Isaac Albéniz y Pascual, nacido en 1860 y fallecido en 1909, es uno de los exponentes señeros del nacionalismo musical español, insigne compositor y virtuoso pianista de proyección y reconocimiento internacional. Artífice en la creación de una música nacional española, que atrajo a maestros como Granados y Falla, nos ha legado varias obras maestras: Suite Española I y II, Suite Iberia, Cantos de España, Doce piezas características, la ópera-comedia lírica Pepita Jiménez y el homónimo Concierto fantástico.
A los cuatro años había dado su primer recital. Espíritu inquieto, todavía niño, abandona el hogar, quiere ingresar en el Conservatorio de París, ingresa en el de Madrid, y hasta los trece años, en un periplo viajero nacional plagado de peripecias, muestra su dominio concertista por toda España. A partir de esa edad, ya estamos en 1872, se embarca como polizón para América, y actúa en Argentina, Brasil, Puerto Rico, Cuba y Estados Unidos.
Consigue fama internacional y es cuando vuelve a Europa. El rey Alfonso XII beca sus estudios en el Conservatorio de Bruselas en 1876, ciudad en la que tres años después recibirá el premio de piano por unanimidad del jurado. En esta época de aprendizaje recibe lecciones de los grandes maestros de entonces, entre ellos de Franz Liszt.
Tras varios cambios de domicilio lo fija en París, junto a sus amigos Gabriel Fauré y Claude Debussy; e imparte clases en la famosa Schola Cantorum.
Regresa a España para protagonizar junto a su hermana Clementina una serie de conciertos, acompañados por un gran éxito de crítica y público, y para escribir y dirigir zarzuelas a una compañía ambulante que difundía nuestra música.
Establecido en Barcelona el año 1883, estudió composición con el maestro Felipe Pedrell, que lo apartó de la música de salón europea y lo atrajo a la corriente nacionalista; la influencia de Pedrell fue determinante en la ejecución musical de Albéniz, quien pasó de virtuoso pianista a compositor de obras de un maravilloso sabor español. En 1885 se trasladó a Madrid donde los editores Antonio Romero y Benito Zazoya publicaron sus trabajos.
Obras destacadas
Suite Iberia. Consta de cuatro cuadernos de tres piezas cada uno compuestos entre 1905 y 1909.Primer cuaderno: Evocación, El Puerto, El Corpus en Sevilla.Segundo cuaderno: Rondeña, Almería, Triana.Tercer cuaderno: El Albaicín, El Polo, Lavapiés.Cuarto cuaderno: Málaga, Jerez, Eritaña.
Suite EspañolaSuite Española I (1886-1887). Las ocho piezas son cuadros de diferentes regiones y músicas de España: Granada, Cataluña, Sevilla, Cuba (edición original), Cádiz, Asturias, Aragón y Castilla (ediciones posteriores).Suite Española II (1889). Consta de dos movimientos: Zaragoza y Sevilla.
Cantos de España. Integración de cinco piezas. La primera edición (1892) incluyó los títulos: Preludio, Oriental y Bajo la palmera; la segunda edición (1898) añadió otros dos títulos: Córdoba y Seguidillas.
Su obra, casi íntegramente pianística, es de una dificultad y virtuosismo enormes, y la vez de una extraordinaria calidad reconocida y admirada por los citados Fauré y Debussy, y seguida por los españoles Enrique Granados, Manuel de Falla y Joaquín Turina.