.
El frente de batalla volvió a trasladarse al Oeste de Melilla, a la zona del Zoco el Had. La misión consistía en abastecer para varias semanas el puesto avanzado de Tizza. Una masa de maniobra de siete mil hombres, articulada en dos columnas, recibió este encargo; una columna estaba al mando del general Tuero, que partió por la carretera de Hidum, la otra, saliendo por la carretera del Zoco el Had, mandada por el coronel Sirvent, debía principalmente cubrir el avance de la primera columna. Pero el auxilio a Tizza no pudo superar la barrera enemiga. Entre el 26 y el 29 de septiembre se entablaron combates muy duros que no lograron pasar hacia Tizza, hasta que tomando el mando de la columna en vanguardia el laureado general José Cavalcanti, Comandante General de Melilla, consigue romper a viva fuerza la línea enemiga y llegar hasta el extenuado puesto de Tizza; cabe destacar la actuación de los Regulares de Melilla, a pie y montados, y los Zapadores en esta acción.
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (II)
La dominación del macizo del Gurugú era el objetivo principal en la operación de reconquista del territorio, cuya primera fase concluyó con el mes de septiembre habiéndose cubierto los accesos desde el Sur y el Oeste.
El paso siguiente, igual que sucediera en 1909, era ocupar el imponente macizo del Gurugú para no sólo garantizar la seguridad de Melilla sino continuar el avance recuperador hacia el Oeste. Las dos fases de esta operación comprendían: primero, asentar una base sólida de partida para efectuar el ataque; y segundo, ocupar el Gurugú.
La base de partida obligaba a tomar la zona minera de Segangan y las alturas de Ulad Dau y de Sebt; el asalto al macizo montañoso exigía alcanzar la meseta de Tazuda en la retaguardia del Gurugú.
El 2 de octubre se inició la primera fase con observatorio en la cima del monte Arbós, tomado el 23 de septiembre: hacia el Suroeste una amplia llanura con Sebt al fondo; a la derecha el macizo de Atlaten; a la izquierda el monte Uixán en la zona de los montes de Beni Bu Ifrur. Las fuerzas actuantes fueron tres columnas: la de la derecha, mandada por el general Sanjurjo, en la que se integraban las dos Banderas de La Legión, con el objetivo de Ulad Dau; la del centro, al mando del general Cabanellas, encaminada a Segangan; y la de la izquierda, con el general Berenguer al frente, en dirección a Sebt.
Ulad Dau es un fortín situado en un contrafuerte del Gurugú donde resistía bien atrincherado y armado un nutrido despliegue moro el empuje de las fuerzas de choque, legionarios y regulares, llegando a combatirse al arma blanca. A los legionarios los manda el comandante Francisco Franco y a los regulares el teniente coronel Emilio Mola. En su libro Melilla 1921, el entonces y en el lugar capitán de Caballería Arsenio Martínez, refiere el 3 de octubre sobre la acción de Ulad Dau con relación a La Legión y los Regulares: “Los Regulares de Ceuta y el Tercio han emprendido el ataque a Ulad Dau. Un cabo de Regulares con una bandera española va siempre en cabeza, llega el primero al fortín de Ulad Dau y espera. Cuando ve que el Tercio cala la bayoneta para lanzarse al asalto, entonces trepa al fortín, penetra y coloca la enseña española en el punto más alto”.
Ocupado Ulad Dau el siguiente objetivo, muy próximo, era el peñasco de Atlaten. Este obstáculo montañoso, un cortado espolón, impedía envolver el Gurugú por el Sur, por lo que había que ocuparlo pese al enorme riesgo que físicamente entrañaba; al igual que era preciso ocupar el inmediato poblado de los Chorfas para acceder al Gurugú. Presumía el mando español que ocupado Atlaten, Abd el Krim retiraría el grueso de sus fuerzas allende el río Kert, como ciertamente sucedió. La acción se inició el día 5 de octubre a cargo de las tres columnas que operaban en el sector.
Conquistado Atlaten, se consiguió un magnífico observatorio que abarcaba casi toda la cabila de Beni Bu Ifrur y las minas, Nador, la Mar Chica y una tremenda perspectiva del Gurugú. Acto seguido fueron ocupados el poblado de los Chorfas, laminera y el ferrocarril que venía desde Melilla; desde entonces Segangan se convirtió en destino y almacenamiento de los recursos para las columnas de operaciones en sustitución de Nador, muy al Sur de este punto.
