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Héroe de Igueriben. Julio Benítez Benítez

Campañas de Marruecos en el siglo XX: La defensa de la posición de Igueriben

Entre el 17 y el 21 de julio de 1921



Julio Benítez Benítez, comandante del Regimiento de Ceriñola n.º 42. Cruz Laureada. Campañas de Marruecos. Defensa de la posición de Igueriben, del 17 al 21 de julio de 1921.
Durante los días de la defensa de la posición de Igueriben, entre el 17 y el 21 de julio de 1921, ante la ofensiva rifeña, el comandante Benítez no cesó un momento de alentar a la guarnición de aproximadamente 300 hombres que mandaba, elevando el espíritu de su tropa y dándole tan alto ejemplo de virtudes militares que todos los supervivientes reconocieron que fue el alma de la imposible defensa.
    Los ataques del enemigo se sucedieron sin tregua desde la jornada del 17, y desde el 18 la posición, además, recibió el hostigamiento artillero de dos piezas emplazadas sin oposición a distancia de gran efecto.
    El día 19, tercero de ataques, con ánimo de socorro se intentó llevar un convoy desde la plaza de Annual, pero no pudo ser debido a la superioridad numérica del enemigo. En esta jornada la guarnición contaba ya 40 bajas y el azote de la deshidratación; la falta de agua y el calor sofocante producía síncopes en los defensores, apostados todos ellos en el parapeto para repeler los asaltos.
    A pesar de que estas penalidades iban en aumento, la guarnición las soportaba con disciplina emanada de la confianza infundida por su jefe. Pero agotados todos los recursos de la defensa, y ordenado por el general Navarro que se abandonara la posición en vista de la imposibilidad de auxilio, la negativa a la rendición del comandante Benítez y la necesidad de cubrir otros frentes, previa la destrucción de cuanto pudiera aprovechar el enemigo, la evacuación se llevó a cabo por grupos al mando de oficiales, siendo el comandante Benítez el último en abandonarla, resultando muerto entre las alambradas y el parapeto, cayendo a su vez la mayoría de los bravos defensores.
    Salvaron en primera instancia la vida un oficial, el teniente Pedro Casado, y cuatro soldados, que fueron hechos prisioneros, y siete soldados que lograron llegar a las líneas nacionales por Annual, aunque varios de ellos fallecieron por agotamiento.

En la obra España en sus héroes, tomo II, quedan recogidos textos de algunos radios enviados por la guarnición de Igueriben los días 18 a 21 de julio de 1921.

Día 18: "Situación comprometida, el hambre, la sed y el hedor de los cadáveres es irresistible. Pese a todo, estamos dispuestos a todo antes de rendirnos. ¡Viva España!"

Día 19: "Es horrenda la sed, [los soldados] se han bebido la tinta, el petróleo, la colonia, los orines mezclados con azúcar. Los hombres se meten desnudos en los pozos arenosos para gustar el consuelo de la humedad. Se ahogan con el hedor de los cadáveres. La pestilencia y carencia de agua hacen mortales las heridas. Se concluyen las municiones. ¡Viva siempre España!"

Día 20 (en respuesta a un radio de la Comandancia de Annual pidiendo que resistan unas horas pues se anuncia que pronto llegará un refuerzo): "El mensaje de V.E. ha sido acogido con vivas a España. Esta guarnición jura a su general no se rendirá más que a la muerte."

Día 21 (en respuesta a la autorización dada por el general Silvestre para que parlamenten con el enemigo): "Los de Igueriben mueren pero no se rinden". (Y después de recibir la orden de evacuación la respuesta es): "Sólo quedan 12 cargas de cañón, empezamos a disparar para rechazar el asalto. Contarlas y al duodécimo disparo fuego sobre nosotros, pues moros y españoles estaremos envueltos en la posición".

Monumento a Julio Benítez Benítez en Málaga.

Imagen de angelduartepla.blogspot.com.es
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Julio Benítez Benítez nació en 1878, natural de El Burgo, provincia de Málaga, siendo meritoria su trayectoria militar.
    Ingresando en la Academia de Infantería a los 16 años, en 1896 obtuvo el empleo de segundo teniente, destinado al Regimiento de Aragón. En Lérida se incorporó a su unidad y allí le correspondió por sorteo formar parte de la campaña expedicionaria a Cuba, donde desembarcó el 30 de septiembre de 1896, pasando a guarnecer la línea de Artemisa. En la isla intervino en multitud de operaciones, ganando la Cruz al Mérito Militar en la acción del Paso de la Plunca, siendo herido en el combate de La Perala por lo que recibió la Cruz de María Cristina.
    Ascendido a primer teniente regresó a España, con destino en diversas unidades.
    En 1918, ya con el empleo de comandante, volvió a Melilla con el Regimiento de Ceriñola, donde había estado cuatro años antes, en calidad de jefe de posiciones, campamentos y líneas, y al mando de columnas. En junio de 1921 ocupó posiciones en Sidi Dris, zona que bajo su firme mando resistió un violento ataque del enemigo que le causó heridas.
Imagen de surdealboran.blogspot.com.es

En Málaga se le erigió un monumento en los Jardines del Paseo del Parque, obra del escultor Julio González Pola. El pedestal, de piedra berroqueña, consiste en una base cuadrada con un fuste que lateralmente afecta forma de castillo y de cruz en sus frentes anterior y posterior. En los lados del fuste ostenta el emblema de Infantería; en el frente anterior resalta la Laureada y por debajo la dedicatoria: Al heroico comandante Benítez; en el posterior destaca una corona de espinas con la frase: Los de Igueriben mueren pero no se rinden. En el frente de la base se destaca un oficial muerto amparado por la Bandera; en los otros tres frentes se leen los nombres de los jefes y oficiales fallecidos en Igueriben. La estatua es de bronce y representa al héroe en actitud militar reposando sus manos sobre la empuñadura del sable. La inauguración tuvo lugar el 11 de febrero de 1926 y acudieron los Reyes de España, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, y el general Miguel Primo de Rivera.
    En El Burgo también se le rindió homenaje, colocando una lápida en la fachada de su casa natal:
En esta casa nació el 17 de agosto de 1878 D. Julio Benítez Benítez, heroico comandante del Regimiento de Ceriñola, muerto gloriosamente en la defensa de la posición de Igueriben, de los campos de África el 21-7-1921. Al jefe que aconsejaba la rendición le contestó con el siguiente telegrama, que resume toda la grandeza del espíritu militar legionario: Los de Igueriben mueren pero no se rinden. Tengo doce disparos de cañón, cuéntelos, y cuando oigan el último hagan fuego sobre  la posición pues estaremos revueltos con los moros. El Burgo y su ayuntamiento le dedican este recuerdo perpetuando su memoria.
Artículo basado en la obra Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), de José Luis Isabel Sánchez, publicación del Ministerio de Defensa.


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