El primer vuelo aerostático entre la Península y el Protectorado
7 de febrero de 1914: primer vuelo aeronáutico sobre el Estrecho de Gibraltar
El 7 de febrero de 1914, un monoplano Nieuport IV-G con los distintivos de la Aviación Militar Española, cruzaba en once minutos el Estrecho de Gibraltar, que por primera vez era superado por la ruta aérea. El capitán Emilio Herrera pilotaba el aeroplano, que había partido del aeródromo de Sania Ramel, en Tetuán de las Victorias, poco después de las quince horas de dicho día; el también capitán Ortiz Echagüe acompañaba en calidad de pasajero este vuelo pionero, que transcurridas dos horas y treinta y cinco minutos concluía con éxito en la pista de La Cota, cerca de Sevilla.
Emilio Herrera Linares, natural de Granada, nació el 13 de febrero de 1878, en el seno de una familia de tradición militar y, remontando la historia, con antecedente ilustre en Juan de Herrera, arquitecto del monasterio de El Escorial y de la catedral de Valladolid entre otras joyas hispanas. Con tales antecedentes, ingresó en la Academia Militar de Ingenieros en 1896.
Su primer contacto con la aeronáutica tuvo lugar en 1903, asistiendo a la Escuela Práctica de Aerostación, en Guadalajara; en 1905 obtuvo el título de piloto de globo de 1ª categoría.
Militar e investigador científico, vocacional de ambas disciplinas, colaboró con el físico y matemático Esteban Terradas en el estudio de la oscilación del péndulo continuo, elevándose en un globo para estudiarlo prácticamente en 1905, en tierras burgalesas, acompañado por otro afamado piloto aerostático, Jesús Fernández Duro, a bordo del Cierzo, realizando observaciones científicas con ocasión del eclipse de sol del 30 de agosto.
El Cierzo fue un globo mítico en la aeronáutica española.
En 1908, Emilio Herrera Linares estableció el récor de España de altura, alcanzando los 6.000 metros.
En 1909 recibió su bautismo de fuego la Aerostación española. Durante la campaña de protección a la ciudad de Melilla, el capitán Herrera integrado en la compañía de Aerostación, dirigió el tiro de las baterías de obuses contra las concentraciones de moros en las barrancadas del Zoco el Had de Beni Sicar, al tiempo que levantaba croquis del terreno a vanguardia de las tropas, especialmente del macizo del Gurugú, de complicada orografía y punto fuerte para el ataque contra o la defensa de la plaza de Melilla. Con su habilidad para el dibujo, Emilio herrera realizó croquis y panorámicas oportunos para el desarrollo de las operaciones de afianzamiento.
El bautismo de aire en aeroplano lo recibió Emilio Herrera en 1911. Este año le sería entregado el título de piloto de aeroplano formando parte de la 1ª promoción de aspirantes españoles. Suyo fue el primer enlace aéreo entre Marruecos y la Península, llevando a Sevilla un mensaje del Alto Comisario, general Marina, al rey Alfonso XIII allí presente, que premio la hazaña del piloto con el nombramiento de gentilhombre.
Prosiguió la campaña de Marruecos al mando de una escuadrilla de monoplanos Nieuport IV-G, reconociendo las diversas zonas encomendadas desde el aire y apoyando el avance de las tropas de tierra.
Emilio Herrera Linares
Imagen de http://www.madrimasd.org
La Aviación Militar modernizó sus aparatos de vuelo con la adquisición en 1915 de doce biplanos Curtiss Jn2 Jenny, seis de ellos en versión hidroavión. Para las pruebas y transporte a España, desde Estados Unidos y Canadá, de los aviones se designó al comandante Herrera, ascendido por méritos de guerra, acompañado por el alférez de navío Viniegra. En esa época, Herrera tuvo ocasión de conocer de primera mano la industria aeronáutica norteamericana.
A comienzos de 1918, recibió el encargo de proyectar y construir un laboratorio aeronáutico, tarea que completó con la creación de un túnel aerodinámico, totalmente original, adelantándose a todos cuantos existían en Europa, lo que contribuyó decisivamente al desarrollo de la Aviación nacional en los años veinte.
Elegido en 1919 vicepresidente de la Real Sociedad Matemática; en 1928, tras recibir condecoraciones y distinciones del más alto nivel, fue nombrado director y profesor de la Escuela Superior Aerotécnica, y poco después, ascendido a Teniente coronel, ideó el que puede considerarse primer traje espacial de la historia, a partir de las necesidades aeronáuticas del momento. Su diseño permitía a quien lo vistiera ascender en un globo de barquilla abierta superando los 26.000 metros cúbicos de capacidad, fabricado en el Regimiento de Aerostación de Guadalajara, hasta zonas altas de la atmósfera con aire enrarecido y temperaturas muy bajas. La escafandra, llamada “estratonáutica”, consiste en una cobertura completa de caucho impermeable que protege al “estratonauta”, (viajero por la estratosfera), un casco especial de acero con visor frontal equipado con filtros, una cobertura de tela resistente y otra superpuesta constituida por hilos de acero y placas de duraluminio articuladas para facilitar los movimientos. Superó una prueba a casi veinte kilómetros de altitud.
En 1932 fue nombrado representante español en la Conferencia de Desarme de la Sociedad de Naciones; y nombrado en 1933 miembro de número de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Con prestigio nacional e internacional como humanista y científico a lo largo de su vida, representando a España en los diferentes certámenes que tuvieron lugar sobre materias de su amplia competencia, Emilio Herrera Linares encarna las virtudes y los empeños del militar científico, hombre de gran curiosidad, inteligencia creativa, enorme cultura, moralmente íntegro y de trato afable.
(Artículo basado en el estudio del historiador militar Emilio Herrera Alonso).