Transbordador aéreo español del Niágara
Ensayos sobre automática
Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), cántabro de origen, es una de las glorias científicas españolas a caballo de los siglos XIX y XX. Ingeniero de caminos, con fundamento humanista cristiano, investigador, matemático y físico de dotes excepcionales, animado de espíritu crítico y docente, precursor de la Automática y de la Informática, pedagogo y prolífico inventor, inició la profesión que había estudiado en el ámbito ferroviario, año 1876, aunque por breve espacio de tiempo.
Leonardo Torres Quevedo
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Su faceta como inventor, efectiva y prestigiada a nivel mundial, aparece materializada en 1887, año en el que patenta un sistema de funicular aéreo de alambres múltiples, cuya principal innovación consiste en lograr un coeficiente de seguridad apto para el transporte de personas. Pero el éxito le alcanza a partir de su Memoria sobre las máquinas algebraicas, presentado en 1893 en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, solución teórica a la construcción de las relaciones algebraicas y germen de las máquinas de calcular
Ya encumbrado, en 1901 ingresó en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, año en que el Gobierno español creó el Laboratorio de Mecánica Aplicada (después renombrado de Automática) y lo puso a disposición de Torres Quevedo; lo que para él supuso la posibilidad práctica de diversificar sus áreas de estudio y experimentación.
Monumento a Leonardo Torres Quevedo en el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Madrid.
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Transcurrido un año, en 1902 presentó ante las Academias de Ciencias de Madrid y de París una memoria con anteproyecto de globo dirigible para superar la rigidez del entonces existente: el Zeppelin alemán. Su aportación en el campo aeronáutico fue inmediatamente reconocida puesto que gracias a sus propuestas, luego plasmadas para pruebas sobre el terreno, inventó y diseñó el globo dirigible semirrígido o dirigible Torres Quevedo. En 1905 fue construido, con la colaboración de Alfredo Kindelan, capitán del Servicio de Aerostación Militar, en Guadalajara, el primer dirigible bajo el nuevo sistema que se bautizó España.
Vuelo inaugural del dirigible España. En la barquilla aparecen el rey Alfonso XIII, el general José Marina Vega (de espalda) y el capitán Alfredo Kindelán Duany (a la derecha).
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Mientras investigaba la mejora en el volumen, la maniobra y la fiabilidad de los dirigibles, y para evitar al máximo el riesgo en las vidas humanas de tripulante y pasajeros, desarrolló una idea que ha devenido imprescindible para la técnica y la seguridad: un aparato de radiodirección a distancia, denominado Telekine, pionero en su categoría y función. En septiembre de 1903 presentó en España la patente de este aparato bajo el título Un sistema denominado Telekine para gobernar a distancia un movimiento mecánico. Lo que trasladado a la cotidianidad del presente significa que Torres Quevedo fue el precursor del mando a distancia.
En 1912 inició sus primeros experimentos en el campo de la automática, la cibernética y la computación, nuevas parcelas científicas de su paternidad, que quedaron definidos en su Autómata Ajedrecista: el primer jugador de ajedrez automático del mundo. Tales desarrollos en el campo de la automática ejecutados entre 1910 y 1920, condujeron a la génesis de la informática actual. En 1914 presentó Ensayos sobre automática, estudios que anticipaban en treinta años a las primeras disquisiciones inglesas, americanas o alemanas sobre la analogía mente-máquina y sobre los primeros ordenadores. En 1920 construyó un segundo ajedrecista autómata mejorado.
En 1920 presentó su Aritmómetro electromecánico, que era una máquina de calcular (las hoy calculadoras) capaz de sumar, restar, multiplicar y dividir, gobernada a distancia por medio de una máquina de escribir ordinaria dotada de contactos eléctricos y provista de un dispositivo para escribir automáticamente los resultados; poseía memoria electromecánica y un coordinador o cerebro automático. Con esta máquina se consiguió por primera vez mostrar en la práctica la memoria artificial.
Otras invenciones, diseños y construcciones de Leonardo Torres Quevedo que nos ha legado y que merced a su evolución ya son elementos imprescindibles en la sociedad que nos ocupa, quedan documentados con toda calidad técnica y descriptiva en sus distintas memorias, así como la enumeración de sus múltiples patentes nacionales y extranjeras.
Relación genérica de inventos y diseños de Leonardo Torres Quevedo
El genio de Leonardo Torres Quevedo ha producido ingenios de variada factura y utilidad:
Teleférico o transbordador aéreo (Aerotransbordador o Aerocar fueron sus nombres).Dirigible Torres Quevedo (Astra-Torres fue el nombre de la patente).Telekino.Máquina analógica de cálculo.Autómata ajedrecista.Aritmómetro electromecánico Husillo.Puntero proyectable (antecesor del puntero láser).Proyector didáctico de diapositivas.Sistema para guiarse en las ciudades.Patentes sobre máquinas de escribir.Paginación marginal de los manuales.
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Reseña sobre el transbordador Torres Quevedo en las cataratas del Niágara
El más famoso de los transbordadores construidos con la tecnología ideada por Torres Quevedo, aún en funcionamiento, es el funicular del Niágara, conocido como Spanish Aerocar. Fue construido entre 1915 y 1916, en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, sobre las cataratas del Niágara (la canadiense de la Herradura, de 52 metros de caída, y la norteamericana de El velo de la novia, con 34 metros), para unir ambas orillas a lo largo de 580 metros. El proyecto fue realizado por una empresa española, la compañía Niagara Spanish Aerocar Co. Limited, fundada en Canadá únicamente para este fin.
Transbordador Torres Quevedo sobre el río Niágara.
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Una placa de bronce en un monolito a la entrada de la estación de acceso lo conmemora: “Transbordador aéreo español del Niágara. Leonardo Torres Quevedo (1852-1936)”.