Marino, científico y matemático de la Real Armada, el coruñés Juan de Lángara y Huarte, nacido en 1736, asumió en el siglo XVIII con José de Mazarredo la encomendada responsabilidad de trazar rutas seguras para la navegación española. Era discípulo del ilustre Jorge Juan y Santacilia.
Entre los años 1755 y 1765 pasó a desempeñar misiones de embarque por las costas de España, África y las Indias occidentales, destacando en cada una como un oficial sobresaliente que dominaba las navegaciones difíciles. Y entre los años 1776 y 1781, sus travesías fueron de ida y vuelta a las islas Filipinas al mando del navío mercante Buen Consejo y de las fragatas de guerra Venus y Rosalía; en estos viajes puso en práctica los últimos adelantos en navegación, ejerciendo a la par de maestro de subordinados.
Los peligros que amenazaban a los barcos españoles se daban especialmente en el trayecto de España a Filipinas, para abastecer las islas, y el tornaviaje.
El estrecho de Buena Esperanza, una derrota apenas seguida por los españoles, se estudiaba como alternativa. Pero el problema para establecer fiablemente una ruta marítima era la localización exacta de las embarcaciones en mar abierto en busca de una travesía favorable. Con este problema por resolver, hubo que fomentar la investigación de las distancias lunares como solución.
Corría el año 1773 cuando al mando de la fragata Venus en viaje a Manila, acompañado por el también oficial de la Armada José de Mazarredo, convinieron en determinar la longitud por la distancia de la Luna a la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro.
Al año siguiente, Lángara recibió la orden de experimentar con esta medición, compitiendo con franceses y británicos, lo cual llevó a cabo embarcado la fragata Rosalía. Esta expedición científica tenía por objeto poner en práctica en la mar todas las observaciones, métodos y adelantos de las ciencias física y astronómica útiles para la navegación. Acababan de alcanzar esas ciencias un grado de perfeccionamiento del que desconfiaban los marinos exclusivamente prácticos, por lo que durante seis meses navegó Lángara por el océano Atlántico corrigiendo los errores de las cartas náuticas. Con él figuraban en la experimentación y perfeccionamiento de técnicas e instrumentos los ya entonces afamados marinos y científicos José de Mazarredo, Juan José Ruiz de Apodaca, José Varela y Ulloa y Diego de Alvear.
Juan de Lángara y Huarte
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Principalmente tres fueron las empresas en las Juan de Lángara participó entre 1765 y 1771 destinadas a ese fin. La primera la llevó a cabo en el viaje que realizó de Cádiz a Manila embarcado en el navío Buen Consejo, que partió el 12 de marzo de 1765: tras tocar en las Canarias se dirigieron a Cabo Verde y desde allí a Río de Janeiro, de aquí pusieron rumbo al cabo de Buena Esperanza y llegar a Filipinas por el océano Índico. Lángara comprobó las incertidumbres de la posición del navío en aquellos mares bastante desconocidos para los navegantes españoles. En un segundo viaje, a bordo de la fragata Venus, mandada por Manuel González de Guiral, prosiguió sus investigaciones. En el tercero de los viajes, ya en calidad de comandante de la expedición, partió de Cádiz a finales de 1771 nuevamente en la fragata Venus, pero esta vez pretendiendo la medición de la longitud por medio de las distancias lunares para asegurar la derrota a seguir. Con él iba José de Mazarredo, y ambos conjuntamente elaboraron la estrategia para conseguir un resultado satisfactorio a sus indagaciones astronómicas. Navegando hacia el Este se dirigieron luego al cabo de Buena Esperanza; en junio llegaron a la isla de Java y desde allí pusieron rumbo a Manila. La fragata regresó al puerto de Cádiz el 21 de julio de 1773.
Con esta nueva ruta, que atravesaba el cabo de Buena Esperanza, se intensificaron los estudios y se introdujeron nuevos avances científicos dirigidos a lograr una segura navegación oceánica.
Su faceta militar también resultó esforzada y completa. En 1776 tomó parte en la conquista de la isla de Santa Catalina, en la costa del Brasil, al mando del navío Poderoso; en 1779 mandaba una división de guerra contra los ataques de los buques ingleses en aguas de las islas Azores.
Ascendido a Jefe de Escuadra en 1779.
En 1787 la Armada decidió organizar una escuadra de evoluciones al mando de Lángara, para instruir a los oficiales en el manejo de los buques.
Mandó la denominada Escuadra del Océano en la guerra contra Francia del año 1793; dos años después, habiendo sido previamente nombrado Comandante principal de Batallones de Marina, recibió el título de Capitán general del departamento de Cádiz; al año siguiente, 1796, fue designado Secretario de Estado y del Despacho Universal de Marina, responsabilidades a las que se sumaron la de Capitán general y Director de la Real Armada y Ministro de Marina. En 1799 obtuvo plaza efectiva en el Consejo de Estado.