Los diez primeros días de octubre incrementaron la guarnición de Melilla, contando ahora con un total de cuarenta batallones. Para el día 10 estuvo preparada una gran maniobra en la que actuarían treinta y dos batallones, cinco regimientos de Caballería, veinte baterías artilleras amén de otras unidades y servicios en número de complemento, equivaliendo todo ello aproximadamente a tres Divisiones. El plan, ideado por el general Berenguer, buen conocedor del territorio, pretendía atraer a los rifeños para entablar el combate que decidiría la posesión del macizo del Gurugú.
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (III)
El plan conjuntaba la acción de tres Brigadas: la de Sanjurjo, con las dos Banderas de La Legión, siete batallones de reemplazo, dos Baterías de Campaña y dos Grupos de Montaña, e Ingenieros y Servicios; la de Cabanellas, con dos Batallones y cinco Regimientos de Caballería y un Grupo de Artillería hipomóvil; y la de Berenguer, dividida en las columnas de los coroneles Salcedo y Saro y del teniente coronel Ayuso. La Brigada de Sanjurjo debía marchar de Segangan a Taxuda (o Tazuda), para cortar las comunicaciones del Gurugú con el Oeste y el Sur; la Brigada Cabanellas debía aislar el campo de batalla elegido; la Brigada de Berenguer, con sus tres columnas, debía encaramarse a las cumbres del impresionante macizo del Gurugú partiendo de Sidi Ahmed el Hach, y dirigiéndose a las Peñas de Ubayo, a Kol-la, a Hardú y al Gurugú.
El Alto Mando dispuso otra Brigada, a las órdenes del general Fresneda, compuesta por seis batallones, seis compañías de Zapadores y una Batería, que partiendo de Taguil Manin debía ascender el pico Basbel y desde él dirigirse a Taquigriat y la estribación Sur del Gurugú para fortificarla. Por último, se organizó una columna independiente con dos batallones y una Batería al mando del coronel Riquelme, que partiendo de Farhana marcharía a Karmud, en la falda norte del macizo. En reserva, y guarnición de plaza, quedaron seis batallones y otras fuerzas complementarias.
Ante el despliegue español en la llamada Maniobra del Gurugú, Abd el Krim sometió la voluntad de los cabileños de Beni bu Ifrur, tendentes a congraciarse con los españoles, incorporándolos a su causa; de esta manera, las zonas Oeste y Sur del Gurugú fueron hostiles y beligerantes al avance previsto por el Alto mando.
El 10 de octubre tuvo lugar la citada maniobra ofensiva con resultado exitoso, salvo por la toma de Taxuda. El ministro de la Guerra, Juan de la Cierva, presente en Melilla, mandó el siguiente telegrama al rey Alfonso XIII: “Señor: Tengo el honor y la satisfacción de manifestar a V. M. que a las diez [del día 10 del mes 10] han sido coronados los más altos picos del Gurugú, donde ondea nuestra bandera. Melilla ha acogido con gran alborozo la ocupación por nuestras tropas del macizo. Seguiré teniendo a V. M. al corriente de cuanto ocurra”.
La Brigada Sanjurjo, con el coronel Alberto Castro Girona al frente de la vanguardia y el comandante Francisco Franco al mando de las dos Banderas del Tercio, partió ese día 10 de Segangan con la misión de proteger el avance de las otras Brigadas. Hacia la meseta de Telat marcharon para responder a la fuerte concentración enemiga allí dominando y con intención de cargar contra las posiciones nacionales a vanguardia y retaguardia del asalto al Gurugú. Controlado el enemigo tras duros combates, la Brigada expandió sus efectivos hasta la meseta de Atlaten asegurando así la protección de las otras y facilitando la conquista de las disputadas cumbres del Gurugú.
Abanderado de Regulares en la Cumbre del Gurugú.
Imagen de elretohistorico.com
Toma de las cumbres del Gurugú por los Regulares
Imagen de forodeculturadedensa.com
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (IV)
Para completar el perímetro de seguridad en torno a la zona de Melilla las Brigadas-Columnas de Sanjurjo, Cabanellas y Berenguer actuaron para ocupar el poblado de Zeluán, su aeródromo, alcazaba y alrededores habitados. Las tres Columnas se reunieron entre Tauima y la Mar Chica el 14 de octubre, marchando la de Sanjurjo hacia el aeródromo de Zeluán primero y al poblado de Bugensein después; la de Berenguer hacia la alcazaba y el poblado de Zeluán; y la de Cabanellas, con la Caballería, al Zoco de Ain ben Rehal para envolver todos los objetivos. Intervino la Aviación.
