Escritora madrileña, y zaragozana de residencia, María de Zayas y Sotomayor apunta el feminismo culto y didáctico en el siglo XVII. Gozó de talento y sensibilidad, y se manifestó combativa, apasionada y renuente a perpetuar la condición femenina imperante, aunque también ajena a excentricidades y conflictos insanos entre sexos.
Escribe María: “¿Y cómo sabrá ser honrada la que no sabe en qué consiste el serlo?”
De familia militar, expuesta a los traslados, vivió varios años en la capital aragonesa siguiendo el destino paterno; periodo fructífero para su literatura, caracterizada por la introducción de la picaresca en el ámbito de la aristocracia. Muestra de ello es la comedia titulada La traición de la amistad, obra, no obstante, que se circunscribe a la narrativa de patrón clásico establecido por el Decamerón de Giovanni Boccaccio: en ella se cuentan los relatos de manera sucesiva, jornada a jornada, con el propósito de distraer de su aflicción a una mujer recluida entre cuatro paredes a causa de una enfermedad.
Su producción literaria comprende dos colecciones narrativas cuyos títulos son: Novelas amorosas y ejemplares, en 1637, y Parte segunda del sarao y entretenimientos honestos, en 1647.
Hija del Siglo de Oro español al igual que Santa Teresa de Jesús, Mariana de Carvajal y sor María Jesús de Ágreda; y junto a sor Juana Inés de la Cruz es la representante más señera de la literatura femenina en tan extraordinario periodo.