Nacido en Madrid en 1872, Eduardo Hernández-Pacheco y Estevan fue un eminente geólogo, paleontólogo, arqueólogo, geógrafo e historiador, reconocido internacionalmente, que supo diversificar su actividad entre la investigación y la docencia.
De origen extremeño y padre militar (frecuentemente trasladado), su vida recorrió diferentes lugares desde bien niño, adquiriendo por ello e interés científico amplia experiencia con gentes y lugares. Licenciado en Ciencias Naturales por la Universidad Central de Madrid (habiendo estudiado el primer curso en la Universidad de Barcelona por el motivo antes señalado), obtuvo el Premio Extraordinario de Licenciatura, y se doctoró en 1896 con la tesis Estudio Geológico de la Sierra de Montánchez, dirigida por su profesor el geólogo José Macpherson.
Ejerció como profesor de instituto en Cáceres en 1896, como profesor adjunto universitario en la de Valladolid y en 1899 como catedrático de Instituto de Segunda Enseñanza en Córdoba, ciudad donde se inició en los estudios geológicos y en las actividades culturales y políticas de corte liberal, fue nombrado miembro numerario de la Academia de Ciencias, Letras y Artes y descubrió el yacimiento de arqueociátidos de Las Ermitas, próximo a la capital, algunos de cuyos ejemplares fueron enviados al Museo de Historia Natural de París.
Dadas su iniciativa y capacidad, en 1907 la Real Sociedad Española de Historia Natural lo eligió para acompañar al eminente geólogo Salvador Calderón a las Islas Canarias orientales en un estudio científico sobre el terreno, centrado en la vulcanología de Lanzarote e islas menudas adyacentes: Graciosa, Alegranza; del cual resultó una extensa y detallada monografía de la actividad sísmica de la zona, descripciones de los regueros de arenas voladoras y el primer mapa geológico de Lanzarote, y el interés, culminado años más tarde, de realizar similares estudios en la provincia de Ifni y en el Sahara español. Cabe indicar que a la expedición en Canarias no pudo acudir la primera figura, Salvador Calderón, por lo que todo el trabajo y expectativas recayeron en Eduardo Hernández-Pacheco, igual que en la citada al África noroccidental. En 1910 ganó la cátedra de Geología Geognóstica y Estratigráfica de la Universidad Central de Madrid, y aparejado a ella la jefatura de la Sección de Geología y Paleontología estratigráfica del Museo de Ciencias Naturales, que estaba vinculado a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas. La Junta pensionó a Hernández-Pacheco para que ampliara estudios en museos y centros de investigación extranjeros de Francia, Bélgica, Suiza e Italia, lugares en los que dejó grata huella y magisterio. Y fue precisamente esta Junta la organizadora en 1912 de una Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, de la que se nombró director al marqués de Cerralbo y jefe de Trabajos a Hernández-Pacheco, desde 1923 convertido en su director y, en paralelo, en catedrático de Geografía Física de la citada universidad.
A través de la Sociedad de Historia Natural se incorporó Hernández-Pacheco a las iniciativas para la conservación de la naturaleza en España; ingresó en la Junta Central de Parques Nacionales en febrero de 1917 en su calidad de catedrático, y al cabo actuó cual delegado del departamento de Sitios y Monumentos naturales. En 1923 representó a España en el Congreso Internacional de París para la protección de la Naturaleza, en 1926 fue nombrado presidente de la Comission des Terrasses Pleistocènes et Pliocènes de la Unión Geográfica Internacional y participó en la organización del XIV Congreso Geológico Internacional celebrado en España; por su valía personal y el trabajo realizado con estrechos colaboradores, entre ellos su hijo Eduardo, acudió a los congresos científicos celebrados en Cambridge el año 1928 y en París el año 1930.
Eduardo Hernández-Pacheco
Imagen de alcuescar.com
La faceta docente de Eduardo Hernández-Pacheco se extendía allende las aulas, desplegando una actividad excursionista influyente que sirvió de base pedagógica a jóvenes y adultos; de la misma manera, sus estudios sobrepasaron las fronteras nacionales para investigar en naciones europeas y el norte del continente africano. Compatibilizando estas actividades con el desempeño de cargos en organismos científicos relevantes como la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas, la vicepresidencia en la Asociación Española para el progreso de las ciencias, la presidencia de la Real Sociedad Española de Historia Natural, académico de la correspondiente de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, miembro del Consejo del Institut International d´Anthropologie de París, de la Academia de Ciencias de Lisboa, entre otras, y colaborador de diversas publicaciones nacionales e internacionales.