Con la ocupación de Zeluán se cerraba el ciclo de operaciones tendentes a evitar las asechanzas del enemigo sobre Melilla. Acto seguido había que extender la zona de protección hasta el río Kert por el Oeste y el río Muluya por el Este.
Hacia el Oeste, la Columna Sanjurjo el 20 de octubre, con los legionarios y los regulares en vanguardia, alcanzó las posiciones de Tauriat Buchit y Tauriat Zag, cerca del río Massin, ambas ya liberadas; los rifeños huyeron por el llano en dirección al río Kert, de modo que dejando una guarnición el grueso de la Columna retornó al campamento de Segangan.
El paso inicial hacia el Este era ocupar la población de Monte Arruit; esta acción tuvo lugar el 24 de octubre, partiendo las tres Columnas desde Zeluán. La de Sanjurjo avanzó por la línea férrea que unía Zeluán con Monte Arruit, hasta llegar al objetivo por el Sur; la de Berenguer marchó paralela a la carretera entre ambos poblados, entrando en Monte Arruit de frente; la de Cabanellas se dirigió a las casas de Ben Chel-al y desde allí enfiló Monte Arruit también por el Sur. Prosiguiendo el avance con el objetivo prioritario de llegar a Batel, la Columna Berenguer, con este general y los coroneles Saro y Fernández Pérez, fuerza esta última que incorporaba a La Legión y jinetes del Regimiento Alcántara, debía cruzar el río Kert, conquistar la posición de Ras Tikermín y defender el puente; todo lo cual sucedió el 22 de diciembre.
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (V)
Para conseguir ocupar el territorio que domina el río Kert había que asegurar completamente la posición de Taxuda (o Tazuda) y su meseta, semejante a la de Atlaten, ocupándola sin fisuras que permitieran al enemigo una base de actuación contra el avance de reconquista. La operación se denominó Taxuda 2, también conocida como Operación de las Esponjas. Corría el 2 de noviembre.
Tras intensos combates con las Banderas del Tercio en vanguardia se logró llegar al cauce del río Kert.
Prosiguiendo la acción, entre los días 7 y 11 la Columna Berenguer recupera las posiciones de Yazanen y Tifasor. La jornada del 11, la Columna Sanjurjo atravesó por sorpresa las mesetas de Tlad y de Ihuaua, también llamada Youaua, descendió por el valle del Río de Oro por el aduar de Izaruren y quedó fijada al fondo del valle habiendo descongestionado el camino de Ras Medua, posición decisiva para alcanzar el río Kert en su mayor amplitud, lo que obligó a los rifeños de Abd el Krim a replegarse en la otra orilla.
Antes de terminar la reconquista de la Comandancia de Melilla hasta el río Muluya por el Este y, por el Sur, hasta doblegar la resistencia de la cabila de Beni bu Ifrur, era preciso liberar de enemigo los fortines del Monte Uixán. A partir del 17 de noviembre, las Banderas legionarias ascendieron a las cotas 540 y 596 del citado monte donde se hallaban los fortines españoles ocupados por los rifeños de El Carmen, Bellavista, San Enrique y San Antonio, recuperándolos al asalto.
De inmediato prosiguió el ataque combinado hacia el importante núcleo de Ras Medua y su fortín. Fue la jornada del 21 cuando los españoles entraron en Ras Medua, y ya a finales de noviembre, escalonadamente, se produjo desde Monte Uixán la ampliación del dominio español sobre la cabila de Beni bu Ifrur, ocupando las poblaciones de Tauriat Hamed, Tauiat Narrich y Harcha, finalizando así el envolvimiento de la región del Gurugú.
El 5 de diciembre se alcanzó el poblado de Zaio, cerca del río Muluya y de la frontera con Argelia, cerrando definitivamente el primer ciclo de las operaciones en la parte oriental del Protectorado, la correspondiente a la Comandancia de Melilla.
La recuperación de la Comandancia General de Melilla (y VI)
El 22 de diciembre de 1921, cruzado el río Kert y ganado Tikermín, el general José Sanjurjo Sacanell se hizo cargo de la Comandancia General de Melilla, perfecto conocedor del territorio cuya guarda le fue encomendada, relevando al general Cavalcanti.
Aún bajo las órdenes de Sanjurjo, se planeó el avance por la llanura de Sebsa con el objetivo de llegar al antiguo y ruinoso campamento de Dar Dríus y limpiar de enemigos un amplio perímetro de seguridad; se le encomendó la operación a la Columna Berenguer. Y esta fue la última acción del año 1921 y por ende de la reconquista del territorio perdido a causa de la ofensiva de los rifeños de Abd el Krim iniciada en junio.
