Recordemos aquello que fue y por qué sucedió. La presente entrega expone sucintamente el origen y función de las checas, abundando en el contenido de las entregas II, III, IV, V, VII, XII, XXI, XXVII, XXX, XXXI, XLIII, XLIV y XLV; mientras que las tres siguientes informarán del número oficial y localización de las checas en la ciudad de Málaga, la ciudad de Murcia, Valencia (capital, provincia y región), Barcelona (capital, provincia y resto de Cataluña) y Madrid.
A las matanzas, sacas de prisiones, saqueos y a los eufemísticamente denominados paseos, característicos del Frente Popular en su imperio de terror, se sumó con la implantación de las checas, a imitación de los procedimientos soviéticos, las actividades de arbitraria detención y tortura allí practicadas. Era, en definitiva, la aniquilación por el terror: suprimir y liquidar a quien los responsables de las checas decidieran.
Los responsables de las checas fueron todas las organizaciones políticas y sindicales (entidades igualmente políticas) aglutinadas en el Frente Popular: socialistas del PSOE, UGT y facciones asimiladas, burgueses de izquierdas republicanas, masones allá donde ejercían su influencia, comunistas del PCE y del POUM, anarquistas de la FAI y la CNT y separatistas de cualquier ideología y credo; además de personas y grupos parapoliciales relacionados con las organizaciones políticas y sindicales.
A la checa se llevaba a los detenidos (por razones de odio, envidia, venganza personal, justificación político-social) para confinarlos, insuflarles miedo, interrogarlos, infligirles tortura, ser juzgados sumarísimamente y asesinados en esos locales o en el exterior.
Las checas se instalaron en los edificios públicos y privados de todo tipo incautados, con preferencia los religiosos en los marxistas y anarquistas. Bajo el mando o supervisión de un responsable en las marxistas y de un denominado comité de defensa en las anarquistas, se ejercitaron en las tareas criminales las agrupaciones socialistas (PSOE) y republicanas (Izquierda Republicana), los radios del partido comunista y de las juventudes socialistas unificadas (JSU, comunistas de obediencia estalinista), los ateneos libertarios (CNT-FAI), sindicalistas de la UGT, cuarteles de milicias, comités de investigación, patrullas de control, comités vecinales, partidas de sujetos inclinados al delito y cuanto se quiera añadir dentro de la misma inercia.
Cada checa funcionaba de manera autónoma, pero recibía el apoyo implícito o explícito del gobierno frentepopulista y, por supuesto, de las organizaciones e individuos que las creaban y dirigían, estableciendo una red de intereses y afinidades; tampoco estaban sujetas control gubernativo, salvo las posteriormente gubernamentales del SIM (Servicio de Información Militar), que son las que perduraron hasta el final de la guerra allá donde continuó en ejercicio la República del Frente Popular.
Asimismo con carácter oficial, fueron instaladas a finales de 1936 en Madrid capital treinta y cinco checas cuya denominación fue la de Puestos Especiales de Vigilancia, dependiendo de la Inspección General de Milicias Populares con el teniente coronel Barceló y el teniente de Asalto Barbeta al frente, en misiones de vigilancia en la retaguardia.
También fueron organizaciones represivas a modo de las checas los cuarteles de las fuerzas de Orden Público, la Dirección General de Seguridad, las Comisarías de Policía y los centros políticos.