En los años cuarenta, contribuyó decisivamente a la fundación y primer desarrollo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y a la puesta en marcha de la Academia de Ciencias y del Museo de Ciencias Naturales. Es en esta época cuando se dedica apasionadamente a la exploración científica de las posesiones españolas en el norte de África, comisionado por la Alta Comisaría de España en Marruecos que había constituido la Comisión de Exploraciones y Estudios Africanos dependiente del Museo Nacional de Ciencias Naturales; culminaron los trabajos el año 1949 con la publicación de El Sáhara español. Estudio geológico, geográfico y botánico.
Obra escrita y ponencias (selección)
Con independencia de otras muchas publicaciones y estudios en los campos de la paleontología, prehistoria, geología, geomorfología y la conservación del patrimonio natural, su gran obra fue la elaboración del Mapa Geológico de España, reflejo de su extraordinaria capacidad de síntesis científica y del ingente trabajo de campo en su querido solar hispánico; esta magna obra lo califica como el padre de la geología española y un decisivo impulsor del conservacionismo y protección de la naturaleza en España.
Libro de prácticas elementales de Historia Natural, 1903,
Estudio geológico de Lanzarote y de las isletas Canarias, 1909.
Elementos geográfico-geológicos de la Península Ibérica, 1911.
Geología y Paleontología del Mioceno de Palencia, 1915.
Comunicación respecto a los Parques nacionales y a los Monumentos naturales de España, 1920.
Rasgos fundamentales de la constitución e historia geológica de la Península Hispana, 1922.
Evolución del arte rupestre en España, 1924.
Geología histórica (Paleontología), 1927.
Los cinco ríos principales de España y sus terrazas, 1928.
Reorganización de la Junta de Parques Nacionales y designación de Sitios y Monumentos Naturales y de Interés Nacional, 1930.
Síntesis fisiográfica y geológica de España, 1932-34.
El paisaje en general y las características del paisaje hispano, 1934.
El Sáhara español. Estudio geológico, geográfico y botánico, 1949.
El solar en la Historia Hispana, 1952. El Solar hispano, se concibió en tres volúmenes: El solar hispano y su historia geológica, El solar hispano (Geografía Física, Vegetación, Regiones naturales, Paisaje) y El Solar en la Historia hispana; de los cuales éste fue el primero en publicarse el citado año.
Fisiografía del Solar Hispano, 1955-56.
Prehistoria del Solar Hispano: Orígenes del arte pictórico, 1959.
Libro de prácticas elementales de Historia Natural, 1903,
Estudio geológico de Lanzarote y de las isletas Canarias, 1909.
Elementos geográfico-geológicos de la Península Ibérica, 1911.
Geología y Paleontología del Mioceno de Palencia, 1915.
Comunicación respecto a los Parques nacionales y a los Monumentos naturales de España, 1920.
Rasgos fundamentales de la constitución e historia geológica de la Península Hispana, 1922.
Evolución del arte rupestre en España, 1924.
Geología histórica (Paleontología), 1927.
Los cinco ríos principales de España y sus terrazas, 1928.
Reorganización de la Junta de Parques Nacionales y designación de Sitios y Monumentos Naturales y de Interés Nacional, 1930.
Síntesis fisiográfica y geológica de España, 1932-34.
El paisaje en general y las características del paisaje hispano, 1934.
El Sáhara español. Estudio geológico, geográfico y botánico, 1949.
El solar en la Historia Hispana, 1952. El Solar hispano, se concibió en tres volúmenes: El solar hispano y su historia geológica, El solar hispano (Geografía Física, Vegetación, Regiones naturales, Paisaje) y El Solar en la Historia hispana; de los cuales éste fue el primero en publicarse el citado año.
Fisiografía del Solar Hispano, 1955-56.
Prehistoria del Solar Hispano: Orígenes del arte pictórico, 1959.