Estatua dedicada a Francisco Franco Bahamonde en Melilla
Imagen de haciendomemoria.org
Pie y leyenda de la estatua
Imagen de minube.com
____________________
Laureados de la campaña
Diego Flomesta Moya, teniente de artillería del Regimiento Mixto de Artillería de Melilla. Cruz Laureada de San Fernando en la defensa de Abarrán el 1 de junio de 1921.
Juan Salafranca Barrios, capitán de las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla n.º 2. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado al frente de la defensa de Abarrán el 1 de junio de 1921.
Antonio Vázquez Bernabéu, teniente de Sanidad Militar (médico militar). Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado en la acción de Loma de los Árboles el 16 de junio de 1921.
Joaquín Cebollino von Lindeman, capitán de Caballería. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado al frente su escuadrón de Regulares, con quienes logró introducir un convoy en la posición de Igueriben el día 17 de julio de 1921.
Julio Benítez Benítez, comandante de Infantería y jefe de la posición de Igueriben. Cruz Laureada de San Fernando de 2.ª Clase, Laureada. Concedida a título póstumo el 3 de enero de 1925 por el valor demostrado al frente de la defensa de Igueriben entre los días 17 y 21 de julio de 1921. Su acción figura detallada en un artículo propio y complementario.
Federico de la Paz Orduña, capitán del Regimiento Mixto de Artillería de Melilla. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado en la defensa de la posición de Igueriben entre los días 17 y 21 de julio de 1921.
Juan Velázquez y Gil de Arana, comandante de Infantería, segundo jefe del II Batallón del Regimiento de Infantería Melilla n.º 59. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado al frente de la defensa de Sidi Dris entre los días 22 al 25 de julio de 1921.
Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, teniente coronel del Regimiento de Cazadores de Alcántara, 14.º de Caballería y su jefe accidental. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado al frente de la carga que protegió la retirada de la columna de Chaif sobre Dar Dríus a Batel el 23 de julio de 1921. Su acción figura detallada en un artículo propio y complementario.
Enrique Amador Asín, capitán del Regimiento de Infantería Melilla n.º 59. Cruz Laureada de San Fernando por la defensa de Dar Quebdani del 23 al 25 de julio de 1921.
Félix Arenas Gaspar, el capitán arenas, capitán de Ingenieros y jefe de la Compañía de Telégrafos de la red permanente de Melilla y su territorio. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado en la defensa de Tistutin y la retirada a Monte Arruit del 23 al 29 de julio.
Mariano García Martín, cabo del Regimiento de Ceriñola n.º 42. Cruz Laureada de San Fernando por el valor demostrado al proteger la retirada de la posición de Afrau el 26 de julio de 1921.
Francisco Martínez Puche, soldado de Ingenieros del servicio de Aviación Militar. Cruz Laureada de San Fernando por la conducción de un convoy de suministros desde el aeródromo de Zeluán a la Alcazaba del mismo poblado el 28 de julio de 1921.
Julio Ara Izquierdo, Cabo del Regimiento de Infantería de Extremadura. Cruz Laureada de San Fernando por la defensa del blocao Extremadura, en la Comandancia Militar de Melilla, el 21 de agosto de 1921.
Luis Furió Murillo, sargento de Infantería del Batallón Expedicionario del Regimiento de Tetuán n.º 45. Cruz Laureada de San Fernando en el combate en las inmediaciones de Tizza el 26 de septiembre de 1921.
Pedro Gutiérrez de Diego, soldado de Infantería del Regimiento de Valencia n.º 23. Cruz Laureada de San Fernando por la conducción de un convoy a Tizza y por su labor al frente de la bolsa de socorro en ese lugar el 29 de septiembre de 1921.
Regimiento de Cazadores de Alcántara 14 de Caballería. Su acción, como la de su jefe, Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, figura detallada en un artículo propio y complementario.
Fuentes
Rafael Casas de la Vega, Franco militar
Luis Suárez Fernández, Franco. Crónica de un tiempo. Tomo I
Ricardo de la Cierva, Franco
Ministerio de Defensa, Historia de la Infantería española. La Infantería en los tiempos modernos. Volumen I
José Montes Ramos, El Tercio
Emilio Marín Ferrer, Atlas ilustrado de las guerras de Marruecos 1859-1926. Susaeta ediciones.
Juan García del Río Fernández y Carlos González Rosado, Blocaos. Vida y muerte en Marruecos. Almena ediciones.