Nacido en Barcelona el año 1883, Enrique Moles Ormella, químico, físico y farmacéutico, es una de las figuras preeminentes de la ciencia española, también descollante en el ámbito internacional, con especial incidencia en la primera mitad del siglo XX, por contribuir a la determinación del peso atómico de varios elementos orgánicos; valores que fueron pronto incorporados a la tabla periódica de los elementos.
Licenciado en Farmacia en su ciudad natal, el año 1905, se doctoró en Madrid al cabo de doce meses con la tesis Procedimientos de análisis de silicatos seguidos en el análisis cuantitativo de algunas micas españolas. Pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios marchó a las ciudades alemanas de Leipzig y Munich, en las que residió entre 1908 y 1911; durante el primer año de estancia publicó en colaboración sendos trabajos de investigación, uno con el químico alemán Karl Drucker, que lleva por título Formulario-guía de farmacología, y el otro, titulado Terapéutica y análisis químico-farmacéuticos, con el farmacéutico español Antonio Novellas. También en Leipzig se doctoró en ciencias químicas con la tesis Revisión químico-física del peso atómico del flúor. A continuación tradujo varias obras de bacteriología y patentó algunas medicinas.
Nuevamente becado por sus méritos y aportaciones científicas, el año 1912 se instala en Zurich donde junto al químico Philippe A. Guye se familiarizó con los métodos fisicoquímicos para la determinación de los pesos atómicos. Precisamente sobre este particular versó la tesis de doctorado en Ciencias Físicas que obtuvo en la Universidad de Ginebra en 1916; ciudad en la que desempeñó cargo docente ese año y el siguiente, agregado a la Escuela de Química.
Precedido por su fama, recibió ofertas para dirigir los departamentos de Química y Física en las universidades de Baltimore, Munich y Zurich; pero su idea era la de regresar a España, cosa que hizo, con estancia en Barcelona para doctorarse el año 1920 en su universidad en Ciencias Físicas y Químicas, residiendo a partir de entonces en Madrid, doctorándose en Ciencias Físicas y Químicas el año 1922.
Hasta 1927 es profesor auxiliar de Química inorgánica en la Facultad de Farmacia, desempeño académico que simultanea con la impartición de cursos de Química y Física en el Laboratorio de Investigaciones Físicas de Madrid. Ya en 1927 consiguió la cátedra de Química inorgánica de la Universidad de Madrid y comienza un periplo docente por Hispanoamérica, que acrecienta su prestigio.
En 1931 fue nombrado jefe de sección del Instituto de Física y Química de la capital de España, que dirigía el prestigioso físico Blas Cabrera y Felipe, considerado el padre de la ciencia física española; y en 1934, con el discurso Del momento científico español 1785-1825, ingresó en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Gran docente y maestro de nuevas generaciones de químicos en España, desde estas instituciones aprovechó para innovar los planes de estudio de varias disciplinas científicas, a su vez apoyando el desarrollo académico de la Física y la Química hasta conseguir que fuera creado el Instituto Nacional de Química y Física. También miembro de la Secretaría de la Comisión de Pesos Atómicos de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, impulsó la oficialidad del idioma español y la organización de un congreso internacional en Madrid, el IX Congreso de Investigación Química Pura y Aplicada, celebrado con éxito en abril de 1934, resultado exitoso.
Enrique Moles y Ormella
Imagen de http://www.residencia.csic.es
La tarea de investigación
Enrique Moles vio recompensado su empeño investigador, fruto de su interés por el desarrollo de la ciencia; la determinación de pesos atómicos fue la cima de su gran tarea. Había concluido tras detenidos análisis que sólo la teoría de las densidades límites de los gases, enunciada por el químico francés Marcellin Berthelot, tenía validez para establecer los pesos atómicos y moleculares sobre la base exclusiva de datos experimentales, en ausencia de otras hipótesis complementarias. El planteamiento teórico era simple, pero la ejecución práctica de cálculos en lo relatico a la temperatura, la presión y los pesos requería de una gran complejidad y absoluta precisión. Estas investigaciones sobre la determinación de los pesos atómicos las inició en su etapa ginebrina, luego continuadas en Madrid al cabo de las cuales cosechó el reconocimiento internacional.
Para determinar los pesos con la debida precisión empleó unas técnicas altamente sofisticadas, entre las principales:
la desecación de los gases, para evitar la humedad en las muestras;la determinación de los coeficientes de corrección a introducir como consecuencia de la absorción de los gases por las paredes del vidrio;la corrección para la contracción del vidrio al trabajar en vacío;el empleo de filtros de vidrio prensado para la purificación de los gases.
Llegó a determinar los pesos atómicos de los elementos químicos flúor, bromo, yodo, oxígeno, nitrógeno, azufre, sodio, argón y más.
Hasta el año 1924 no existía una tabla de masas atómicas vigentes por parte de la Comisión Internacional de los Elementos. Tras los resultados de Enrique Moles, la Comisión Española emitió un informe que reunía las correcciones propuestas por los investigadores firmantes, entre los que se encontraban, además del citado, Blas Cabrera, José Rodríguez Mourelo y Ángel del Campo. Los valores de pesos atómicos averiguados por los científicos españoles quedaron incorporados a la tabla periódica por la Comisión Internacional.
Todas las determinaciones y propuestas realizadas por Enrique Moles alcanzaron los objetivos previstos, le confirieron un gran prestigio y, en suma, el reconocimiento internacional, además de diversos galardones de distinta procedencia, hasta desempeñar funciones de relevancia docente y organizativa en colegios y academias de ciencia en diversos países y ocupar en 1951 el cargo de secretario de la Comisión Internacional de Pesos Atómicos de la Unión Internacional de Química.
Otras aportaciones científicas
La relación de estudios científicos de Enrique Moles, así como la aplicación de los mismos en la industria y la docencia, puede catalogarse en cuatro apartados intrínsecamente vinculados a la ciencia química.
Estudio sobre las medidas del magnetismo (magnetoquímica) de los metales hierro y níquel, resolviendo las dificultades halladas por investigadores anteriores.Estudio de la solubilidad de gases en diversos solventes no acuosos (disoluciones) y mezclas y propiedades de los disolventes.Conjunto de trabajos sobre la regla de aditividad de los volúmenes moleculares en cuerpos inorgánicos cristalizados, como contribución a la determinación de la estructura de los hidratos.Estudio de las propiedades y usos de peroxihidróxidos o perhidroles para la actividad farmacéutica.
A lo que se añade las varias traducciones de obras de farmacia y bacteriología (bioquímica) y una constante publicación científica a lo largo de su trayectoria superior a las doscientas sesenta referencias, incluidas para consulta en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química.