La fregona y la jeringuilla hipodérmica desechable
Inventor, militar e ingeniero aeronáutico, el riojano Manuel Jalón Corominas, zaragozano de adopción, encarna en todas sus virtudes a la persona emprendedora con sólida preparación humanista y científica, que dedica su vida a conservar y facilitar la de los demás.
Pionero en el vuelo sin motor, allá por 1941, fue uno de los técnicos españoles que a principios de los años cincuenta del siglo XX trajo de Estados Unidos los primeros aviones a reacción volados por el ejército español. Con los F-86 Sabre en la base aérea de Zaragoza, Manuel Jalón puso en marcha un sistema de mantenimiento y reparación en taller que consiguió prolongar la vida útil de los aviones más allá de lo conocido hasta entonces, superando las cifras y rendimientos de los norteamericanos.
Buen observador, de mente ágil e inquieta, supo adecuar en todo momento la idea al propósito y, por ende, la sencillez a la eficacia y comodidad.
En demasiadas ocasiones, lo evidente pasa desapercibido, hasta que un día, por cualquier motivo, la obviedad abandona su dimensión estática e inmutable para aterrizar, valga el símil, en el campo de maniobras donde el inventor la traslada al plano cotidiano. De la noche a la mañana lo inimaginable se convierte en realidad, y ya nada es como era y, además, no se concibe la vida sin esas ventajas. Es el caso de la fregona y el perfeccionamiento de la jeringuilla hipodérmica desechable, invenciones ambas de Manuel Jalón.
Durante su estancia profesional en Estados Unidos surgió la inspiración de hincar un palo a unas tiras de algodón, que sustituyen a la bayeta o la mopa, para proceder a la limpieza de los suelos. Nacía la fregona en 1956, publicitada en un escaparate de Zaragoza, pero aún no el mecanismo completo con el cubo y el escurridor de rejilla. Aquellos primeros escurridores eran de rodillo, como metálicos los cubos, sustituidos en 1959 los rodillos por una rejilla con diseño de embudo, y en 1964 los cubos, pasando de su estructura tradicional a una generatriz curva, estilo a la aplicada en el fuselaje de los aviones, de plástico y con el característico tamiz circular, apto para el escurrido. El nombre de “fregona” es paternidad de Enrique Falcón Morellón, primer comercial del invento.
En 1958, Manuel Jalón se proyecta como empresario. Sus realizaciones deben exportarse, para lo que precisa un envoltorio legal. Crea Manufacturas Rodex, compañía que junto a la aclamada fregona ofrece al mundo una gran variedad de artículos de plástico de uso doméstico e industrial. Éxito en la gestión que le permite seguir investigando e invirtiendo en objetos para los hogares y la industria.
A principios de los años setenta, Manuel Jalón destina su inventiva a otra índole. Con fondos de Rodex crea en 1975 Fabersanitas, una compañía especializada en material de uso médico. La cima de su producción es una jeringuilla hipodérmica desechable, más resistente, fina, higiénica y de calidad superior a las jeringuillas precedentes.
En 2010 publica Manual para la otra vida, obra de memoria y reflexión, en la que insta a rodearse de naturaleza para observar y comprender el prodigioso mecanismo de la vida y para responder con diligencia ya cierto a las preguntas elementales de la existencia.